MÍA | Capítulo 5

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...




—Ahora, lo que yo no entiendo es que paso esa noche en la casa de el. —Luca tomaba del mate por última vez y se lo devolvió a Sofia quien cebaba.

—Nada boludo, había facil cincuenta personas ahí adentró y lo cruce nomás cuándo Enzo me lo presentó. —Dije tratando de explicarle, Luca ponía toda su atención en mis palabras, como siempre.

Mi relación con Luca era de lo mejor, mejores amigos desde que llegamos con mi familia a Manchester, nuestras madres trabajan juntas con sus marcas y fue inevitable no entablar una relación con lo bien que conectamos.

Mentiría si dijera que no hubo otro tipo de intenciones al principio, pero claramente no funciono.

—¿Y porqué saliste sola? Y encima te pusiste barbijo, tarada. —Luca habló y comenzó a reirse.

—Me aburrí y me quería ir. —Le conté entre risas al recordar el momento, Sofía se había ido y yo no conocía a nadie más que Enzo y su novia. —Me dijo Enzo que me lo pusiera, quede como una pelotuda. —Las carcajadas de mis dos amigos me hicieron reir aunque ese momento aún me hacía sentir frustración.

—¿Y ahora? ¿En qué quedaron? —Luca preguntó.

—Nada, no pasó nada importante igual. —Respondí. Aunque dijera que no fue importante, mi cabeza no dejaba de pensar en Lisandro y la manera que tenia para desestabilizarme.

La escena de la mañana en la cocina se repetía en mi cabeza más veces de lo que me gustaría.

—Bueno pero, ¿Vos estás bien? —Mi amiga intervino en el silencio que hubo después de mi respuesta.

—Si, obvio. —Conteste sinceramente. —Aca va a quedar todo seguro.

—¿Vos querés que llegue a algo esto? —Luca pregunto. Aunque podía asegurar que no era así, su mirada cambio al ver que yo dudé.

—Mia no tiene que querer nada ahora, que disfrute y listo. —Sofia me salvo, la pregunta de mi amigo logró replantearme varias cosas.

Después de varios termos de mate y charlas infinitas, cayó la noche y me encontraba despidiendo a mis amigos.

Estos días aprovechaba mucho a verlos y estar con ellos, en unos días las vacaciones terminaban y Sofía volvia a estudiar y Luca tenía muchísimo más trabajo desde que lo expuse de alguna manera.

Y claro, yo también tenía mis obligaciones, al llegar a Manchester decidí no estudiar, algún que otro curso de inglés y hasta ahí. Mi madre no muy contenta con esta decision, me agarro de "esclava" para su marca de ropa.
No me podía quejar, trabajaba poco y ella me pagaba.

Intente despejarme tomándome una larga ducha, mi rodilla estaba hinchada y todavía no había cambiado la venda desde anoche.
Una vez lista, me recosté, me sentía agotada y eso que hoy fue el día menos productivo, mis ojos lentamente se cerraban y el sueño me abrazaba, a penas eran las nueve de la noche pero ya estaba sin energías.

Sentí sonar mi celular, estaba a punto de dormirme, luche contra mi cansancio y lo agarre.

...

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MÍA | Lisandro Martínez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora