11. No me vuelva a besar.

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Los ojos de Jimin estaban observando todo de él.

La forma en que el mayor comía con demasiada necesidad era algo sorprendente para un Jimin  que no solía comer mucho, sin embargo, eran más las expresiones que hacía el mayor a la hora de probar la comida lo que lo tenía entretenido.

Su cabello oscuro muy esponjado haciendo ondas alrededor de su cabeza, su mirada molesta era tal vez una clara señal de que el sabor de la comida era muy bueno, Jimin llevó un primer bocado a su boca, probando así el sabor agridulce del pollo frito. Era muy buena, tanto así que logró que hiciera un pequeño sonido con su garganta, tal vez eso fue lo que llamó la atención del mayor quien de pronto alzó su mirada y lo miró mientras que su boca seguía moviéndose de manera rápida.

Jimin no tenía confianza en sí mismo, así que confiaba de manera torpe que el cabello húmedo y la amplia camisa del mayor le hiciera lucir no tan lamentable, pero el Sr. Jeon no observaba su cabello ni su ropa, su mirada estaba en sus ojos, Jimin no sabía que era lo que veía y tenía curiosidad acerca de sus pensamientos, había dormido toda la noche tan profundamente que no habían tenido tiempo de hablar, y aunque si hubiese tenido oportunidad, que le podría decir ¿gracias?, no no , Jimin prefería quedarse en silencio. Solo esperando no molestarlo.


Esa mirada era conocida para Jimin, porque de esa manera él lo veía cuando le robaba besos, sin embargo, tal vez había algo distinto en Jimin que hacía ahora no quererse perder nada de él.

¿Es así como funciona el amor?

—¿No comerás? —Dijo el pelinegro señalando con sus palillos los de él.

Jimin bajó la mirada y sonrió levemente para devolver su mirada a la comida y comenzar a comer de nuevo, se dijo que debía de poner atención a su comportamiento y así evitar parecer un tonto.

—¿Hay algo malo con ella? —Preguntó el pelinegro curioso.

Jimin comió de manera lenta aprovechando a probar con tranquilidad los sabores.
Luego negó.

El mayor siguió comiendo ambos mirándose el uno al otro, era verdad que había algo nuevo en la mirada de ambos, algo distinto, algo que solo es visible a los ojos de los amantes.

—¿Te sientes... bien? —Pregunta el pelinegro en cierto momento del desayuno, tomando desprevenido a Jimin quien no estaba seguro de que si se debía hablar del tema.

Sus mejillas se encuentras calientes a causa de esa pregunta y lo mejor que logra hacer es cubrirse con su antebrazo fingiendo que se ahoga con la comida, una pequeña tos fingida y una respuesta tan corta como que “todo estuvo muy bien, gracias” Jimin aún se pregunta si debe de agradecer.

Es demasiado novato para estos asuntos.

Sin embargo, aquella que parecía ser el inicio de una conversación incomoda jamás llega a suceder.
Con valentía de un momento a otro levanta su mirada y se vuelve topar con su mirada, pero esta vez no tenía ese brillo dulce, ahora lo examinaba de forma extraña.

Ante el cambio Jimin pregunta

—¿Sucede algo?

Sin embargo, su pregunta no tiene respuesta, que al ser hecha desde un espíritu enamorado tal vez un: No pasa nada, hubiese sido la mejor respuesta, pero no sucede así, El Sr. Jeon toma del suelo una botella de agua y la vierte en los dos vasos de vidrio que había en la pequeña mesa en donde están comiendo uno frente al otro sentados en el suelo.

Él ahora toma agua sin quitar esa expresión haciendo sentir a Jimin ansioso.

—Me estas mirando de manera distinta. —Dice de repente el mayor.

Esa acusación golpeó el estómago de Jimin de forma repentina, era verdad, de la misma manera en que él lo miraba Jimin también se había quedado observándolo a él, no lo había notado. Jimin de repente desvía la mirada tratando de recomponerse para no incomodarlo.

—Lo siento, no me di cuenta —Responde Jimin.

Pero el mayor se ríe.

—Me gusta esa expresión —Agrega el pelinegro.

Jimin sigue comiendo ahora si poniendo atención a la comida.

—No tengo ninguna expresión —Le responde el rubio. —Es solo que ¿Usted no le ha sucedido algo que jamás creyó que sucedería?

El mayor no entiende y solo lo observa en silencio esperando que Jimin se explique. Sin posibilidad de que ahora siga comiendo decide dejar los palillos y aclarar su garganta tomando agua del vaso que previamente había llenado el pelinegro.

—Así es como me siento ahora, no me parece real que este hoy aquí desayunando con usted en una habitación de hotel en Seúl.

Ahora ya el mayor asiente y se acomoda hacia atrás poniendo su espalda en la cama. Postura que suele verse cómoda, pero para Jimin que aún tenía muy vivido el recuerdo de sus cuerpos juntos sintió que le falto un poco el aliento.

Él ha terminado de comer ahora.

—Entiendo —Dice el mayor acomodando su cabello hacia atrás, su expresión ha cambiado, ahora no se ve tan relajado como hacía unos minutos —Pero esto no debió de pasar de esta manera.

El golpe seco le produjo un dolor en el estómago, se obliga a mirarlo al rostro. De alguna manera el no esperaba aquella declaración. Sin embargo, se recupera rápido.

—Entiendo —Dice Jimin abrazando sus rodillas hacia su pecho mirando levemente hacía abajo.

—¿En verdad lo entiendes? —Dice de forma agresiva el pelinegro —Porque no parece que en verdad lo entendieras, te dije muchas veces que te mantuvieras alejado y no me hiciste caso. Esta situación que a ti te parece ideal en realidad es algo que pudo haber sucedido en cualquier momento que yo lo decidiera.

Respirar duele.

Jimin no sabía cómo seguiría después de esto ¿Por qué de repente se comporta grosero? Jimin no entiende, parecía que algo dentro de él se estaba rompiendo y esa sensación no le gustaba en lo absoluto. Tal vez eran su corazón o sus ilusiones que hasta este punto no sabía que las tenía.

Era extraño porque él no había pensado en un mañana ni siquiera había hecho ningún tipo de plan b, ya jodería ignorar la mala suerte que siempre se ceñía contra de él, esta ocasión no iba a ser distinto.

—Desde hace mucho que te quería en mi cama, pero jamás actúe porque sabía que no estabas preparado.
El pareció tener tregua por que se movió para estirar una de sus piernas y se quedó un tanto en silencio. La angustia había hecho ya estragos en Jimin quien no podía asimilar la agresión cuando unos momentos antes su mirada había sido tan distinta. No podía creer que estuvieran teniendo una conversación de esa índole.

—Si yo hubiese querido desde el primer día hubieses estado en mi cama.

Jimin entonces encontró la respuesta a todas aquellas veces en las cuales se preguntaba por qué él lo besaba.

—¿Por qué no me lo pidió? —Dijo Jimin con media voz.

—Porque jamás lo quise, no me gustan estas complicaciones. —Él se levantó estirando su cuerpo y camino atrás vez de la habitación para llevar ropa dentro de la pequeña maleta que estaba sobre la cama.

Jimin se hallaba allí en silencio sin poder moverse por que su mente está procesando que el Sr. Jeon en realidad jamás quiso llegar a acostarse con él. Jimin ladea el rostro para buscarlo y lo ve caminando tan tranquilo como si aquello que le acabase de decir no hubiese acabado con él de manera directa.

¿Entonces por qué le habia dicho bonito?

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