13. ¿Su hermano menor?

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**Gracias a Marti***

Jungkook estaba cansado, la tensión en la que se mantenía era insana o tal vez había sido por el entrenamiento excesivo,pero a quien demonios quería engañar, la tensión tenía nombre y par de bonitos labios rosas muy bonitos.

Se tomó una cerveza y luego buscó entre la gente a aquellas personas que quería desaparecer a punta de puños.

—Hey Jungkook tranquilo, pensé que estarías más aliviado con tu nueva vida en pareja, por eso tardé en regresar.

Jungkook miró de reojo a Jimin para saber si había escuchado las estupideces de Namjoon, pero tal vez el ruido del bar había disipado el sonido. Jungkook molesto decidió no caer en sus provocaciones.

—Esperare solo un par de horas por si aparecen, me siento cansado, me iré a casa.

—¿Porque no me dejas a mi manejar todo esto?—Dijo Namjoon con un tono bastante relajado.

Jungkook había pensado en muchas maneras de quebrar los huesos de los imbéciles esos, pero al final en todos y cada uno de los escenarios al final era mejor no buscar más problemas, había decidido que la única razón por la que impondría el dialogo era para poder dejar libre a Jimin.

"Jimin" pensó de forma ramdom.

De nuevo lo volvió a mirar, escondido dentro de su propia chaqueta estaba allá sentado en el único sillón de la estancia, en sus manos su teléfono encendido que hacía que la luz iluminara su bonito rostro. En ese momento su cuerpo entró en tensión de nuevo, quería besarlo, durante todo el día había luchado en contra de sí mismo y siempre en cada momento había vuelto para buscarlo con la mirada cerciorandose que si estuviera a salvo.

Regresó su mirada hacía enfrente revisando de nuevo que no hubiese alguien conocido entre la gente.

—Confía en mi Namjoon, no perderé el control. —Dijo Jungkook alineando sus pensamientos una vez más.

—Jin aconseja que no dejemos solo a Jimin. —Namjoon respondiendo el mensaje de Jin con una expresión muy alegre.
Había llegado a tiempo con la ropa al departamento de Jungkook así que no había tenido más remedio que soportar una ola de romance en lo que Jimin se cambiaba.

Al final el atuendo deportivo de Jimin había no había sido una buena idea de parte de Seokjin, con esa camisa blanca y esos jeans deslavados a medida, le hacía ver aún más inocente. Las letras rojas de su camisa combinaron con sus labios y la gorra negra le dio el toque maestro para llamar la atención de todos en el bar esa noche.

Jungkook había mirado dentro de la maleta que había traído el mayor y había puras prendas de colores vividos, justo lo contrario que se necesita cuando se quiere pasar desapercibido.

—Que brillante es, jamás se me hubiese ocurrido. — Jungkook lo miró con fastidio. —Tal vez eso te sirva para que hagas tu trabajo y no te ausentes.

Sin embargo, la sonrisa de Jimin al verse en aquel atuendo había sido digna de una fotografía. Al chico le había encantado y Jungkook no le quedó otras más que quedarse callado.

—Tengo vida más allá de este lugar —Se quejó Namjoon —Jin dice que podrías enviar a Jimin a Seúl y que él podría cuidar de él.

—Una maldita cosa te diré Namjoon, esta vez será mejor que no se entrometan...

El sonido de la puerta interrumpió a Jungkook de su punto de vista.

—¿Qué demonios? —Susurró Jungkook al ver a Jenifer aparecer en la escena. La mujer de pelo negro que siempre estaba a su acecho.

Estoy aquí para ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora