En la baticueva se encontraba Bruce Wayne con una camisa celeste, pantalón de vestir y zapatos negros, terminando de analizar los componentes del gas de la risa en su computadora, descubriendo así que había una forma de crear una especie de antídoto para el mismo. El problema era que dichos ingredientes no solo eran escasos, sino que muy difíciles de encontrar. Le llevaría meses encontralos todos y elaborar suficiente antídoto para toda una ciudad. Suspiró. Ya no soportaba más la ansiedad de no saber donde estaba la máquina y cuando sería el ataque. La sola idea de que Luthor y el Joker se saliera con la suya y condenara a Gótica y Metrópolis a morir, literalmente de la risa, no lo dejaba descansar por las noches. Siguió investigando, ya que estaba convencido de que podría encontrar un antídoto alternativo y más fácil de realizar cuando su hijo mayor habló.
_ Llegarás tarde a tu cita. _ le recordó haciendo que este dijera que aún le quedaban cinco minutos. _ Bruce, relájate. Deberías descansar un poco y divertirte.
_ Gótica depende de mí.
_ De nosotros. _ corrigió. _ Ya deja que la Liga y yo nos encargemos por un día, ¿sí? ¿O quieres que Clark piensa que no te importa sus sentimientos? _ dijo formando una sonrisa ladina. _ ¿Sabes?, él es muy sensible por lo que me dijiste, sería muy malo que rompieras su corazón y lo dejaras plantado como "Batman" lo hizo la última vez. _ dijo haciendo que Bruce suspira con pesadez y volteara a ver su hijo que lo miraba con suficiencia. <<¿A acabas de... manipularme psicológicamente?>>, quiso saber el mayor mientras tomaba su celular de la mesa y caminaba hacia Dick, quien solo de hundió de hombros. _ Suerte en tu cita con mi padrastro.
Bruce suspiró una vez más, he ignorando el comentario de su hijo, salió de la baticueva a la mansión y luego fuera de esta a su limusina. Miró la hora y ya se le estaba haciendo tarde. Le dijo al conductor que fuera a la dirección que le indicó y luego éste se recostó en el espaldar del asiento y cerró sus ojos con intención de descansar unos pocos segundos, pero terminó siendo vencido por el sueño. Desvelarse toda la noche para encontrar un antídoto del gas de la risa un día antes de su cita no había sido la mejor idea. Bruce se encontraba en la vigilia mientras imágenes sin cuerpo ni forma pasaban frente a él sin un orden específico, cuando a lo lejos, detrás de las imágenes abstractas, se podía ver una sombra grande, con forma humana acercarse lentamente hacia él. No pudo reconocer que o quien era eso que estaba frente él, pero cuando lo tuvo enfrente vio un esqueleto en una túnica morada y una hoz en su mano. ¿A caso era la muerte?, se cuestionó, pero no tuvo miedo. Luego esa presencia desapareció, y en su lugar, estaba fuera del teatro con sus padres, habían disfrutado la obra pero él estaba asustado. Los murciélagos le daban mucho miedo. Fueron por un callejón y él ya sabía lo que pasaría. Quiso advertirle a sus padres pero no le salió la voz. Minutos después apareció un hombre y los mató. Luego cuando el ladrón le apuntó a él, en vez de quedarse sin balas, pudo dispararle en el pecho matándolo. Sin embargo, ahora estaba en el techo con Clark, comiendo donas y escuchando sus anécdotas del trabajo como cuando era Batman. En eso aparece el Joker y quiere lastimar a su pareja, pero lo impide comenzando a luchar contra él. El enfrentamiento es parejo hasta que una fuerza invisible lo paraliza por completo. El Joker entonces camina hasta el y le dice: <<Te dije que iría por las personas que amas. Bruce Wayne>>, dijo haciendo que se quedara helado y su corazón se detuviera. Lo siguiente que escuchó fueron los gritos de Clark a su espalda y la sangre surgiendo de debajo de sus pies.
_ ¡No! _ gritó sobresaltando al chófer que giró el volante sin querer, provocando que casi chocara con otro auto. <<¿Se encuentra bien, señor Wayne?>>, dijo el chófer una vez pudo estabilizar el auto. El corazón de Bruce quería salir de su pecho, estaba transpirando y le dolía horrores la cabeza. _ Sí... sí estoy bien, solo... conduce. _ dijo llevando su mano al pecho tratando de menguar el dolor. Ese sueño le pareció tan real, que casi no podía creer que nada de eso hubiera pasado en verdad. <<Ya llegamos, señor>>. Bruce asintió, y luego de hacer seña para que el chófer no se bajara del auto, bajó solo de la limusina hacía la entrada principal del mercado Chelsea, un mercado urbano, con una cuarentena de comercios donde ya lo estaba esperando Clark con una botella de refresco.
ESTÁS LEYENDO
Inesperado Amor (Superbat)
Hayran KurguLógica. Es algo que a movido al caballero de la noche toda su vida y lo a sabido mantener con vida ante todos sus enemigos. Sin embargo, el hombre de anteojos, corpulento y amable que salvó de ser asesinado por un ladrón luego de que este salvara a...