El teléfono de la casa sonaba insistentemente. Era casi el mediodía del 28 de septiembre de 1938. Mike, se movió tan rápido como podía desde la parte trasera de la casa atravesando la cocina hasta la sala de estar, a donde descansaba el aparato que no dejaba de repicar.
—Buenas tardes —Mike miró su reloj para cerciorarse de que estuviese en lo correcto, marcaban las 11:45 am y se corrigió —Buenos días casa de la familia Granchester.
—Mike... soy Terry.
—Hola, a dónde estás, ya llegaste a Londres.
—No, estoy en una cabina telefónica de camino a Londres. Dime algo Candy está en casa.
Terry conducía de regreso desde Wiltshire a donde había ido la tarde anterior para reunirse con su padre que descansaba allí unos días después de haber tenido una crisis hipertensiva. Debido a las tensiones que se vivían en esos momentos en el Reino Unido. Europa estaba al borde una nueva guerra, si Hitler concretaba sus intenciones de invadir Checoslovaquia, a los ingleses no les quedaba otra alternativa más que declarar la guerra. Sin embargo, el primer ministro Nerville Chamberlein hacía esfuerzos para evitarlo.
—No Terry, está en la clínica. Los chicos en la escuela y Martha está arriba dándole un baño a Duncan... qué te pasa te siento agitado.
—¿Estás escuchando la BBC?
—Sí, y amigo, las cosas no están bien, cuando regresé del centro de Londres, de dejar a Ev y a Oliver en el teatro todo por allí es un hervidero, están colocando sacos de arena en los edificios gubernamentales, hay personas protestando en Downing Street pidiéndole a Chamberlein que pare la guerra... todo es un caos en Westminster.
—De eso precisamente me quería hablar mi padre. Tienes razón las cosas no están bien. Mike lleva a los chicos a casa apenas salgan de la escuela. Iré por Evelyn y Oliver estoy a menos de una hora de Londres. Quiero que todos estén en casa, pero tampoco quiero sembrar pánico. Otra cosa, revisa que la despensa este llena, sino es así, haz un pedido grande...
—Pero Terry ¿crees que tengamos que prepararnos para lo peor?
—Sí Mike. Mi padre no es optimista. Aunque me aseguró que Chamberlein hace esfuerzos sobrehumanos para evitar la guerra, todo depende de su capacidad negociadora con Hitler y el maldito no quiere ceder hasta ahora.
—No te preocupes anticipadamente. Iré en una hora a buscar a Anne y a Richard y vere como estamos de comida.
—Si Candy regresa dile que estaré en Londres hoy mismo, que no prolongue mi visita a Wiltshire.
—Dijo antes de salir que regresaría antes de la cena. —Amigo, conduce con cuidado, regresa a Londres y hablaremos aquí.
Terry colgó el teléfono y salió de la cabina, buscó su pitillera y le fue difícil sacarla del bolsillo interior de su trench, finalmente lo logró, puso un cigarrillo en sus labios, y se quedó observando la carretera, detalló que varios vehículos eran conducidos al lado contrario de Londres. Aspiró tan fuerte que terminó el cigarrillo en menos de dos minutos, volvió a la cabina y pidió que lo comunicaran a Oxford. Llamaba al dormitorio donde se alojaba William. Mientras esperaba que alguien atendiera del otro lado vio su reloj. El muchacho seguramente no estaba allí, debía estar en clases. Ante la frustración de no poder hablar con el mayor de sus hijos, volvió a encender otro cigarrillo, y fumó tratando de calmarse. Solo perdido mirando el camino. Volvió al auto y comenzó a conducir sin poder apartar las palabras pesimistas del duque y dando gracias porque al menos Eleanor estaba a salvo en Nueva York. Trataba de recobrar la calma, pero hasta los intersticios de su cerebro estaban llenos de los pensamientos más oscuros. Había escuchado con máxima atención cada palabra de su padre, y no quedo indiferente ante ninguna de las expresiones de un hombre que siempre se comportó de forma estoica e hidalguía, pero que ahora mostraba sus más profundos miedos. El duque de Granchester sabía lo que significaba el estado de guerra, todos quienes vivieron la Gran Guerra podían anticipar el horror.
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Dear Terry: amarte es para siempre
FanfictionQué sucede en la mente de Terry cuando descubre que Candy, se ha casado con Neal Lagan empujada por las presiones familiares. Cuáles serán las consecuencias de un nuevo encuentro entre ellos en Chicago. Los personajes de Candy Candy pertenecen a Ke...