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El sonido de los pájaros nos obligó a levantarnos por la mañana. Emprendimos nuestro viaje por el enorme sendero repleto de piedras y animales salvajes. Hasta que finalmente llegamos.

A una distancia no muy lejana, vimos un campamento con la bandera japonesa. A medida que nos acercamos, sentí una vibra extraña, algo que no había percibido antes. Era increíblemente poderosa y sentía mi cuerpo pesado a medida que avanzabamos.

Desenvainé mi espada y me posicioné frente a Jeonse. Él me miró extrañado, cuando una flecha atravesó los árboles e impactó directo en mi hombro.

El impacto me hizo retroceder y caer. Inmediatamente el dolor se hizo insoportable, la flecha tenía algo extraño. Una sustancia que estaba escurriendo por mi sangre, dejaba marcar moradas sobre mi piel y ardía como los mil demonios.

Comencé a retorcerme de dolor y a gritar sin pudor. No estaba soportando el dolor de mi cuerpo, cada vez era más intenso y sentía que podía desmayarme en cualquier momento.

En toda esa distracción, nuestro enemigo logro rodearnos y estábamos siendo apuntados por flechas. Intenté ponerme de pie para ayudarlos a luchar pero la presión en mis venas no me permitió ni siquiera alzar la mirada.

Jeonse se posicionó frente a mi y tomó mi espalda.

"Jeonse" -Susurré, intentando transmitirle mi miedo.

Él me miró por sobre su hombro y sonrió. "Es mi momento de protegerte"

Fue entonces cuando lo ví.

Detrás de Jeonse. Justo a espaldas de mi hermano.

El rey.

El rey estaba apuntando a mi hermano con una sonrisa en su rostro.

Miré a Hyunjin, en busca de explicaciones pero él estaba de espaldas a mi. Pero, su espada estaba en su lugar, no había movido ni un solo dedo.

Han se dió cuenta de lo que estaba por ocurrir y se posicionó frente a mi hermano.

Cuando el rey dió la orden de comenzar el ataque, el miedo me invadió hasta tal punto en el que fui capaz de ponerme de pie pese al dolor.

Minho estaba paralizado. No sabía de qué lugar estar. Tenía claro que era un servidor de la realeza pero también sabía que nosotros éramos sus amigos.

No me importaba todo lo que perdiera en esa batalla, lo único que necesitaba era poder proteger a mi hermano y a Han.

Tomé la mano de Jeonse para ponerme de pie y tomé mi espada de su mano.

"Hagámoslo juntos" -Le sonreí.

La sonrisa que se dibujó en el rostro de Jeonse fue la sonrisa más hermosa que he visto en mi vida. Su mirada demostraba la emoción que estaba sintiendo y la felicidad de que al fin confiaba en sus capacidades.

"Ataquen" -Gritó el rey, sus servidores tomaron en cuenta la orden y dejaron caer sus flechas hacia nosotros.

Alcé mis manos con la esperanza de que mis poderes funcionarían y lograría desviar las flechas.

Para mi suerte, las flechas quedaron enterradas en los árboles a nuestro alrededor. Sonreí altanera y transferí energía a mi espada.

"¿Ahora, que te parece un combate justo?" -Apunté al rey con mi espada, desafiante.

Él apretó su mandíbula y bajó de su caballo con la espada en su mano derecha.

Cuando lo ví acercarse con seguridad supe que tenía un plan B que debía descifrar antes de que fuera demasiado tarde.

ENCHANTRESSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora