FALLING▪︎2 [Suguru Niragi]

9.-I Need You Right Now

[!]: acto sexual explícito.

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Aixa había juntado todos los suministros que llevaría al campamento de Alice y Usagi, estaba haciendo su último check-list mental antes de partir.

Niragi la miraba apoyado desde la cornisa de la azotea, estaba trazando los puntos de ubicación de los juegos de cartas sobre un mapa, pero se vio atrapado en una red de pensamientos al ver como la castaña ordenaba todo de manera minuciosa.

-Estoy seguro de que se pueden cuidar solos- murmuró con cierta acidez.

-Lo sé, pero son mis amigos y los voy a apoyar- respondió con simpleza cerrando la cremallera de la mochila para colocársela en la espalda.

Niragi apretó sus labios volteando a ver a la distancia como la imponente carta del Rey de Espadas estaba en movimiento, no estaba cerca del lugar en que se encontraban, pero ahora solo estaba a un distrito de distancia. Le inquietaba verlo acercarse, un miedo silencioso, pero creciente había comenzado a calar sus huesos.

Era una desesperación que aumentaba, no lo entendía con claridad. Aunque ahí estaba, cada vez que monitoreaba el paradero de la carta del Rey de Espadas. Lo hacía sentir intimidado.

-Por favor, déjame ir contigo.

-No, tienes que descansar y tratar de evitar moverte- se negó Aixa tomando un par de bolsas, caminó hacía el pelinegro quien al instante le propinó un beso acaramelado-. Volveré en unos minutos.

-Te estaré viendo- murmuró contra sus labios acunando su rostro entre sus manos vendadas para dar otro beso, más lento y fogoso.

El pelinegro no quería que ella se fuera, quería tenerla ahí a su lado, sintió algo opacarse en su interior cuando la sintió separarse de sus labios para correr hacia la puerta de la azotea y bajar por el edificio.

Niragi la espero desde arriba mirando como al poco tiempo salía por la puerta, la siguió con la mirada sintiendo como su garganta se apretaba de tan solo los nervios que sentía. Guio sus ojos a la carta del Rey de Espadas.

Está lejos, cálmate. No llegará a ella.

Aixa corría por las calles vacías tratando de regular su respiración, su cabello moviéndose de un lado a otro y sintiendo el sudor acumularse en su frente y cuello. La necesidad de tomar una ducha al regresar se hizo presente, podía hacerlo, ya que habían encontrado agua suficiente para darse ese pequeño lujo.

Cruzó la calle y se adentró al callejón de tiendas de café notando el campamento de Alice y Usagi. Se detuvo con su respiración agitada, eran al menos unos diez minutos de distancia a trote rápido.

-¿Aixa?- la joven escaladora se puso de pie tras estar revolviendo una olla con sopa y un poco de verduras.

-Hola- le sonrió de manera amistosa-. Les traje algunas cosas que creo que les puedan servir- alzó las bolsas y señaló la mochila en su espalda para dejarlas frente a Usagi quien mantuvo su vista en los movimientos que hacía.

Los ojos de la japonesa recorrieron de forma disimulada el cuerpo de Aixa tratando de buscar alguna herida o hematoma que sobresaliera en su piel, sin embargo, no pudo encontrar rastros de violencia.

-Gracias- murmuró confundida con lo que sentía, agradecimiento y repulsión a la vez.

-¿Y Alice?- le preguntó al no verlo por el lugar.

La joven escaladora soltó un suspiró haciendo una mueca señalando hacia un costado de la carpa.

-Ha estado así desde que tú y Kuina se fueron- informó.