16: razljubit.

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Aún en el pasado.

Llevaba cuatro meses compartiendo vida con YoonGi, se puede decir que ya estaba totalmente acostumbrado a él, cada vez que llegaba a casa sabía que alguien más debía llegar

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Llevaba cuatro meses compartiendo vida con YoonGi, se puede decir que ya estaba totalmente acostumbrado a él, cada vez que llegaba a casa sabía que alguien más debía llegar. Preparaba todo para dos, y últimamente todo lo estaban haciendo juntos, que quizás era parte de conocerse entre sí.

Lo conocía un poco más, como que le gustaba decirle cosas que lo avergonzaban porque según él se veía lindo y tierno con sus mejillas rojas, también era gracioso, a veces en los momentos más serios y tranquilos. Le gustaban mucho las mandarinas, de eso se dió cuenta cuando compraron una bolsa y se acabó en tres días, tres días en las que solo sacó dos y las otras acabaron en el estómago del pálido. Descubrió que le gustaba el café amargo por las mañanas, porque según él le ayudaba a despertar. También que era un hombre muy responsable en cuanto a trabajo, siempre pendiente a él y terminando todo lo que tiene hacer, sobretodo se sorprendió cuando el mismo le reveló que sí le gustaba su trabajo.

Le agradaba pasar tiempo con él, poco a poco iba soltándose a su lado y confiando más para así poder relucir su personalidad. No es que fuera diferente, solamente que con confianza tenía la valentía de hablar más.

De igual manera en estos cuatro meses no podía olvidar lo momento extraños entre los dos, para él eran extraños pero desconoce cómo se sintió YoonGi. Era raro porque no estaba acostumbrado a cosas así, pero tenía un sentimiento bonito cada vez que pasaba algo parecido.

Cómo cuando YoonGi llegó a la casa con un ramo de rosas y unos chocolates, diciéndole que al verlos solo pudo pensar en él. Por obvias razones se sonrojó recibiendo los regalos, tuvo un sentimiento desconocido en su pecho que no paraba de palpitar rápidamente.

O cuando a veces solo se quedaban mirándose, con esa tensión que siempre tenían entre los dos. No sabía por qué, pero simplemente se quedaba sosteniéndole la mirada y le correspondía las sonrisas mientras sentía que algo tenía que pasar, pero no sabía qué. Existía la misma tensión cuando rozaban por casualidad sus brazos o manos, los vellos se le erizaban y una descarga recorría toda su columna sintiendo un frío repentino, con ganas de que YoonGi le dé su calor.

Como ahora.

Hoy fue uno de esos días donde el mayor llegó con una caja de pizza a la casa, listo para tener una noche de películas. JiMin ni pensó en negarse, disfrutaba esos días que eran escasos debido a que no siempre tenían que comer comida chatarra, solo se lo permitían dos veces al mes.

Ahora, minutos después de acabar de comer estaban los dos sentados en el sofá mirando la película, o eso parecía. JiMin estaba temblando de nerviosismo ya que YoonGi a su lado había pasado su brazo por detrás de él, apoyándolo en el respaldo del sillón. Aquello lo sintió tan romántico, justo como los libros que leía. No sabía cómo se sentía YoonGi al respecto, quizás ni siquiera se dió cuenta de lo que hacía, pero JiMin no podía ignorarlo, menos si el pálido le daba algunas miradas de vez en cuando sin girar la cabeza hacia él.

ᴢᴀɪɴᴏ ˗ˋˏYoonmin/Vminˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora