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¿Recuerdan que les dije que Han Jisung era mi mejor amigo y que Oh Jeonse era mi otra mitad?

Bueno, acaban de perder todos sus beneficios.

"Bájame ahora mismo, Jeonse" -Golpeé su espalda. 

"No vas a perder tus modales sólo por ser orgullosa, Oh Ayeong" -Él rió.

Estaba sobre su hombro siendo llevada a rastras hasta el palacio real. Jisung, estaba justo detrás de nosotros, sonriendo de una manera tan presumida que quería lanzarle un torrente de agua directo en el rostro.

Mis pies volvieron a tocar el piso después de una hora de caminata. No es porque Jeonse sea mi hermano, pero es increíblemente fuerte. Me cargó una hora en su hombro, por sí solo. 

Me sequé una lágrima imaginaria y él se alarmó, tomando mi rostro entre sus manos. "¿Qué pasa?"

Lo miré. "Creces tan rápido. Y pensar que hace unas horas eras un bebé"

Él soltó un bufido agotado y me dio un golpe en la nuca. "Entra" -Señaló con su cabeza, la enorme puerta color café brillante que tenía muchas marcas de la realeza.

Presumidos.

"Su majestad, Oh Ayeong ha llegado" -Escuché un grito.

Seguido de ello, las puertas se abrieron frente a mí. Miré mi entorno y lo que más me llamó la atención fue la cantidad de dinero que fue invertido en construir este palacio cuando hay personas que apenas comen dos cucharadas de arroz diarias.

Caminé la sala, escuchando mis pasos retumbar. Mi mirada se desvió hacia las dos personas sentadas con unos libros en blanco frente a ellos, historiadores.

En la puerta, se veían las sombras de los guardias reales, cuidando al rey desde afuera de la sala. Continué mi camino hasta quedar frente al rey y le dediqué una reverencia.

"Oh Ayeong" -Saboreó mi nombre- "Es un lindo nombre"

Sonreí con amargura. "Gracias. Mi abuela que jamás conocí, lo escogió para mi"

La sonrisa del rey cayó. Pero sólo por unos segundos. "Veo que sabes la historia. Bueno, aquello ocurrió en el reinado pasado así que podemos olvidarlo, ¿No?" -Esta vez él sonrió con amargura-"Te he convocado aquí porque mi hijo, el príncipe heredero, quiere aprender a manejar los elementos básicos de la magia y tú eres la persona más indicada en todo el reino"

Me incliné. "Quiero disculparme porque eso no será posible. Mi magia no es de fácil acceso para cualquier persona" -Tomé aire- "Si el príncipe heredero tiene talento, va a poder aprender incluso con el peor hechicero de Nahoem"

"¿Estás insultándonos?" -Él alzó la voz. No pudo seguir fingiendo amabilidad.

"Claro que no, su alteza" -Sonreí- "Es sólo que estoy ocupada enseñándole a mi hermano, ya que, decidieron enviarlo a la guerra"

Él se quedó en silencio. "¿Él se siente preparado?"

Dado su repentino cambio de tono, me descoloqué. "Él afirma que está listo para luchar. Pero, yo sé que aún le falta entrenar"

Él asintió. "Te tengo una propuesta" -Se inclinó hacia adelante en su trono- "Si aceptas enseñarle al príncipe heredero, prometo darte el tiempo necesario para que prepares a tu hermano antes de enviarlo al campo de guerra" -Entrelazó sus manos- "Te daré el tiempo que estimes conveniente"

Absolutamente toda mi negatividad hacia su petición se vio derrumbada con esa propuesta. Podría hacer que Jeonse esté preparado cuando la guerra termine o podría enseñarle los hechizos más poderosos para que salga ileso de cada situación complicada. Sin duda, era una excelente propuesta.

ENCHANTRESSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora