ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 8: ᴀʏᴜᴅᴀ

468 40 12
                                    

-¿Y estás segura de que ese tal Rilen nos va a ayudar?-. Pregunto Kratos.

-Totalmente segura, crecimos juntos, somos prácticamente como hermanos. El día que hui de allí él me dijo que lo buscase, que estaría aguardando mi llegada cuando el momento lo precisara. No estoy muy segura, pero creo que sé donde podemos encontrarlo. Con mucha suerte a él también se le habrá unido más gente que está en contra de mi tío-. Dijo Eyra mientras miraba a ambos con seguridad.

-No podemos guiarnos de simples suposiciones. Necesitamos algo seguro, no podemos ir dando palos de ciego-.

-Lo sé, y te entiendo. No quieres correr riesgos innecesarios, es comprensible. Pero conozco a Rilen, confió en el, se que estará ahí-.

-Muy bien, debemos de confiar en ella Padre. No perdemos nada por intentarlo-. Dijo Atreus levantándose de la silla mientras defendía a Eyra.

-No es de ella de quien no me fio. Si no de lo desconocido, no sé qué tipo de peligros existen en su reino, pero no podemos ponernos en peligro tontamente-.

-Estoy de acuerdo con el chico, no perdemos nada en intentarlo. Si encontramos lo que buscamos bien por nosotros, si no...pues volvemos aquí y ya pensaremos en algo-. Dijo Mimir que se encontraba posado en la mesa.

Kratos gruño ante las palabras de su hijo y de la cabeza, no era muy partidario de adentrarse en los lugares sin un plan, pero entre los 3 lo habían puesto entre la espalda y la pared.

Este se levanto y tras colgar el hacha en su espalda, el resto comprendió que era el gesto de que se pondrían en marcha.

Atreus se aseguro rápidamente de llevarlo todo correctamente, que no le faltaran armas ni pociones. Brok le había fabricado una armadura nueva ya que la otra le había quedado un poco pequeña, en esos últimos meses había ganado masa muscular y altura. La adolescencia le estaba cambiando por completo.

Por otro lado Eyra, solo agarraba con firmeza aquel colgante que su madre le regalo, rezaba para que pudieran encontrar a Rilen sin ningún problema.

Era el mejor guerrero de su clan, por lo tanto confiaba en que había escapado con éxito el día del ataque.

Y habiendo asegurado que nada les faltaba, se pusieron en marcha.

--Un tiempo más tarde—

Los 3 y Mimir, andaban entre altos arboles, saltando o esquivando ramas, escuchando atentamente a su alrededor por si algún sonido extraño los acechaba.

Por un momento el dios y su hijo pensaron que estaban dando vueltas en círculos, ya que el escenario nunca cambiaba y tenían la impresión de que habían pasado ya por el mismo árbol al menos 5 veces.

-¿Estás segura de que es por aquí?-. Pregunto Kratos con una voz que manifestaba inquietud al ver que no llegaban a ningún lado.

-Sí, sé que es por aquí. Reconozco estos árboles, si miras bien en algunos hay unas marcas, son casi imperceptibles a la vista, pero si estas atento te darás cuenta de ello. Nos estamos acercando, puedo notar la magia. El lugar al que vamos está protegido por un antiguo hechizo. Se trata de una taberna que usaban los guerreros en la antigüedad para planear ataques. Pero cuando la época de la guerra paso, los que quedaron decidieron conservarla como lugar de reunión para amigos. Solo los caballeros de mi reino saben donde están-. Dijo Eyra explicando el lugar hacia donde se dirigían.

-¿Y cómo es que tu sabes donde esta?-. Pregunto Atreus con curiosidad.

-Como ya te dije, no soy mucho de seguir las normas. A veces venia aquí para ver las batallas clandestinas, bebíamos y apostábamos. Echábamos buenos ratos, hasta que mi madre me descubrió y me dijo que si volvía a ir a ese lugar, me encerraría en mi cuarto hasta que me salieran canas-. Dijo con gracia al recordar el día que su madre la pillo escapándose y como la regaño hasta dejarla sorda.

𝘿𝙖𝙣𝙯𝙖 𝙙𝙚 𝙙𝙧𝙖𝙜𝙤𝙣𝙚𝙨 「𝙂𝙤𝙙 𝙤𝙛 𝙬𝙖𝙧」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora