Había perdido la cuenta de los kilómetros que llevaba corriendo de aquel mago de energía negra. No sé en qué momento la guerra se volvió en algo personal contra mí, pero por cada 10 guerreros, había un hechicero que intentaba deshacerse de mi.
Cuando me di cuenta de que mis dos opciones era dirigirme a un acantilado o ir al pueblo en donde estaba el fuerte de la realeza, no lo dudé dos veces y corrí lo más rápido que pude hacia los guardias reales.
"¿Qué hace aquí, Señorita?"
Juro que quise responderle al guardia, pero sabía que si me tardaba un par de segundos, los tres moriríamos, así que los sujeté a ambos por el cuello de su uniforme y empujé la puerta con mi pie, ésta se abrió tan fácil que me percaté de la adrenalina que estaba enviando descargas de energía por mi cuerpo.
"Oh Ayeong" -Su voz profunda y aterradora, se escuchó a mis espaldas.
Me detuve a medio camino, empujando a los guardias hacia lados opuestos con el fin de protegerlos. Saqué mi espada y me preparé para defenderme de los ataques de ese hombre.
"Veo que es cierto" -Abrió las palmas de sus manos, deteniéndose a unos metros de mi- "Eres la viva imagen de tu abuela"
Y con esas palabras, tuvo el tiempo suficiente para mover la tierra bajo mis pies y atacarme en un circulo de vientos cruzados que me tenían inmovilizada.
"¿Qué demonios quieres tú y todos esos hechiceros? Mi abuela está muerta y yo no estoy interesada en la magia, ¿Qué quieren de mi?" -Gruñí, intentando desviar el viento que comenzaba a elevarme ligeramente.
"Tu abuela robó algo muy preciado para los magos. Y durante años lo escondió en el lugar menos pensado" -Alzó su mano a la altura de mi cuello y comenzó a ejercer fuerza en la zona. Aún cuando no me estaba tocando, su magia estaba haciendo todo el trabajo por él- "En ti"
"¿A qué te refieres?" -Tosí al sentir el ahogo invadirme.
"Tu abuela potenció su magia con un antiguo hechizo que sólo su familia conocía. Durante siglos, los hechiceros hemos estado buscando ese maldito hechizo que tu abuela jamás quiso compartir, incluso en sus últimos suspiros" -Sus ojos brillaban de ira- "Y finalmente lo descubrimos, Oh Ayeong. Ocultó el hechizo en tí"
Reí, sintiendo el color morado subir a mi rostro. Estaba quedándome sin oxígeno. "¿Te das cuenta de lo estúpido que suena eso? ¿Cómo demonios ocultas un hechizo en una persona?"
El hombre abrió su boca pero nada salió de ella. Bueno, ninguna palabra. Porque lo que estaba saliendo, era litros y litros de sangre. Caí al piso de golpe, sintiendo el dolor punzante en mis rodillas. Alcé mi mirada para comprender la situación y vi al príncipe heredero lanzarse al piso frente a mi. Él sujetó mi rostro entre sus manos.
Pero, el líquido que ahora estaba deslizándose por mi mejilla me alarmó. Tomé su mano de mi mejilla y la dejé frente a mi, en donde mis ojos se abrieron de golpe.
Miré al hechicero y nuevamente a Hyunjin.
"¿Qué hiciste? ¿Estás loco? Si alguien se entera, podrían desterrarte del trono" -Susurré.
Hyunjin miró sus manos cubiertas de sangre. "Iba a matarte, ¿Tenía que permitirlo?"
Bufé. "Hyunjin, no tienes que salvarme. Tu deber está en dirigir al pueblo y traer herederos al mundo. Si yo muero o no, no está en tu lista de cosas por hacer" -Tomé sus manos y las limpié con mi atuendo, quitando todo rastro de sangre.
Me levanté del piso y tomé la espalda que Hyunjin había utilizado para atravesar el corazón del hechicero y me aseguré de cubrir el nombre Hwang Hyunjin con un poco de magia.
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ENCHANTRESS
FanfictionCuenta la leyenda que hace varios siglos atrás, una bruja oculta entre los pueblerinos practicaba la magia negra. Tal era su poder que podía asesinar y revivir a una persona con sólo utilizar sus manos. Sin embargo, alcanzar ese nivel de hechicería...