✿ 𝕍𝕚𝕕𝕣𝕚𝕠𝕤 ✿

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Kyle despertó en el hospital, con caricias en su cabello de la persona que menos se esperaba pero con la que más deseaba estar.

— Mi pequeño monstruo reaccionó... — escuchó y él miró a su lado. Más que una molestia, ahora era una bendición tener al obeso a su lado, y sonrió feliz — ¿Cómo estás?

— B-bien. — tosió — creo.

Eric sonrió y sin decirle nada, lo interrumpió con un beso en los labios como saludo.

— Lo siento, tenía... muchísimas ganas de saludarte así.

— ¿Me saludas otra vez? — preguntó Kyle. Eric asintió.

— Todas las veces que quieras, judío. — y volvió a besarlo. Esta vez, y aunque la garganta le dolía, Kyle le correspondió todos los besos.

— ¿C-chicos? — escucharon en una voz suave el dúo — que... demonios.

Eric miró a Butters con rabia por haber interrumpido su beso con el judío. Butters le sonrió.

— Carajo, Butters. ¿Qué te cuesta despertarte después? Ahora estoy en mi epílogo, búscate el tuyo. — y Eric regresó con Kyle. Butters sonrió y miró a la parejita opuesta, hasta que alguien abrió la puerta y corrió hacia él.

— ¡Kenny! — exclamó Butters. Kenny acarició su cabello y comprobó que estuviera bien, pero con la sonrisa de Butters lo entendió todo — ¿Y Wendy?

— Ella no importa, mi vida. Lo importante es que tú estés bien. — y procedió a llenarle de besos la cara. Butters soltó una risa tierna.

Craig entró y miró la escena. Yo y Kevin llegamos después, pero lo tomé del hombro para calmarlo y lo apegué a mí.

— Todo estará bien. — solté — nosotros estamos aquí, para tí. Tweek y Jimmy están bien.

— Nunca lograré entender como es que se les pasó por la cabeza violar a Wendy. Tolkien y Clyde no eran así, carajo...

— Tranquilo, Craig. — lo calmé de nuevo. Unos toques en la puerta, llamaron la atención del chico — oh, son Tweek y Jimmy.

El rubio le sonrió desde afuera. Craig, entonces, salió y lo recibió con un beso y un abrazo. Luego saludó a Jimmy.

Kevin me miró y acarició mi mejilla. Lo miré, curiosa de lo que fuera a decir.

— Estás sonriendo.

— Ah. — solté. Volví a mi cara habitual.

— No, amor. Me prometiste cuando nos volvimos pareja que sonreirías hasta que te duela la cara.

— Ya lo haces todo el rato, déjame estar con cara de orto el tiempo que quiera, idiota. — lo insulté, de broma. Él se acercó a mí y me abrazó fuertemente.

— Ya verás cuando volvamos a casa, lo que te pasa por hacerte la mala conmigo. — comentó. Me reí y nos miramos a los ojos, de nuevo. Amabamos hacerlo y quería estar así por el resto de mi vida — te amo.

— Y yo te amo más. — le dije. No solía decirlo mucho, pero estas situaciones me impulsaban a hacerlo. Lo tomé de la cara y le dí un beso largo, que mi papá interrumpió raspando su garganta — papá...

— L-lo siento, Shelley. Continúa. — se disculpó papá, y volvió con mi madre. Miré a Kevin y compartimos unos besos antes de que Yvette haga presencia.

— Shell. —me llamó. La miré.

— ¿Yve? — le dije. Ella sonrió y extendió un paquete — ¿Y eso?

— Es tu vestido de graduación. Hice que una modista lo confeccionara perfectamente para tu talla. Quiero vértelo usar, eh.

— Lo usaré, amiga. No te preocupes. — ambos nos reímos al unísono. Volví a mirar a Kevin y él me aferró en un abrazo a él.

No obstante, hubo alguien en quién pensé y creo que nadie más en mi círculo de amigos lo hizo.

Wendy.

— Hola. — la saludé. Wendy, dentro de la celda, me daba la espalda y en la pared ilustraba algo con marcadores. En cuanto me vió, me miró triste — ¿Puedo pasar?

Wendy asintió. Me senté a su lado y miré el dibujo que estaba haciendo.

— Es hermoso. — le dije — tienes talento para el dibujo.

Wendy sonrió.

— Sí, Tweek me lo decía constantemente... — suspiró — lo extraño mucho. Siento que lo metí en algo en lo que no fue su culpa.

— Lo sé. — le respondí — lo que hiciste estuvo muy mal, pero... los juzgados te tuvieron piedad. Tres años no son para tanto, ¿Verdad? ¿Qué piensas hacer en cuanto acabe tu condena?

— Escapar a Francia con mi papá. Soy mitad francesa, creo que lo sabes. — asentí — solo espero poder luchar con la carga que ahora tengo. Aún así, nunca dejaré de sentir que la marca de mi abuso sexual es más grande.

Tomé su hombro y con palabras claras, le dije.

— Muchas veces es necesario dejar de usar un escudo de metal para protegerse de todo, y buscar un ejército, Wen. Tú tenías un escudo de vidrio, y lo único que te podía ayudar te falló. Quiénes más tienen la culpa de todo esto es a quiénes mataste, pero no quita que le hiciste daño a varios de mis amigos.

— Me voy a dormir pensando en Stan, y me digo... si realmente fue mi culpa que me hayan violado. Él estaba borracho, yo alcoholizada, tal vez...

— Wen. — le interrumpí — nunca es culpa de la víctima, siempre es del agresor y eso tienes que aprenderte. Eres fuerte, Wen. Eres fuerte y nunca más temas, mujer.

Nunca más temas de callar un delito tan severo como es la violación.

Destruye mentes, vidas, y familias enteras.

Y la gente prefiere esconderse en un escudo de metal por los prejuicios de la soledad.

Necesitamos más personas que empiecen a recoger los vidrios que otros partieron.

Nota de Akemi: 

¡Hola!

Espero que les haya gustado el fanfic. Muy corto, lo sé. Pero veo necesario tratar este tema al ser tan delicado y al tratarse de algo ilegal y que lastimosamente es muy común. 

Recuerda que si estás sufriendo de violencia de género y/o abuso, puedes recurrir al 144 en Argentina.

Las opiniones son totalmente aceptadas, gracias por quedarte hasta el final. 

Escudo de metal ▸South Park Fanfic◂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora