ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 17: ᴘʀᴏᴘᴜᴇsᴛᴀ ɪɴᴇsᴘᴇʀᴀᴅᴀ

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Varios días habían pasado desde que Eyra, por error, había escuchado aquella conversación, varios días donde podía sentir como su pecho dolía y su corazón se encogía cada vez que lo recordaba.

Había estado evitando todo lo posible a Atreus en ese tiempo, siempre que venía a buscarla le decía a sus criados que le dijeran que estaba muy ocupada y que no podía atenderlo.

Le dolía tener que evitar e ignorar un poco al joven, pero había comprendido que la única forma que tenia de olvidarlo era justamente eso, pasar de él y obligarse a sí misma a ignorar sus sentimientos.

Se encontraba sentada, como siempre, en su lujoso despacho, el cual ya estaba totalmente reformado y decorado, al gusto de ella por supuesto.

A sus espaldas había un gran ventanal que tenía unas maravillosas vistas, había ordenado que colgaran en la pared de enfrente un gran cuadro donde estaba pintada ella junto a su familia, de esa forma podía admirarlos cada vez que se sentía triste, de esa forma se sentía un poco menos sola.

Estaba revisando y firmando unos aburridos papeles que su secretario, Khiss le había traído sobre no se que de unas tierras, algo muy muy aburrido.

De repente alguien llamo a la puerta y tras un "Delante" de Eyra Rilen asomo su cabeza rubia.

-¿Ocupada?-. Pregunto él con una sonrisa.

-Aburrida, más bien diría. Estos papeles son un tostón, me encantaría estar por ahí cabalgando o explorando, estoy empezando a pensar que esta no es la clase de vida que quiero-. Dijo resoplando y apoyándose en el respaldar de la silla.

-Vamos, eres buena en esto, se nota. Toda la ciudad está encantada contigo como reina, está casi todo reconstruido ya, las cosechas son buenas y a nadie le falta un plato en su mesa o una ropa en condiciones. Incluso ya hablan de que vas a ser una de las mejores gobernantes que ha tenido Dragheim en toda su existencia-. Dijo alabándola mientras se sentaba en la silla que había enfrente del escritorio.

-Eso solo hace poner más peso sobre mis hombros y darme más presión. Necesito un buen trago, una de esas fiestas que nos montábamos cuando nos escapábamos, ¿recuerdas aquella vez cuando amanecimos en la orilla del lago de los Ancestros? Dios, nos robaron casi todo, no se llevaron la ropa porque les daríamos penas-. Dijo riéndose mientras recordaba la borrachera tan grande que ambos cogieron para celebrar el ascenso de Rilen.

-¡Dios santo no me lo recuerdes! Me lleve 3 días con resaca y jamás se me olvidara la mirada asesina que tu madre nos echo encima. ¡Esos ojos sí que eran aterradores!-. Decía mientras se limpiaba las lagrimas de tanto reírse.

-Espero tener pronto un rato libre y charlar, acompañados de una buena cerveza como hacíamos en los viejos tiempos-.

-¡Por supuesto! Y quizás puedes avisar a ese amigo tuyo, Atreus, parece un buen chaval y del tipo que no aguanta ni dos asaltos bebiendo-. La aparición de aquel nombre hizo que algo en el interior de Eyra se removiera, quien se movió inquieta en la silla, gesto que Rilen no paso desapercibido.

-Por tu cara intuyo que algo ha pasado, cuéntame, ¿Acaso te ha hecho algo? Como sea eso se va a enterar-. Dijo frunciendo el ceño.

-No no, el no me ha hecho nada, al contrario siempre ha sido muy bueno conmigo. Es solo que... bueno, presencie algo que no debería, me había hecho ilusiones y bueno, las tiraron por la borda-. Dijo levantando los hombros en señal de derrota y aguantando las lágrimas.

-Ya veo, supongo que puedo imaginar el que. Sabía que algo había pasado, he visto como varias veces lo has evitado, mandando a alguien para decirle que estabas ocupada cuando en realidad no-.

𝘿𝙖𝙣𝙯𝙖 𝙙𝙚 𝙙𝙧𝙖𝙜𝙤𝙣𝙚𝙨 「𝙂𝙤𝙙 𝙤𝙛 𝙬𝙖𝙧」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora