Escudo de metal ▸South Park Fanfic◂

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— Oh, Shelley. Te he visto tan triste estos días que saber que saldrás con un chico, me alegra el corazón. — me comentó mamá.

— A mí me causa sospecha, ese muchacho se ve demasiado noble para ser verdad. — añadió papá.

— Mamá, papá. Todo irá bien. Kevin es un buen chico, en serio. Son solo... un poco de nervios, es todo. Me irá fenomenal. — les expliqué — ya verán como les caerá. Kevin es genial.

— No lo dudo, amor. Solo procura que no se parezca a tu padre. — me aconsejó mamá. Solté una risa y papá la miró indignado.

— ¿Pero qué dices, Sharon? Si soy el hombre perfecto.

— Es una broma, Randy. ¿Por qué no entiendes bromas? — el timbre sonó. Mamá se acercó a mí y, sin dejarme ni despedirme, me dió un beso en la mejilla — adiós, amor. Pásala lindo.

Solté una risa.

— Adiós, ma.

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En la puerta, Kevin ya estaba esperándome.

Llevaba puesta ropa recién planchada y lavada, con su cabello bien peinado y unos nervios en su cara que intentaba disimular con una sonrisa (no obstante, yo también me veía terriblemente nerviosa)

Me acerqué a él y le sonreí también.

— Estoy con muchos nervios. — explicamos al unísono. Luego, carcajeamos por la coincidencia.

— Te ves muy hermosa. — me dijo él.

— Y tú muy... clase media. Me gusta. -- fue un chiste de mierda pero de todos modos pareció reírse. Me gustó bastante su actitud positiva ante la vida y ante los chistes de los demás.

— ¿A dónde te parece ir?

— Conozco un lugar nuevo, aquí. No he ido pero el grupo de Yvette Donovan va seguido, por lo que creo que nos gustará. — le sonreí. Él frunció el ceño.

— ¿Yvette? ¿No era que ni te podías ver con ella?

— Las cosas cambian, Kev. Lo mejor que podíamos hacer era... perdonarnos. Por nuestra salud mental.

Las calles estaban sorprendentemente tranquilas. El cielo bastante más estrellado de lo que comúnmente lo estaba, y los pisos algo mojados por una llovizna que se había dado mientras estaba en clase. Imaginé que el ambiente iba a ser tenso o tardaríamos en sacar un tema de conversación, pero fluyó mejor de lo que me esperaba. Kevin era, en definitiva, una persona especial. Cálido en su trato con quién él creía que se lo merecía.

— ¿Sabes? Luché con papá porque me dejase salir contigo. — le dije — es una horrible persona.

Lo miré y me preocupé un poco por su forma de expresarse hacia su padre. Sí, sabía que Stuart era un alcohólico al igual que Randy, mi papá, pero nunca imaginé que fuera tan terrible.

— Mi papá tuvo muchos problemas con el alcohol durante su vida, y las cosas empeoraron cuando mi hermano murió. — le expliqué — mi padre es... muy impredecible, ja. Como todo habitante de South Park. Pero, ¿Sabes qué, Kev? Para mi padre siempre seré su bebé. Desde que Stan se fue, ha intentado que su vida torne otro rumbo pero es difícil. Es difícil salir adelante cuando todos... cuando parece que todos están en tu contra.

Kevin me miró durante un momento. Nos detuvimos frente a un negocio de ropa femenina, y no pude evitar echarle un vistazo al maniquí. Siempre tan hegemónicos, tan bonitos, y yo no era así. Jamás lo seré.