ᴢᴀɪɴᴏ ˗ˋˏYoonmin/Vminˎˊ˗

22: inmarcesible.

-¿Entonces dices que no puedes tragar la comida sin sentir náuseas? -Jimin asintió levemente, se hunde en su lugar. De repente la silla se volvió demasiado grande para él, todo estaba enorme a su alrededor, casi encima, por aplastarlo.

-Siempre fue así, h-hubo un tiempo en que no, pero volví a sentirme así. -relamió sus labios manteniendo la mirada en la mesa, aunque podía sentir a la terapeuta escribiendo en el ordenador.

-¿Qué diferencias hubo en ese tiempo? -la mujer de edad levantó la mirada hacia él y se ajustó los lentes-, ¿Algo cambió?

-Uhm, me casé. Él.. Tiene distintos hábitos a los míos y me fui acostumbrando a ellos, supongo.. -suspiró moviendo su pierna nerviosamente, sus manos no dejaban de jugar entre ellas aunque él no se diera cuenta.

-¿Aún sigues casado?

-Sí.

-¿Cambió algo en tu matrimonio?

Silencio.

La terapeuta se detuvo a mirarlo atentamente unos segundos, al no recibir respuesta inmediata el sonido del teclado volvió.

-Él me engañó. -se apresuró a decir.

El teclado paró.

-¿hace cuánto fue eso?

Jimin desvío su mirada a varios lados, abriendo y cerrando la boca, no sabiendo muy bien qué decir. Se sentía extraño hablar de esto con una desconocida y solo quería largarse a llorar porque era tan humillante.

-Me enteré hace un par de semanas, supongo. -No tenía idea de cuanto tiempo había pasado desde que se enteró de todo, y solo gracias a su cita con la psicóloga sabía qué día era hoy-, pero antes de eso, ya estaba teniendo mis pro-problemas con la comida.

La mujer asintió aún teclando, pero luego lo dejó a un lado prestándole toda la atención al Rubio sentando frente a ella.

-¿Estas yendo con algún nutricionista?

-No, aún no.

-¿Lo harás?

-No lo sé, yo... Ni siquiera estaba seguro de venir aquí.

Ella asintió y formó una leve sonrisa. Jimin se sintió un poco más tranquilo.

-Una persona con TCA a veces no capta el desorden alimenticio que tiene y las consecuencias de este. Piensa, como tú, creo, que recibir ayuda no tendría sentido. ¿Es así?

-Sí... Es decir, cada día adelgazo más, eso está bien, es lo que quiero, y nunca fui tan amante de la comida así que no me importa mucho..

La mujer cruzó sus manos sobre el escritorio.

-Lo primero que debemos hacer es que veas el problema que hay contigo, no con tú físico, con tú mente y pensamientos. ¿Qué es lo que piensas constantemente de ti?

-Que estoy gordo, obeso, feo, que nadie me querrá así y, y que debo cambiarlo.. O me cambiarán a mí.

Ella asintió, comenzando la primera sesión.

[...]

Salió de la clínica tapando sus brazos ya que estaba con un suéter ligero y hacía frío. Ya era de noche, la hora la había tomado cerca de las 6 por lo que habían tardado bastante. No puede quejarse, fue bien, la mujer lo escuchó e incluso le dio un par de pañuelos para que pudiera limpiar sus lágrimas, le dejó una tarea simple, solo debía poner en un papel 3 cosas que le gustaran de sí mismo y que nunca cambiaría.