Eloise no tenía muchos ánimos de volver a Hogwarts, durante su estadía en la mansión de la familia Black, Eloise intentó convencer un millón de veces a los gemelos sobre ir a buscar a Hermione, algún indicio que les dijera donde estaban sus hermanos.
Por supuesto que ellos no aceptaron la idea, Luke estuvo totalmente en desacuerdo y apoyando a los gemelos sobre quedarse en Hogwarts.
—Harry sabe lo que hace. — es lo que habían dicho un millón de veces cada que se tocaba el tema.
Y ahora se encontraba en el tren que los llevaba directo a Hogwarts, solo escuchaba a Neville murmurarles que Snape era el nuevo director, sobre los nuevos profesores que eran mortifagos y como debían mantenerse firmes.
—Siempre apoyando a Harry. Sé que él lo va a detener. — es lo que dijo Neville, mientras Ginny asentía estando de acuerdo.
Durante la cena se dieron cuenta de que hacían falta muchos estudiantes, entre ellos Luna Lovegood, fue la primera persona la cual su ausencia fue bastante notoria, pues era la mejor amiga de Ginny Weasley.
Después de la cena Eloise se hizo camino hacía las mazmorras, sus ojos mirando al frente, sin tener la menor idea de lo que estaba a punto de ver.
Sus pies se quedaron estáticos, su piel se heló al igual que su sangre y su corazón pareció comenzar a acelerar su paso a una velocidad increíblemente rápida.
Eloise estaba frente a frente con Draco Malfoy. Su respiración se detuvo por un segundo, cuando lo vio parado frente a ella.
Quería. Ella realmente quería acercarse, cuando entonces él se adelantó a hacerlo, caminando hacía ella.
La tomó bruscamente del brazo y ella gimió del dolor, los ojos de Draco demostraron miedo al escucharla, pero aquel rápidamente desapareció.
—Muy bien muchacho —. dijo una voz detrás de él —. Aprender rápido a poner en su lugar a los inmundos. Ni siquiera sé por qué esta aquí, es una completa decepción.
Draco no respondió, simplemente tiró de ella y la llevo directo al pasillo de las habitaciones de las chicas.
—¿Qué se supone que-
—No estoy aquí para hablar, Granger —. escupió Draco —. Soy el prefecto de Slytherin, así que haces lo que yo digo.
—Dime cuándo no lo he hecho. — susurró ella con molestia, para tirar su brazo y soltarse de su agarre frío.
—Deja de actuar como una maldita niña, eres mayor para saber lo que está permitido y lo que no.
—Soy mayor para darme cuenta el tipo de basura que eres. — respondió ella sin remordimiento.
El par de orbes grises la observaban con tal disgusto, tanto que dolía. Ambos sabían que sus cuerpos se extrañaban y sus almas se necesitaban, sus corazones se necesitaban de una forma tan enfermiza que Eloise muchas veces creyó que estaba en algún tipo de sueño, inclusive que estaba bajo alguna sustancia adulterada, se atrevía a decir que bajo una poción de amor.
Pero, Draco sería incapaz de hacerlo, además era tan perezoso como para hacer suficiente amortentia para mantenerla bajo el hechizo por tanto tiempo.
El cuerpo de Eloise estaba presionado sobre la pared de piedra fría, la cual creaba un contraste con el calor del cuerpo que emanaba Draco, quien estaba presionado contra ella.
—Deja de jugar a que nos odiamos, Eloise. — murmuró Draco.
Ella lo miró con dolor, sin saber si estaba o no haciendo lo correcto.
Pero, si algo era cierto es que, tenía una gran necesidad de él, lo extrañaba como nunca. El saber que estaba vivo le estaba quitando un gran peso de encima, saber que se veía tan egocéntrico como solía hacerlo le calmaba de maneras inexplicables.
Eloise lo había necesitado de una forma tan loca en su ausencia, lo había necesitado de todas las formas posibles y como era muy mala para expresar sus sentimientos con palabras claras y firmes, solo se limitó a tomar a Draco por el cuello y jalar de su alto cuerpo hacía ella.
Draco la tomó por la cintura con delicadeza, provocando un montón de mariposas en el estómago de Eloise, un huracán de emociones que le cosquilleaban en todo el cuerpo.
Sus labios se unieron al igual que dos piezas de rompecabezas, destinadas a ser unidas. Se movían en sincronía, conociendo muy bien los labios del otro, pero aún permanecía esa curiosidad de querer explorar la boca del otro, como si jamás antes se hubieran tocado, como si aquel fuese un nuevo mundo para explorar.
Se sentían ambos en casa. Ambos estaban ahora a salvo, al fin podrían sentir un poco más de calor y aquello los calmaba de una forma inexplicable.
La forma en que Eloise lo había necesitado, realmente ella pensaba que Draco había usado amortentia en ella, pero no era así, pues Draco Malfoy era capaz de encantarla con solo una mirada, un aroma que lograba hacer que su piel se erizara y el aliento abandonara su cuerpo por completo.
Eloise tenía una gran necesidad de Draco, eso era verdad. Pero todo aquello la mantenía tan confundida, tanto que durante una semana entera se dedicó a investigar sobre aquellas sensaciones que invadían su cuerpo y alma... Eloise estaba enamorada, lo supo con certeza.
Jamás había estado enamorada, claro que no, pero estaba casi segura de que así era como se sentía el amor.
De repente, los labios de Draco la devolvieron a la realidad una vez más, podía sentir el calor de sus cuerpos elevarse y Eloise sentía que caía en la plena gloria.
—Te necesitaba tanto —. susurró Draco entre besos —. No sabes cuánto, amor.
Eloise sentía que era capaz de derretirse ante el toque agridulce que Draco le estaba proporcionando en ese momento, se colocó de puntillas, tomando por el cuello de la camisa blanca al chico rubio y lo empujó más contra ella, ignorando los pequeños picos de las piedras que sobresalían de las paredes donde su cuerpo estaba siendo posado.
—Draco... — murmuró ella sin tener más que decir, pues sus cuerpos lo estaban diciendo todo por ellos.
Normalmente se utilizaría la frase "una mirada dice más que mil palabras", pero en el caso de ambos adolescentes, su toque decía más que millones de palabras y mil miradas.
Una vez más, ellos estaban juntos.
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STAY WITH ME ✧ draco malfoy [✓]
Fanfiction. ❪ 𝗗𝗥𝗔𝗖𝗢 𝗙𝗔𝗡𝗙𝗜𝗖 ❫ .. ¡! 🤍. . . @malfoycherie author ❝ Eres un fruto prohibido, mi secreto preferido ❞ Eloise Granger y Draco Malfoy habían cometido un pecado, ambos guardaban un sucio secreto, uno lleno de lujuria. Ell...