lumière

Aria

Alexandra

Si me preguntarán sobre la magia diría que es un don difícil de encontrar y mucho más difícil de reconocer pero jamás negaría su existencia.

La magia existe, las personas inmortales y los dioses existen, ¿Cómo lo sé? bueno, eso es porque yo misma tengo habilidades que la gente común llama "Magia", sé sobre la existencia de personas con habilidades como las mías y toda mi vida la he pasado estudiando sobre ella.

Hace algunos años hubo una batalla entre dioses y demonios, los humanos los vieron en acción pero como ya mencioné antes, la magia es difícil de reconocer, por lo que los seres con magia debieron ocultarse una vez más.

Pero ahora los humanos sabían de los seres mágicos, habían retrocedido años de evolución y volvimos a lo que parecía la santa inquisición solo que esta vez con tecnología, y unos años más tarde los dioses más poderosos de todas las mitologías y los políticos más poderosos se juntaron para buscar una solución al conflicto,  la solución fue que los seres con magia serían los protectores del mundo a cambio de que los humanos dejaran la casería.

-Hola mamá, volví- Dije dejando mis cosas cerca de las escaleras.

-¿Cómo te fue?- Preguntó saliendo de su oficina -¿Algo nuevo?-.

-En realidad no, las escuelas siguen siendo aburridas- Dije bostezando -¿Y mi padre?-.

-Oh, él esta en la cocina- Dijo sonriendo -Pero no lo molestes esta haciendo de comer-.

-Bueno, iré a mi habitación- Dije sonriendo -Te veo en la comida-.

Y así subí a mi habitación, la relación con mis padres era bastante extraña, mi padre era un humano que vivía en las profundidades del inframundo y mi madre era el demonio que arrastro a mi padre hasta este oscuro lugar, pero no me malentiendas, los dos están muy enamorados y mi padre vive aquí por voluntad propia, decidieron que yo debía tener una educación tanto humana como mágica así que tomo clases en el mundo humano y en el Olimpo lo cual hace que no tenga sentido que viva con ellos aún y mucho menos que viva en el inframundo.

*Una hora más tarde

-Listo- Dijo mi padre poniendo el último plato en la mesa -A comer-.

-Oh cielo- Dijo mi madre mirando la comida -Esto luce delicioso-

Lucía como una comida normal

-¿Si?- Pregunté mirando mi plato.

Mis padres me miraron serios.

-¡Claro!- Dijo mi madre -Tu padre probo una nueva receta así que vamos a comer-.

La comida era realmente deliciosa, mi padre es un chef famoso en el mundo de los humanos así que cualquier cosa preparada por él suele ser deliciosa y últimamente ha estado perfeccionando su técnica.

-Realmente estuvo delicioso- Dije terminando de lavar los platos -Por cierto quiero hablarles de algo-.

-¿Es sobre algún chico?, ¿El mundo humano?, ¿El Olimpo?, o acaso ¿El inframundo?- Dijo mi madre sentada en el sofá.

-No es sobre un chico, en realidad es sobre las escuelas- Dije sentándome frente a ella, mi padre estaba a mi izquierda -Ya estoy cansada han sido 20 años de lo mismo-.

-¿A que te refieres?- Dijo mi padre serio.

-Digo que en unos meses me voy a graduar- Dije mirándolos -Y voy a parar con las clases mágicas-.

-No- Fue la respuesta de mi madre, tan dura como siempre -No puedes hacer eso-.

-¿Porqué no?- Dije mirándola -Ya casi puedo comprarme un departamento en el mundo humano así que dejaré el inframundo también-.