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A la mañana siguiente, no me despertó el rayo de sol entrando por mi ventana. Si no, el sonido de muchos pasos entrando a mi territorio.

Me incorporé en la cama al mismo tiempo que Jeonse irrumpió en mi habitación, adormilado y un poco sobresaltado.

"Quédate aquí" -Le dije, caminando hacia la entrada.

Eran tantos pasos que estimaba que eran unas siete personas en caballo, quizás un poco más.

Miré mi mano derecha, con la cual estaba preparándome para abrir mi torrente de energía y lanzarles una deliciosa lluvia de tierra. O un huracán.

Abrí la puerta de golpe y alcé mi mano hacia el objetivo.

Me sorprendí al ver al príncipe heredero frente a mi.

Hwang Hyunjin estaba con sus ojos completamente abiertos, intentando disimular el miedo que le causaba que estuviese alzando mi mano contra él. Después de todo, era visible el cómo fluía la magia por mi cuerpo. Todas las personas tenían un color específico de acuerdo a su alma. Mi magia, tenía un color turquesa. ¿Qué significa? No tengo idea, mi abuela era la única persona que podría habérmelo explicado.

"Tranquilidad. Calma. Salvación" -Hwang Hyunjin miró fijamente mi mano derecha.

Su postura era digna de la realeza. Espalda erguida, frente en alto, manos entrelazadas detrás de su espalda y una sonrisa altanera.

Desagradable.

Oculté mi mano detrás de mi espalda. "No sé de qué estás hablando"

"Su alteza" -Me corrigió- "Soy el príncipe heredero"

¿Por qué nací al mismo tiempo que toda esta bola de imbéciles?

Le dediqué una reverencia con una sonrisa fingida. "No sé de qué habla, su alteza. ¿Puede retirarse de mi puerta? Está asustando a los espíritus"

El príncipe Hyunjin miró sobre mi hombro y retrocedió de golpe, soltando un chillido. Miré en aquella dirección, esperando que realmente no fuese un espíritu y me sobresalté al ver a Jeonse aparecer entre la oscuridad con un pedazo de pan en la boca.

"¿Qufe pasfo?" -Me escupió un poco al intentar hablar con la boca llena.

Golpeé su hombro. "¿Qué hacías en la sombra?"

Me miró confundido. "Oh" -Jugó con sus manos- "Olvidé cómo encender mi torrente de magia para utilizar el fuego"

"Bastaba con abrir la cortina, estúpido" -Lo regañé.

Un carraspeo de garganta me hizo voltear sobre mis talones. El príncipe enarcó una ceja y extendió su mano hacia mi.

"Tú eres mi nueva maestra" -Miré que en la palma de su mano había un collar con una piedra de jade- "Este es un regalo por aceptar la propuesta"

¿Soy orgullosa? Claro que si.

¿Me gustan los regalos? Claro que si.

¿Me gustan los objetos de valor? Por supuesto.

Tomé el collar de sus manos, agradeciéndole con una reverencia y de un momento a otro, los guardias de la corte real bajaron de sus caballos e ingresaron a mi casa con canastas de melocotones y una gran variedad de comida de calidad.

"Han Jisung" -Hyunjin sonrió- "Él me dijo cómo acercarme a ti"

Me sonrojé al pensar en lo bien que me conocía Han. Sabía cómo acercarse a mí y el sólo pensar en esa idea, me emocionaba.

"Ya veo" -Murmuré, con mi mirada perdida mientras sonreía.

Él carraspeó su garganta. "¿Puedes empezar con mis clases hoy?"

ENCHANTRESSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora