Templos

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Noah

Me levante temprano pues tenía que ir al templo.

-Que horror- Dije preparando el cereal -Trabajar es sinónimo de levantarse temprano-.

-Si- Dijo Alexandra bostezando -Bienvenidos al mundo humano, Aria tiene suerte de trabajar por las tardes-.

-A todo esto- Dijo Evander -¿Tu dónde trabajas?-.

-Yo trabajo en una cafetería- Dijo terminando su desayuno -Es muy simple, pero me ayuda a entender un poco a los humanos, que tengan un lindo día-.

Luego de eso salió de casa y yo terminé mi desayuno.

-Me iré ahora- Le dije a Evander -Ten un buen primer día-.

Salí del departamento y caminé hacia el templo, pero me detuve cuando vi a Alexandra hablando con un chico.

-Bueno apártate- Dijo ella alejándose del chico pero este se acerco más.

-Oh vamos linda solo tienes que darme un beso- Dijo el chico forzándola a mirarlo.

-De verdad aléjate- Dijo Alexandra y yo quería golpear a ese tipo.

-¿Y qué vas hacer?- Dijo el tipo ahora riendo un poco.

Entonces vi un brillo en los ojos de Alexandra, un brillo de ira, algo que no había visto en ningún dios en el Olimpo.

Y procedió a golpear al tipo sin compasión alguna.

-Te lo advertí antes, tu te lo buscaste- Dijo gritando al tipo en el piso -Idiota-.

Y volvió a tomar su camino, fue ahí donde me vio.

-Ah, ¿Estas ahí hace mucho tiempo?- Dijo caminando por mi lado.

-No- Dije caminando detrás de ella -Eres muy fuerte-.

-Si bueno, cuando eres mujer y aparte no puedes usar tus habilidades debes aprender a detener a estos tipos- Dijo sacudiendo su ropa.

-¿Pasa seguido?- Pregunté serio.

-No- Me miro -A mi por lo menos no-.

-Lamento que pase-.

-Si, yo también- Se detuvo -Bien aquí trabajo, no esta lejos de tu templo, al final regresemos juntos, tenemos que hacer las compras-.

Y nos despedimos.

Luego de unos minutos entré al templo.

-Tú debes ser Noah- Dijo un chico vestido de color rojo -Quiero que sepas que no estoy de acuerdo con que estes aquí, pero necesito un reemplazo ya que dejaré de trabajar-.

-¿De cuerdo?- Dije un poco molesto -¿Qué tengo de malo?-.

-¿En serio preguntas?- Comenzó a caminar y me pidió que lo siguiera -Mira, este es el templo de los demonios y las criaturas que habitan en el inframundo, las personas que cuidan el templo vienen del inframundo-.

-Entiendo- Dije mirando todo el templo.

-Te decía, no me agrada que estes aquí, eres hijo de Zeus y eres del Olimpo, sin embargo, el cuidador principal dejo que te quedaras por alguna razón- Se detuvo frente a una especie de arco enorme -¿Ves esto?, es un arco del inframundo, solo los demonios más fuertes pueden usarlo y contener su poder-.

Era el arma mas grande que había visto en toda mi vida.

-Tú trabajo es encargarte de mantenerlo así- Dijo señalando las cadenas oscuras que lo contenían -Estas cadenas de alimentan con la ira de Zeus o del cielo, supongo que las cadenas dejarán de ser oscuras una vez que empieces a contenerlo tu-.

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