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Kevin caminó con paso lento hacia mí. Yo no me moví. Cuando menos lo pensé, su cuerpo estaba tan cerca mío que podíamos sentir nuestras manos rozar. Nuestros pechos tocar. Mi agitada respiración y su sorprendentemente tranquila respiración, mezclarse.

Acabamos tan cerca que por un momento imaginé que iba a besarme, por lo que formé una mueca dominante para persuadirlo de que ni se atreviera.

Sus ojos, avellana. Los míos, castaños como los de mamá pero con la extraña mirada de mi papá. Conectaron y esa mirada llena de presión se convirtió, de un momento para otro, en una mirada triste.

Cerré mis ojos un momento. El recuerdo de Larry, mi segundo novio, me traía angustia. Impotencia por no haberlo podido salvar, rabia porque ningún hombre me iba a querer así.

— Quítate. — le pedí. Kevin detuvo su acercamiento y se quedó en su posición, mirándome directamente a los ojos y devorándome con la mirada — soy un monstruo horrible, quítate.

— Sé que no es así, Shell. — musitó él — te proteges bajo ese escudo de metal, mostrándote fuerte. Pero en realidad eres frágil. — añadió — eres una chica lastimada que aprendió a defenderse de la manera equivocada, es todo. Y yo puedo aprender a quererte.

Acercó mucho más su cara a la mía. Nuestras narices rozaron, sus ojos se entrecerraron. Noté, aunque a este punto ya era muy evidente, que deseaba besarme.

Soy muy torpe besando, y a pesar de que conocía a este chico de muy poco me convencí muy rápido. Apoyé mi mano en su nuca y antes de atreverme le miré la cara.

Había una evidente diferencia de apariencia con el chico. Él era castaño claro y de nuevo, sus ojos avellana parecían hipnotizarme pero ahora estaban cerrados, dispuestos a recibir algo de afecto por mi parte.

Cerré mis ojos y él me acompañó. Chocamos caras, pero no dije nada al respecto. Únicamente quedaba besarlo.

Para acompañar el beso que planeaba iniciar pronto, posicioné mi mano en su hombro y volví a entreabrir los ojos. Él también los abrió. Mi otra mano estaba en su nuca y él tomó mis mejillas con una suavidad casi imperceptible.

Cerré mis ojos y él también. Se acercó y el primer beso se dió.

Sentía sus labios pegados contra los míos. Temerosa correspondí. Todo en mí temblaba.

Al verme así, me rodeó por el cuello y me mantuvo cautiva en sus brazos.

Sus labios se movieron y presioné mis ojos un momento por los nervios. Mis manos se separaron de él y fueron hacia sus mejillas, quería acariciarlas. Quería tenerlo más cerca de mí.

Al mismo tiempo nos dimos otro beso. Solo era sentirnos la piel. Y por algún motivo, besarme con este desconocido no estaba tan mal, vaya.

Primer beso sin brackets, que bien se siente.

Sus brazos se desligaron de mi cuello y ahora me cogieron de la cintura. Hice lo mismo que él estaba haciendo antes, y una de mis manos le sostuvo la cabeza para que no pudiera separarse de mí.

Lo que antes eran solo manoseos para sostenernos, finalmente se transformó en un intento de entendernos mutuo. Kevin pasaba su mano por todas partes de mi cuerpo, yo también. Me apegó contra la pared y continuamos con más besos que esta vez, eran más que besos cortos.

"— Shelley, lamento que a tu novio lo haya matado..."

Abrí los ojos de par en par tras aparecer ese recuerdo en mi mente y, con un impulso ganándome, lo empujé un poco. Él continuó.

Escudo de metal ▸South Park Fanfic◂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora