Estoy aquí para ti.

6. Me gustas.

Jimin se encontraba sorprendido, no esperaba verlo y menos que ser besado nuevamente.

Tenía tantas emociones agolpadas de repente que se le olvido aquellas líneas aprendidas de memoria, ahora las cosas habían cambiado por mucho, ya no quería saber por qué demonios lo besaba, ahora lo único que quería era decirle que se encontraba en peligro, sin embargo, el Sr. Jeon era ajeno a todo, eso lo hizo sentir desconcertado. Toda esa semana había tenido esa maldita sensación de temor, esta recorría su cuerpo cada que pensaba que le podrían llegar a hacer a él, pero en realidad ese peligro no existía.

Sus manos temblorosas fueron escondidas en los bolsillos de su vieja chaqueta de mezclilla.

—¿Me buscaste?

Jimin alzó la mirada con precaución su expresión molesta le hizo recordar lo mismo que había sentido antes, porque solía ser dulce con demasiada facilidad y luego ser todo lo contrario, Jimin ladeó el rostro confuso y luego sin entender miró hacia el lado contrario.

—¿Por eso es que vino hoy?

El Sr. Jeon se había acercado a él, talvez porque notó el tormento en su expresión, pero Jimin no se movió, no podía.

—Vine porque me buscaste de nuevo y eso solo sucede si estas en problemas.

Era clara el tono molesto en la voz del pelinegro.

—No estoy en problemas —Mintió.

—Entonces que buscabas

Tal vez si esa pregunta no fue sido acompañada con una expresión extraña Jimin no se hubiese ofendido.

—¿Qué es lo que está pensando?

Pero el boxeador fue más rápido, porque lo tomó por el brazo con firmeza haciendo que Jimin no pudiera alejarse.

—Hubo una razón para tu visita, dime cual fue y yo me iré de aquí.

Entonces por que se acercaba de esa manera. Jimin bajó la mirada sintiéndose de repente herido de alguna manera, no le gustaba sentir que aquella intimidad compartida era fácil dejarla atrás.

No entendía.

—¿Se irá?

—Esto no está bien.

Aunque Jimin esperaba esas palabras, oírlas le dolió.

—Yo no pedí que me besara. —Dijo ácidamente soltando su brazo. Estaba molesto por que ya había dicho que no volvería a confiar en nadie.

—No debí hacerlo.

Los sentimientos se agolparon en su pecho.

—No lo busque por nada en especial, yo solo... —Volteo hacia cualquier lado solo no quería que el notara su expresión desolada. —Quería que se cuidara en sus luchas.

Jimin sentía que iba de equivocación en equivocación.

El boxeador se empezó a reír. Sin esperar que dijera algo amable Jimin le hizo una reverencia para poder irse. Pero antes de poder huir él lo volvió a tomar por el brazo.

—Acaso crees que alguno de ellos puede hacerme daño.

La expresión de autosuficiencia esta más acentuada en su rostro.

—Ganaré ese torneo sin sufrir un maldito rasguño, bien puedes guardarte tu preocupación para otro competidor.

El Sr. Jeón lo observaba detenidamente y Jimin se alejó un poco más, ya no quería ser besado.