Pxey (3)

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Eyi tenía trece años, a poco tiempo de cumplir los catorce, cuando su madre decidió que era el momento de ser Ikran Makto, desde su incidente con el Nantang, a diferencia de su hermana Kiri, Eyi estaba siendo entrenada para ser una guerrera Na' vi tal y como su madre.

Se preparo un grupo de varios jóvenes, incluyendo a Neteyam y Kiri para su primera temporada Ikran, era algo importante para cualquier Na' vi, a pesar de que se sabía que no todos regresarían con un Ikran no disminuía la emoción.

La primera fase del viaje eran subir a las montañas en su pa’li, y en serio debía agradecer a sus padres por criarla en las alturas, porque al contrario el borde la montaña la tendría aterrada.

—No sé ustedes, pero yo quiero uno morado— Habló Neteyam el cual estaba frente a ella y detrás del guía.

—No puedes elegir tú el color, tonto— Le respondió Kiri detrás de ella, su comentario hizo reír a la de cabello blanco, pero concentró toda su atención en avanzar.

—Silencio— Habló su guía y actual candidato al líder de los guerreros, y para la mala suerte de Eyi, posiblemente su futura pareja, plan que no le agradaba por mucho.— Concéntrese en el camino, no queremos accidentes.

—Calma Tarsem, solo era una broma— dijo su hermano realizando una pequeña morisqueta a su espalda.

—Tú novio necesita relajarse— Habló Kiri a su espalda de modo que sólo su hermana la escuchara.

—No es mi novio, y lo sabes, aún no se ha establecido nada, Kiri.

Y era verdad, aunque lo más posible era que terminará comprometiéndose a Tarsem ya que Eyi era nieta de la Tsahik. Y aunque Kiri también era opción, Eyi no permitiría que su hermana se sacrificara de esa manera por ella.

Aunque Tarsem no era un mal tipo, ella no lo amaba, tal vez un gran aprecio y amistad, pero no amor.

Al llegar a la base de las montañas aleluya venía lo que su padre describió como "la etapa más difícil" pero a ella personalmente le parecía algo sencillo, tenía es habilidad de adaptarse a cualquier terreno que estuviera frente a ella, y las subida al nido de los Ikran no era diferente.

—Eyi— la llamo Tarsem en un intento de apartarla del grupo, se acercó a él con la mejor intención, el no era su enemigo.— Se como son tus hermanos, así que síganme y no se adelanten al grupo.

Tarsem era más alto que ella, y claramente era mayor, pues tenía dieciséis. Aunque el siempre había mostrado un gran nivel de respeto hacia ella y entendí perfectamente que estaban en etapas diferentes de su vida.

—¿Esto es un orden?

—Es un favor que le estoy pidiendo a una amiga y futura Tsahik, solo eso tú padre observa a lo lejos, y me afectará directamente si ustedes desafían mi autoridad.

La sinceridad en los ojos de chico era genuina y Eyi no sería quien saboteara algo por lo que el chico estaba trabajando con todas sus fuerzas. Así que solo se limito a asentir y dirigirse a sus hermanos sin esperar respuesta de su guía.

Tomo a Neteyam y a Kiri y los aparto del grupo. Neteyam aún era más alto que ella, pero ella siempre había sido un poco más alta que su hermana.

—¿Qué sucede Eyi? ¿Que te dijo Tarsem?— Preguntó preocupado su hermano, a diferencia de ella, ellos nunca se había preocupado por conocer al chico ni un poco.

—Nada malo Neteyam, calma, solo, me pidió que nos controlemos, ser guía en el Iknimaya es importante para el y si desafiamos su autoridad le afectará mucho, así que por favor.

—¿Tuvo las agallas de pedirte a ti que nos dijeras esto solo porque puede que en algún momento sean pareja? Si llega a ser así tendrá que conversar con nosotros.— Replicó Kiri mirando mal al joven mientras alineaba al resto de los Na' vi.

—Kiri, hermana, por favor, el se acercó como amigo, no es mala persona, por esta vez, tratemos de obedecer.

Su gemela rodó los ojos peor de igual manera asintió tomando por sorpresa a su hermano mayor, el cual también estuvo de acuerdo al final de todo.

Se acercaron al resto de los Na' vi y comenzaron a subir al mismo orden anterior.

Sentía el viento mover los cabellos de color blanco que se escapaban de trenza mientras se aferraba a las lianas, después de años escalando árboles esto era un reto pequeño.

Su hermana se ubico a su lado y la sonrió, debía admitir que tenía un parecido muy grande al Avatar de su madre.

A diferencia de ella, su padre decía que no siempre las gemelas eran idénticas, y de alguna manera los rasgos de Eyi era una combinación de Grace y de quien fuera que fuese su padre, pero no era para nada idéntica a Kiri, podría decirse que eran hermanas pero no gemelas.

Aunque aquello no la molestaba, le gustaba sentir que cada una tenía su propia esencia.

—¡Eyi!— La llamo su hermana  y señaló a los Ikran de sus padres que volaban al rededor de la montaña.— Nos cuidan la espalda.

—¡No se distraigan! Tenemos que avanzar rápido— Gritó Tarsem.

Eyi pensaba que exageraba, en tan solo 10 minutos ya habían llegado a lo que ella si llamaría la etapa más difícil, subir a la montaña Aleluya.

—Es fácil, toman impulso y saltan a una liana— indicó Tarsem haciendo una demostración rápida y comenzando a subir por la liana.

—Bien ¿Quién será el primero?— Preguntó uno de los Na'vi mientras observaban a su guía subir.

—Que empiece Eyi, que la siguiente Tsahik de él ejemplo.

—Bajo esa lógica deberías saltar tú Neteyam— Respondió Kiri.

Era obvio que todos tenían dudas en si saltar, pero Eyi no sería cobarde, se alejó unos pasos de la orilla mientras todos discutían quien iría primero y saltó.

Los pequeños dos segundos que estuvo en el aire se sintieron demasiado largos, pero no de una manera negativa, no era la primera vez que se lanzaba de un lugar a otro, solo estaba la diferencia de altura.

Pero había algo más, cuando su mano atrapó la liana podía sentir como si la misma también se aferrándose a ella, negándose a dejarla caer, a pesar de todo se sentía segura, como si algo en su interior le dijera que estaba segura.

—¡Vamos cobardes, no está tan mal!— le grito al resto del grupo el cual uno por uno comenzó a lanzarse a las lianas, por su parte ella comenzó a subir rápidamente tratando de alcanzar a Tarsem, debía admitir que era rápido.

Al llegar a la cima la mano del chico estaba allí para ayudarla a subir, pero se negó rápidamente, era una prueba y no se permitiría ese tipo de ayuda.

—Lo hiciste bien.— La felicito el chico.— Esto fue la parte más fácil, domar al Ikran será lo difícil, pero ya nos queda poco, cruzaremos por las raíces hasta la siguiente montaña, ese es su refugio.

—Mis padres están haciendo la guardia porque si llega haber algún accidente, mi madre me dijo que esta es la montaña donde mi padre escogió el suyo.

—Eso lo explica.

—¿De que hablan tortolos?— cuestiono Neteyam llegando siendo seguido por algunos de los otros Na' vi, siendo Kiri la última en llegar.

—Nada que sea de tu interés Neteyam ¿No te asustaste al subir?

—¿Yo? Nunca tengo miedo hermanita— Respondió al revolver el cabello de su menor, y como consecuencia recibiendo un golpe de parte de su hermana la cual odiaba que hiciera eso.

—Sigamos— Ordenó Tarsem comenzando a caminar por las raíces.

Era una caminata larga y aunque era común para los Omaticaya ese tipo de recorrido, la altura era un factor en contra, así que no podían apresurar el paso más de lo necesario.

Ya a mitad de camino sus padres aparecieron nuevamente realizando sus comunes llamados en busca de la atención de los jóvenes, rápidamente realizaron la señal de "Te veo" a la cual todos respondieron como correspondía.

Pero no podían permitirse distracciones, debían seguir fijos en el camino.

—Oye— susurró Neteyam a su lado— ¿De que hablaban tu y Tarsem? Hablando en serio.

—Ya te dije Neteyam, mis conversaciones con Tarsem no son de tu interés, además, tu solo lo juzgas porque posiblemente termine siendo mi prometido.

—¿Y cómo no hacerlo Eyi? Eres mi hermanita y él, no es justo que tengas que casarte con él.

—Se que no es justo Neteyam, pero es lo que es, además, el tampoco tiene muchas opciones, el no es mala persona, se está esforzando porque seamos mínimo amigos, y madre sólo permitirá considerar la opción cuando tenga quince, aún tengo tiempo.

—¿De que estamos hablando?— Interrumpió Kiri llegando por la espalda.

—Sobre el futuro compromiso de Eyi.

—Odio ese tema ¿Podemos elegir otro? Como el hecho de que Spider no pudo venir.

—Kiri, Spider no podría con esta ruta, es solo para Na' vi, tal vez en el turno de Lo'ak, aunque no es hasta la siguiente temporada.

—¡Son seis meses! Además, quería que viera como escogía mi Ikran.

Eyi era consciente del extremo cariño que Kiri guardaba hacia Spider, y aunque no era capaz de sentir lo mismo, lo entendía, el joven humano era unos mayor a ella y en definitiva lo quería como un hermano, pero sabía que él hecho de adaptarse en Pandora para Spider era complicado y deseaba ser como el resto de los Na' vi.

—Llegamos, todos atentos. Subiremos las rocas y estaremos allí.

Las cuevas tenían una pequeña cascada dentro de las misma y por fuera, la cual era la separación entre ellos y los Ikran, subirlas fue rápido a comparación de todo lo que ya habían tenido que subir.

Y gracias a la Gran Madre, la vista era tan hermosa.

Sin importar lo que pasará, Pandora siempre sería hermosa ante sus ojos, y con estos paisajes que era capaz de brindarle sobre las montañas, solo afirmaba ese pensamiento.

—Es hermoso ¿no?— le dijo Kiri mientras la abrazaba, estaba emocionada por al fin tener su Ikran, era obvio.— Hace catorce años nuestro padre pasó por lo mismo.

Parecía apropiado que los hijos del Olo'eyktan pasarán la misma prueba que él, y aunque Lo' ak y Tuk posiblemente no lo harían, ellos eran los mayores de la familia, sonaba algo poético.

Los gritos de su madre se oyeron más cerca de lo que espero y unos segundos ya había aterrizado con su Ikran frente a ellos. Seguida de su padre el cual se mostraba notoriamente orgulloso.

—Tarsem ¿Me permites?— Preguntó su padre con la intención de elegir quién iría primero, el más joven no tuvo otra opción más que aceptar.

—Eyi irá primero.— Sentenció Neytiri dándole una firme mirada a su esposo, es obvio que el deseaba que primero fuera Neteyam, pero Neytiri estaba segura de lo que pedía, así que dio un asentimiento hacia Tarzem confirmando la decisión de su esposo.

Eyi se interno a la cascada, nerviosa, su madre ya le había explicado que pasaría al escoger a su Ikran, pero el como acercarse a él la tenía nerviosa.

Pero tenía un plan e iba a seguirlo.

Camino lentamente por los Ikran, podía sentir las miradas de todos en su espalda, y sería hermoso si no la acribillaran de esa manera.

Sus movimientos eran firmes, caminaba entre los Ikran sin inmutarse de los rugidos que estos pudieran producir antes de alejarse volando, estaba buscando algo, no sabía que era, pero estaba cerca, podía sentirlo.

Y fue cuando en su espalda una gran presencia se mostró rápidamente se dio la vuelta, allí estaba, la había estado buscando.

Un Ikran de un morado claro con manchas más oscuras recorriéndola, era hermosa, y era suya.

El animal rugió en buscada de intimidarla, pero Eyi se lo devolvió dispuesta a no ceder. Allí fue donde el Ikran arremetió contra ella.

Eyi se agachó pasando bajo la criatura y tomando la cuerda, no sabía muy bien qué hacía, pero sabía que era la manera indicada.

Cuando el Ikran volvió a gruñirle Eyi tomó todas sus fuerzas y se lo devolvió con todo lo que tenía, el animal pareció desconcertado un segundo pero trato de atacarla nuevamente.

—¡Eyi! ¡Atalo!— Gritó su padre impaciente, pero Eyi sabía muy bien lo que hacía.

La chica subió a una piedra al esquivar el ataque del Ikran y volvió a gruñirle desde su posición, lo repitió las veces que pudo con todas sus fuerzas hasta que el animal pareció quedar desconcertado nuevamente.

La observo y Eyi supo que se lo había ganado, bajo de la roca y pudo notar que el animal se alineaba a su altura, subió a su espalda rápidamente y realizó el vínculo, sin esperar por nadie pensó en volar y salió disparada junto a su Ikran.

—¡Eso es!— Gritó su padre desde la montaña mientras el resto le aplaudía.

Al fin podía entender el porqué su madre expresaba tal felicidad mientras estaba en su Ikran, el montarlo tu mismo no se comparaba en nada con el hecho de montar con alguien más, era una experiencia totalmente nueva, y le encantaba.

Soltó un aullido y se lanzó hacia abajo para subir nuevamente, no supo cuanto tiempo estuvo volando cuando vio a su hermano acercarse a ella por un lado.

Poco tiempo después se unieron su madre, padre y Kiri.

Estaba convencida que estaría seria su nueva actividad favorita, amaba volar.

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AVATAR: El camino de Eyi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora