1.- Santo Pecado parte A

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Narra Alexander Stone

La luz del sol que se cuela por las persianas llega directamente a mi rostro obligándome a abrir los ojos

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La luz del sol que se cuela por las persianas llega directamente a mi rostro obligándome a abrir los ojos... estiro mi mano derecha para sujetar mi reloj "Rolex" que está en la mesa de noche, al lado de la cama en que me encuentro, y observo la hora.

A: ¡Mierda! Las siete de la mañana, me quedé dormido en este lugar...

El lugar es "Santo Pecado", un burdel de la capital en el que noche a noche se subastan donceles, pero no cualquier doncel, solo se venden donceles VÍRGENES... es un burdel muy exclusivo al que asisten hombres millonarios que gustan de desflorar el culo de un doncel... hombres como yo que estamos dispuestos a pagar un alto precio para tener el placer de convertirnos en el primer macho de un joven virgen.

Y es que para mí uno de los mejores placeres de la vida es desvirgar a un doncel, saber que soy el primero y que ese doncel jamás podrá olvidarme, saber que fui yo quien inauguró ese culo... saber que fui yo quien robó la inocencia de un casto joven.

Me levanto de la cama, aún desnudo, y veo que en la habitación ya no hay nadie aparte de mí... observo el lecho y veo en medio de las sábanas blancas una mancha roja, es la prueba de lo que ahí ocurrió la noche anterior.

Hace unas horas pagué 150 mil pesos para desvirgar a un doncel, era un chico rubio como tantos otros... fue el que más llamó mi atención en el catálogo que me mostraron... su voluminoso trasero se me antojó y lo compré para ser el primero en penetrarlo... la verdad es que el costo no fue tan alto para el placer que sentí.

Viendo la sangre sobre la cama, los recuerdos de la noche pasada llegan de golpe a mi mente y no puedo evitar sonreír al evocar el momento en que mi verga traspasó el apretado agujero del doncel... mi pene comienza a erguirse nuevamente al sentir el ardor en las venas, muy parecido al que sentí cuando con mi falo desgarré el himen de ese bello doncel.

Debía tener 19 o 20 años, no le pregunté, tampoco supe su nombre... únicamente entré a esta habitación, lo encontré desnudo sobre la cama, con las piernas abiertas, ofreciéndome su virgen agujero como una puta... cruzamos unas palabras y después cobré por lo que había pagado.

El doncel gritó cuando lo desfloré, su grito me encendió mucho más, tanto que terminé follándolo tres veces, además de las buenas mamadas que me hizo... por la experiencia que tengo, estoy seguro que ese rubio ya había tenido sexo oral... su culo era virgen, pero de la boca era ya un experto, no me sorprende... ¡todos los donceles son unas putas!... su único talento es abrir bien las piernas y chupar vergas...

En fin, me paro frente al amplio espejo que está pegado a la pared y miro mi reflejo... ante mí está la figura de un hombre de 30 años, un hombre musculoso y bien parecido... no lo digo por vanidad, sino porque desde adolescente he ejercitado mi cuerpo, lo que me ha dotado de un cuerpo musculoso... aunque la genética también me ha ayudado.

Comprado por un millonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora