02: Hai shi Shan meng.

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Lunes, 5 de enero.

La pareja de esposos se habían levantado temprano como de costumbre cuando era día de semana, ambos tenían que trabajar y cumplir con sus responsabilidades en las empresas. YoonGi era dueño de su empresa, JiMin aún no pero de igual manera tenía que presentarse al trabajo y demostrar cada día que ya estaba hecho para el puesto de CEO que su padre aún no quería cederle.

Aunque a veces dudaba que eso vaya a ocurrir y le molestaba. Puede ser que odie su trabajo porque no es algo que me guste, solo estudió lo mismo de su padre porque toda su vida se preparó para esto; su madre siempre le repetía que él sería el nuevo CEO de la empresa.

Cada vez lo veía más lejano y lo único que podía hacer era esperar, no podía apurar a su padre ni reclamarle nada, eso no estaba en su educación.

Pero mientras tuviera ese insignificante trabajo de secretario de uno de los empleados de su padre, entonces tendría menos responsabilidades que las del CEO y tendría tiempo para ser un poco egoísta y hacer algo que le gusta.

Unos meses después de casarse con YoonGi muchas cosas cambiaron, no por él, si no por el hombre que había conocido. Su esposo lo motivó a muchas cosas, con él fue que probó por primera vez una pizza, nunca la había comido ya que era uno de los tantos alimentos que su madre le tenía prohibido. Aunque al rato de haberla comido solo pudo sentir miedo y culpabilidad, pero con el tiempo YoonGi lo fue acostumbrando a que comer una comida chatarra de vez en cuando no estaba mal.

También descubrió su amor por la danza contemporánea. Cuando niño y adolescente nunca se permitió buscar algo que le guste, él ya estaba fijado a algo. Sin embargo, cuando YoonGi lo llevó a una presentación de danza quedó maravillado y se vio a sí mismo bailando sobre el escenario. Se fascinó y su propio esposo halagó sus brillantes ojos sobre los bailarines.

Gracias a YoonGi comenzó clases de danza contemporánea dos veces a la semana. En la noche por el trabajo, aunque se moría de nervios que alguien conocido lo viera por allí, ya que a sus padres no les agradaría saber que a su hijo le gusta bailar por las noches.

Sus primeras desveladas fueron con YoonGi. Su madre lo mantenía a raya con los horarios de televisión y ya le tenía una hora programada para dormir. Ella decía; "si no duermes ocho horas cada día te verás peor" eso lo asustaba.

Pero un día el mayor llegó a casa con hamburguesas y gaseosas, explicándole que comerían eso mientras se sentarían en el sofá a ver televisión. JiMin le explicó que era imposible, ya eran las nueve de la noche, no podían comer tan tarde y menos mantenerse despiertos, porque el siguiente día se levantarían temprano.

"Relajate corazón, pasaremos buena noche"

Y luego ya no se quejó, porque fue una de las mejores noche que tuvo en veintitrés años de su vida. Las siguientes noche que su esposo llegó con los mismo planes en vez de refutar con una sonrisa prendía la televisión.

Habían tantas cosas que comenzó a hacer gracias a YoonGi, no importaba la culpabilidad de desobedecer a su madre que sentía después, porque la felicidad del momento era mayor y lo volvería a hacer mientras su familia no se enterara.

YoonGi fue como su ángel, el cual al principio creyó que sería su perdición y que perdería la poca libertad que tenía pero nada sucedió como esperaba. Aún recuerda el día en que lo conoció, sus padres felices durante una cena anunciando su matrimonio y él solo quería escapar de allí, desconcertado, fue la primera vez que quiso no obedecer. Pero como era cobarde; lo hizo y no se arrepiente de haberlo hecho porque si no no tendría a YoonGi a su lado.

Con el tiempo fue conociéndolo y no eran tan diferentes. YoonGi también era responsable e inteligente, pero también gracioso y carismático. Le tomó poco tiempo aprender a amarlo hasta llegar al punto que dejó de pensar en la forma de alejarse, porque se había enamorado.

ᴢᴀɪɴᴏ ˗ˋˏYoonmin/Vminˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora