—Cambia esa cara —le oí decir a mi novio intentando sacarme de todos los malos pensamientos que sin querer, expresaba con mi rostro. Lucas avisó que estaría aqui hace al menos 15 minutos, me carcomía pensar que jamás íbamos a volver a ser los amigos que eramos.
Realmente lo extrañaba pero había encontrado quien ocupara su lugar y ahora, me sentía culpable. —Va a llegar, quedate tranqui —intento tranquilizarme apretando mi mano.Lisandro me abandono por minutos para ir al baño, lo entendía, el le daba igual estar aquí y lo hacía por mi. Me estaba dando por vencida hasta que sentí como apretaban mi hombro desde atrás, pensando que se trataba de mi novio, ni siquiera voltee a ver.
—¡Mia! —senti el grito tan peculiar de mi amigo, mi corazón subio y bajo en segundos, había llegado y por fin me tranquilizaba. —Te extrañe mucho maldita.
Sali de mi lugar en la mesa de aquel restaurante caro de Buenos Aires, elegido por el propio Lucas, y me dispuse a abrazarlo fuertemente. Todo se sentía distante pero sabía que era cuestión de tiempo para volver a ser nosotros. Desde el abrazo con Lucas, pude ver una mujer que lo acompañaba, completamente despampanante y todo de ella resaltaba por su cabello oscuro como la noche, rasgos definidos y una sonrisa brillante, me miraba paciente, esperando su turno para saludar.
—Es un gusto conocerte al fin, Mia —dijo la pelinegra una vez que Lucas me soltó de nuestro abrazó y la señaló como si yo no la hubiera visto, le sonreí amablemente. —Julieta —hablo nuevamente.
—¿Julieta? —escuché a Lisandro hablar detrás de nosotros y gire mi cabeza, cual exorcista, la sangre caliente comenzaba a correr por mi ser, era celosa y no podía ocultarlo.
—¿Se conocen? —pregunte clavando mi mirada en Lisandro, el parecía haber visto un fantasma y ni siquiera podía dejar de verla.
—Si si, soy fotógrafa deportiva y trabaje para su club, hace un tiempo ya... —ella rápidamente intento convencernos, Lucas me miraba tranquilo, el definitivamente sabía que ellos se conocían pero, ¿Porqué se sentía tanta tensión? ¿O solo yo la sentía?
—Bueno, pidamos.. —Lucas habló ante la incomodidad que se había generado, ellos tomaron su lugar en un costado y nosotros, casi empujando a Lisandro, pudimos tomar nuestro lugar enfrente a ambos.
Pedimos para cenar y la tensión parecía desvanecerse, por lo menos, en partes. Lisandro emitía monosílabos y ninguno iba a dirigido a esta tal Julieta, con suerte la miraba de vez en cuando.
Sin dudas sería un tema que hablar cuando volviéramos a Manchester.Las charlas surgían facil entre Lucas y yo, me llenaba el corazón saber que, finalmente, estabamos en paz. Recordaba a cada instante cuando me escribió por primera vez, después de la pelea, y con todo lo del accidente de Lisandro, le reste importancia. Me sentia culpable pero a su vez, me agradaba saber que todo volvía a a la normalidad con el.
—¿Y hace cuánto estan juntos? —dirigí mi pregunta a Julieta, realmente parecía una buena chica y me alegraba que estuviera junto a mi amigo. Mi novio y Lucas se entretenían hablando del partido de Argentina de la noche anterior.
—Bueno, estamos saliendo todavía... Hace como un mes, me volví a Argentina por problemas y tuve la suerte de conocerlo... —sonrió algo apenada.
—¿Por problemas? ¿En Manchester? —antes había comentado que vivió allí un tiempo y yo, aunque no lo admitiera, buscaba respuestas a la extraña forma que tuvo Lisandro de comportarse con ella.
—Si, si... Pero nada grave, algunos temas de trabajo y preferí volverme a mi país. Y fue una buena idea. —dijo sonriendo mientras miraba a Lucas, se apoyaba suavemente en su hombro, podía notar que estaba enamorada de el, y me sentía muy feliz por mi amigo, pero había un sentimiento extraño que se alojaba dentro de mí y no me dejaba disfrutar del momento.