You are me Destiny/Jenlisa(G!P)

Soy tu esposa

Pov. Lisa

Rosé solo tardó dos días en forjar todo lo que necesitaba para reclamar a la Señorita Kim, como mi esposa.

No sabía el nombre de pila de esta mujer, porque nunca permitía que nadie la llamara de otra forma que no fuera Señorita Kim, así que se me ocurrió el mío.

Soy un manojo de nervios, cuando entro en el hospital de nuestra pequeña ciudad.

Limpio mis palmas sudorosas contra mis muslos vestidos con jeans y sacudo mis nervios.

Tantos pensamientos aterradores pasan rápidamente por mi mente.

"¿Y si recuerda quién soy?"

"¿Y si el Doctor no confía en que soy su esposa?"

"¿Qué pasa si me equivoco de alguna manera y la llamo Señorita Kim?"

Mejor me voy...

–¿Estás aquí por la paciente con amnesia?–una enfermera pregunta con escepticismo, mientras camina hacia mí.

Asiento al principio sintiéndome completamente abrumada por mis nervios.

Me aclaro la garganta y finjo una sonrisa.

Estoy a punto de secuestrar a esta mujer.

–Lisa Manobán–extiendo mi mano para saludar cortésmente a la enfermera.

–Tu esposa... Ella es una...

–Ella es fascinante ¿Verdad?–me río juguetonamente como si en secreto amara lo loca que está mi esposa.

–Eh, sí–la enfermera se ríe torpemente y se balancea de un lado a otro entre sus pies, expresando en silencio su ansiedad por esta situación.

–No siempre se puede juzgar un libro por su portada ¿Verdad?–le guiño, inspirando una pequeña sonrisa en la enfermera.

–Cierto. Bueno, ella dice que está casada con un hombre...

–Bueno, yo fui su primera novia... ella siempre salía con hombres antes que yo, pero la enamoré de inmediato.

La enfermera parece aceptar mi respuesta, porque sonríe dulcemente y me hace un gesto para que la siga.

Exhalo una respiración lenta y temblorosa que estaba conteniendo.

Sigo a la enfermera a una sala común y me indica que tome asiento.

Me siento en el sofá y espero ansiosamente a que comience esta mentira infernal.

Un Médico mayor entra en la habitación con la Señorita Kim, pisándole los talones.

Este hombre ya parece que está cansado de su mierda.

El cabello de la Señorita Kim, está desordenado, muy diferente a la obra maestra perfectamente esculpida que siempre sostuvo antes.

Lleva solamente una bata de hospital, que le queda demasiado grande.

Necesito todo mi autocontrol, para no reírme.

–¡Ruby Jane!–grito, mientras me pongo de pie de un salto.

–¿Ruby Jane?–ella se burla, como si estuviera personalmente ofendida por el nombre.

Me apresuro a su lado, pero ella se aparta rígidamente, deteniéndome en seco.

–¿Quién eres?

–¿En serio?–muevo mi labio inferior fingiendo estar herida por sus palabras–Pensé que tus recuerdos volverían, si me veías.