Capítulo 8

359 30 2
                                    

Batman llegó a la baticueva con su batimóvil y bajó de él al lado de Clark, quien miraba sorprendido e igualmente emocionado por finalmente estar en la guarida del murciélago. Había una enorme pantalla de comunicación, una sala de entrenamiento, compartimiento de todo tipo de armas, entre muchas cosas más. Y aunque quería seguir observando el lugar, su atención se centró en un joven de cabello corto, antifaz azul que estaba dando vueltas en una barra de ejercicios hasta que este al verlo se estrelló en el suelo cayendo de cara. Luego se puso de pie con rapides, y con una gran sonrisa en su rostro, se acercó a él quitándose el antifaz.

_ Lo hiciste, realmente lo hiciste. Oye, Alfred. Lo hizo. _ Alfred a la distancia solo asintió y Dick se paró frente a Clark. _ Bruce me lo dijo por teléfono. No puedo creer que seas Superman. Soy Richard Grayson, dime Dick. _ le dio la mano y este correspondió con una sonrisa amistosa.

_ Ahora mismo solo soy Clark Kent. Un placer conocerte, Dick. Yo tampoco sabía que eras Nightwing. Bruce me ha hablado mucho de ti. Cuando me dijo que tenía un hijo siempre he querido conocerlo.

_ ¿Uno? _ dijo divertido. _ Tiene cuatro. _ aclaró sorprendiendo al alienígena quien miró a Batman fulminar al otro con la mirada, mismo que solo disfrutaba la situación a sus anchas. _ El mas pequeño es un amor. Ustedes sí que se van a divertir. _ rió haciendo gruñir al murciélago.

_ Señor Kent, me tomé la libertad de preparar té y varios bizcochos. _ dijo Alfred parándose junto a ellos con una bandeja con lo antes mencionado. _ Señor Wayne, los jóvenes Jason y Damián están un poco... _ fingió una tos antes de seguir. _ ansiosos por la llegada del señor Kent a la mansión y quieren hablar con él. Y cito "de inmediato".

_ Olvídalo. _ dijo Bruce en tono serio. _ Dile a Jason y Damián que Clark no subirá.

_ Espera, Bruce. _ dijo Clark tomando suavemente su brazo. _ Yo también quiero conocerlos. Son tus hijos y me gustaría que ellos me conocieran también.

_ No pasará.

_ ¿Por qué no?

_ Ellos... bueno... no son como Richard.

_ ¿A que te refieres?

_ Bueno... _ dijo divertido Grayson abrazando por los hombros al de anteojos. _ dígamos que está la mini copia de Bruce que te detesta y considera una amenaza en potencia y luego está el sociópata que si pudiera ponerle un precio a tu cabeza lo haría. Ah, y la única persona que te daría la bienvenida a la familia además de mi no está en casa aún.

_ ¡Richard! _ retó Bruce haciendo que Dick se separara de Clark. _ Guarda silencio.

_ ¿Qué?, no dije nada que no fuera cierto.

_ Por favor, Bruce. De verdad quiero conocer a tus hijos.

Clark lo miró con ojos suplicantes que terminaron por hacer ceder al murciélago, haciendo que Clark y Dick chocarán los cinco victoriosos y el menor llevará al mayor dentro de la mansión. Bruce vio a ambos alejarse y sintió que había comentido un error. Alfred le dijo que no podía ser tan malo, pero cuando se cambió de ropa y subió, su sala parecía un juzgado y Clark el acusado. Su mesa de roble de miles de dólares y años de antigüedad ahora era usada de plataforma para su costoso sillón donde Jason estaba sentado con los pies en el apoya brazos y uno de sus preciados trofeos era usado de martillo, mientras sus sillas estaban acomodadas de tal forma que parecía una sala de juicio, donde de un lado estaba sentado Clark y Dick y del otro Damián.

_ ¡Orden, orden en la sala! _ dijo Jason golpeando el trofeo contra la mesa de roble apenas moviéndose de su posición actual, sin importar lo incómoda que esta fuera, mientras Bruce quedaba mudo de la impresión al lado de Alfred en el marco de la puerta. _  Es el turno del fiscal. Hable abogado.

Inesperado Amor (Superbat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora