La vida es dura.

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Hola n.n bueno, gracias a FatimaAvila4 que me motiva con sus votos a seguir escribiendo, como prometí, este capítulo es tuyo.
Y sí, ahora dejamos a Marja arreglar las cosas con su padre y volvemos con Job y su nueva vida.
Espero les guste.
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Y él ya lo sabía. La vida es dura. Job, con 17 años, estaba llegando a una pequeña ciudad, que más bien parecía pueblo en crecimiento.

Llegaban 70 familias diarias a ese lugar. Él no sabía nada, nada más que el hecho de que era, la ciudad "más limpia" y "más segura" del país. Habrá que verse.

La recién renovada terminal, aún dejaba ver alguna suciedad, alguna basura, algunos puestos de comida poco higiénicos, algunas personas que dormían allí y alguno que otro perro callejero. Tomó un taxi hacia la ciudad y no dudó un segundo en preguntar por un hotel barato. No iba a encontrar un lugar

Lo llevó a un lugar, que ciertamente era un motel. Esos lugares le traían malos recuerdos, pero al final, sabía que había venido a empezar de cero. Así que, debía dejar esos recuerdos en el pasado.

Se instaló en el motel por unas semanas. Buscó un lugar pequeño donde instalarse. Al final lo convenció una pequeña habitación amueblada y con todos los servicios.

Nada era de la mejor calidad, pero era un buen inicio y era mejor que seguir gastando en un hotel mientras conseguía una cama.

El cielo de esa ciudad...mirar por la ventana era maravilloso. Y no porque las calles estuvieran realmente limpias, sino por el cielo.

En la capital el cielo estaba muchas veces nublado, pero allí, allí el cielo era tan azul... Que lo motivaba a seguir con su plan.

Entonces recordó a Marja, y por primera vez, pudo sonreir al recordarla. Su amor tan niño, su tez tan joven, su mirada tan decidida.

Definitivamente no sabía que sentía por ella, pero definitivamente las cosas no habrían funcionado así que, la paz de saber que había hecho lo mejor para ella, al fin llegó.

Buscando trabajo, encontró algo de conserje en una primaria.

Se presentó y después de varias entrevistas, lo tomaron a él.

La razón de que lo aceptaran a él, nadie la sabe, pero lo que estaba claro era que ya estaba allí y trabajaría con muchas ganas, para poder hacer realidad su sueño de una vida tranquila.

Pasaría dos años allí, hasta que se enteró de que el gobierno tenía un programa para que los adultos terminaran sus estudios. Con diecinueve años Job completó la secundaria, y en otros dos años completaría la prepa.

Con miles de opciones distintas, dejó su trabajo en la primaria para ir a buscarse el mundo. Ahora era cajero en una famosa tienda de ropa del país, famosa por ser cara y de buena calidad, que tenía sucursales en muchos centros comerciales.

Pagaban una mierda, como en la mayoría de los trabajos; pero servía para vivir y se sentía decente.

Sus compañeras y compañeros eran, en su mayoría muy amables y generosos, pronto fue adaptándose a su nueva vida, su nueva ciudad y a tener algo que hace mucho no tenía, amigos. Seis meses pasaron rápidamente. Seis meses en los que decidió que su camino no acabaría allí.

Sus padres estaban orgullosos de que su hijo con 20 años tuviera un buen puesto en una tienda de ropa tan importante y la prepa terminada, sobretodo porque ellos a duras penas tenían la primaria y sabían escribir; pero estaban preocupados por el bienestar de su hijo en la nueva ciudad, pues no creían que fuera tan bueno un trabajo allí, como en la capital.

La preocupación de sus padres lo hizo tomar una decisión drástica.

Estudiaría una carrera. No sabía cual, aún no lo decidía, pero no importaba, aún faltaban unos meses para los exámenes de ingreso.

Mariposa-EDITANDO-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora