You are me Destiny/Jenlisa(G!P)

Ama de casa

Pov. Jennie

Observé mientras Lisa escoltaba a nuestros niños ruidosos, hacia la puerta y suspiré.

Puede que tenga una larga lista de quehaceres, pero al menos la casa estará tranquila.

Recogí la hoja de papel que Lisa me entregó antes de irse y leí la larga lista de tareas.

No pude evitar preguntarme si cumplía con estos deberes todos los días.

¿Cómo diablos esta casa terminó así?

Lisa y los niños realmente deben confiar en mí, para cuidar la casa.

Deben haber sido un desastre sin mí, mientras estaba en el hospital.

Ese pensamiento envió un estallido de calor a través de mi pecho.

"Me necesitan"

Coloqué la lista de nuevo en el mostrador y miré alrededor de la cocina.

Mejor empiezo con esta área porque los platos que están apilados en el fregadero, están comenzando a crear un hedor y no estoy segura de cuánto tiempo más podré soportar el olor a cadáveres podridos.

Doy un paso frente al fregadero y automáticamente frunzo el ceño ante la vista.

Hay platos manchados con macarrones con queso, cuencos con leche que empieza a cuajarse y ollas, y sartenes que todavía tienen algún tipo de comida sobrante en su interior.

Me estremezco ante la idea de poner una mano sobre cualquiera de esas cosas.

Me agacho y abro el armario justo debajo del fregadero.

Encuentro una caja de bolsas de basura y decido que esta será mi ruta más segura.

Comienzo a tirar todos los artículos repugnantes en la bolsa de basura, mientras me seco y me suplico que no vomite, hasta que el fregadero esté despejado.

Recuerdo haber visto botes de basura justo afuera de la puerta trasera para el día de la basura, así que me dirijo al patio trasero y tiro esos platos infestados de gérmenes.

Me estremezco cuando suelto la bolsa, sintiendo como esas mil hormigas diminutas se arrastran por mi columna vertebral.

-Ewwww-me quejo para mis adentros antes de volver a entrar.

Pisoteo mi camino de regreso al gabinete debajo del fregadero, sacando guantes de goma y cualquier artículo de limpieza que pueda necesitar para esta tarea.

Rocié el fregadero con una lata que está tan cargada con aroma a limón que en realidad tengo arcadas.

Giro la cabeza y cierro los ojos, mientras empiezo a limpiar toda la suciedad desagradable que se ha estado acumulando desde que me fui.

Cuando el fregadero finalmente está limpio, agarro otra bolsa de basura y uso la esponja para limpiar todas las migas, y los restos de comida que se han tirado en las encimeras, en las bolsas de basura.

Me dirijo a la mesa de la cocina y gimo, cuando veo más platos sucios.

-¡Joder!-le grito a nadie más que a mí misma, liberando mis frustraciones acumuladas en mi patética vida.

Hago una pausa por un momento y me pregunto si los gritos constantes, son algo que mis hijos heredaron de mí.

Empiezo a doblar el mantel hacia el centro, empujando todo lo que queda sobre esta mesa hacia el centro.

Levanto el pesado mantel con todos los elementos dentro y lo llevo al fondo.

La tiro todo a la basura y siento otro profundo estremecimiento recorrer mi cuerpo.