Dear Terry: amarte es para siempre

Dulces reencuentros

Kensington, 1931.

"Hermosa y apacible, con un bello jardín delantero, grandes ventanas, así se puede apreciar desde las afueras de la calle St Leonarsds Terrace, la nueva casa de estilo victoriano del actor marques". De ese modo comenzaba el comentario que describía la nueva propiedad de Terence Graham en la columna de chismes en el Daily Mirror. El periodista destacaba que, así como Graham y su numerosa familia estrenaban nuevo hogar. Mudarse a Chelsea, estaba otra vez de moda para artistas, intelectuales y escritores, se estaba convirtiendo en el nuevo barrio bohemio de la ciudad de Londres y los Granchester-Ardlay se habían establecido en una propiedad que remodelaron a su gusto, en "la zona rica", en la misma calle donde una vez había vivido el escritor Bram Stoker.

Finalmente, el articulista le deseaba "mala suerte" en el estreno de su nueva obra, en la que además de actor era director y que abriría la temporada invernal del Royal Haymarket.

Terry leía la reseña sobre su nuevo hogar en el interior de su auto, y se ahogaba de la risa mientras se estacionaban frente a la casa. Recién retornaba de un viaje a Estados Unidos, con motivo de un proyecto dramático que planificaba para ser estrenado en Stratford-Upon-Avon durante un festival en honor a William Shakespeare en el verano próximo.

—Puedes creerlo Mike, "hermosa y apacible" —y volvía a carcajearse, luego miró al cielo por la ventanilla y rogó con picardía —Dios mío, sabes que amo a mi troupe, pero por favor que este sea el último.

—Realmente es hermosa Terry, pero ni tranquila ni apacible, ciertamente no. —Mike también se reía de la ocurrencia, luego le preguntó si estaba listo.

—Sí, muero por verlos, he tenido el mes más aburrido de mi vida, detesto estar sin ellos. —Odiaba las separaciones y aquel viaje había sido suficiente para él. 

Terry descendió y caminó por una pequeña vereda atravesando el jardín, afinó la mirada y pudo ver las caras felices de sus hijos asomados por las ventanas de tipo mirador de la casa. Advertidos por el ruido del auto, todos corrieron a asomarse expectantes ante la llegada de su padre, tras un mes ausente.

Contó con su dedo índice la cantidad de personitas tras los vidrios, y en ese instante también se sumó la que para él era la más bella mujer, de cabellos rebeldes y rizados, con enormes ojos verdes. Él observó como todos se movieron de prisa y desaparecieron de aquellas ventanas. Casi llegando al porche, en un acto automático soltó su maletín y se puso en cuclillas, para extender sus brazos y prepararse para recibir el alud de niños rubios, castaños, ojiverdes, ojiazules, pecosos, y sin pecas: Evelyn con nueve años fue la primera en llegar, seguida por Oliver de diez; Albert de seis; Richard de cuatro; y Anne de uno y medio, quien caminaba tomada de la mano de su hermano mayor William que cumpliría catorce ese mismo mes.

Detrás de todos ellos, Candy, con un embarazo de cinco meses, tuvo que esperar a que la lluvia de besos y abrazos sobre Terry se detuviera para ser ella la que entonces le diera la bienvenida con los suyos. Terry con Anne en brazos se levantó en un intento por saludar a su esposa y acariciar su vientre, todos los niños seguían pegados a él dificultando sus movimientos, así en medio de ese maravilloso desorden, pudo finalmente abrazarla.

—Te extrañé tanto mi señora Pecas y a mi pequeño hogar de Pony —le dijo en tono jocoso.

—Y yo a ti mi amor, los niños también te extrañaron mucho, entremos hace mucho frío, debes estar muy cansado. Mandaré a preparar chocolate para celebrar tu llegada, y para que nos cuentes cómo estuvo el viaje. Ella se abrazó a él nuevamente y todos entraron.

"La apacible casa" era un inmueble de estancias amplias e iluminadas, con tres plantas. Con techos altos decorados con molduras con detalles decorativos. La primera planta consistía de un recibidor, un amplio comedor, un estudio, un baño, una sala donde se reunía la familia conservando en ese lugar una chimenea de bellas cornisas, donde además instalaron un piano; también un cuarto de huéspedes. En la "proyección trasera', se albergaba la cocina, la alacena y una zona de aseo exterior. En el segundo piso se ubicaban todas las habitaciones de la familia, y en la buhardilla, la habitación de Martha, la única empleada que dormía en la casa y ayudaba a Candy con los niños.