Gato encerrado

23 1 0
                                    

Ella no comprendía lo que estaba escrito era un lenguaje indescifrable para si, pero le preocupaba sinceramente el hecho de que Job pusiese tal cara de angustia, preocupación...

La desazón desde la noticia de la nota estaba pintada en su cara.

¡Por favor, ella necesitaba saber que pasaba! Y él estaba mudo momentáneamente, volvió a tomar la nota con más detenimiento, leyendo y releyendo el maldito papel como si pudiese quemarlo con los ojos -¿Estás bien? - El mundo de Job se vino abajo cuando escuchó esa vocecita aguda preguntándo eso.

Sin aviso las lágrimas salieron de sus ojos, formando pequeños ríos en su cara. Él sin pensarlo mucho; con los sollozos fuertes y constantes, se recostó en las piernas de Marja, cuyo corazón comenzó a desbocarse tanto por el lugar en el que él estaba como por el miedo de saber que algo malo le pasaba a su amado Job.

Sí, ella se había enamorado sin razón, y nada de lo que conocía, ni de lo que sentía la hubiese preparado para la tormenta que se le venía encima.

Después de calmar un poco sus sollozos, mirando hacia la nada y con voz débil y triste; el chico habló por fin, dando la esperada e inesperada respuesta –Yo soy prostituto, el día que me encontraste fue...algo salió mal en ese trabajo y yo... yo necesitaba el dinero y traté de aguantar el dolor hasta el final, pero era demasiado y terminé desmayándome– tragó saliva y esperó un momento; mientras tanto, era Marja la que terminaba de desmoronarse – Yo...te agradezco por todo lo que... –ella lo interrumpió, con rápidas palabras desfiguradas por el repentino llanto que la asaltó –Yo te amo como eres– Job se quedó con un nudo en la garganta, que comenzaba a dolerle por la presión de no poder decir nada bueno. Ahora él era el que estaba asombrado. ¿Qué decir a eso? Y más ahora, justo cuando acababa de decirle la verdad. Él apartó la cabeza de sus piernas - Yo planeo mudarme a otra ciudad, aún no decido cual. Pero será pronto - mirarla a los ojos en ese momento fué lo más difícil y doloroso del mundo.

Continuó hablando con el corazón herido - Esto no podría ser.... tú apenas me conoces, no sé tu edad, no sabes la mía... es muy pronto para que me ames, y aunque me amaras... comprende que no sé hacer nada útil como para conseguir otro trabajo. Antes de recurrir a esto yo tuve seis trabajos y en los seis me echaron por que no les servía. A duras penas tengo la secundaria ¿Qué podría darte yo con eso? Por esa razón terminé trabajando de este modo, no te conviene...- cuando él dijo eso ella se dirigió a la puerta y dijo - Aún podemos ser amigos ¿Verdad? - .

Mariposa-EDITANDO-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora