17.- Contrato

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Narra Alexander Stone

¡La vida te da sorpresas!, reza un dicho popular de mi país

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¡La vida te da sorpresas!, reza un dicho popular de mi país... y que razón tiene ese dicho... ayer por la mañana desayunaba a solas leyendo la sección de finanzas del periódico, y hoy de lo último que me acuerdo es del diario... hoy desayuno acompañado de la persona menos pensada... del doncel de piel canela que compré por un millón de pesos para desvirgar.

Observo cada movimiento de Antonio y me doy cuenta de la incomodidad que siente, pero no logro descifrar si esa incomodidad es porque está conmigo o porque nunca antes había desayunado en un comedor tan elegante.

Seguramente para él, esta mañana es tan inusual como lo es para mí.

Mientras corta con gracia una fruta de su plato, rompo con el silencio, diciéndole: ¿siempre acostumbras desayunar tan callado o simplemente no quieres hablarme?

Él me mira con sus profundos ojos negros y me responde con sinceridad: simplemente no sé qué decir... ¿de qué puede platicar un doncel humilde como yo con un hombre millonario como tú?

Replico dándole un sorbo a mi taza de café: de muchas cosas, por ejemplo de ti... de tu pasado...

T: mi pasado no es nada interesante... soy un chico común como cualquier otro de esta ciudad...

A: no considero que seas un chico común... no todos los donceles de esta ciudad venden su virginidad en un burdel para millonarios...

T: tampoco todos los donceles tienen los problemas, ni las necesidades que yo tengo...

A: entonces, es verdad lo que supongo... vendiste tu virginidad para ayudar a tu hermano enfermo, ¿no es así?

Antonio me mira a los ojos y confirma: sí, por eso lo hice... mi hermanito necesitaba iniciar con su tratamiento y yo no tenía de dónde obtener dinero... lo único valioso que tenía era mi virginidad y por eso la vendí...

A: ¿sin importarte que al perder tu virginidad serías un doncel marcado? porque aunque estamos en el siglo 21, muchos siguen creyendo que un doncel que ya no es virgen carece de valor... ¿tu hermano valía ese sacrificio?

La respuesta de Antonio es firme: mi hermano vale cualquier sacrificio... la vida de una persona jamás será equiparable a la virginidad de alguien... si la salud de mi hermano dependiera de mí, vendería mi virginidad otras 100 veces sin siquiera pensarlo...

A: ¿eso quiere decir que por tu hermano harías cualquier cosa?

Contesta rápidamente: sí...

Comprado por un millonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora