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Sedúcelo.

Habían sido las palabras cortas que uso Severus, las cuales se repetían en su cabeza mientras ella se sentaba en el vagón de Slytherin, acompañada por Luke, quien sostenía un paquete de dulces en sus manos y leía un comic muggle que sus padres le habían comprado.

—Aún no me contaste que hiciste en el verano. — dijo Eloise en voz baja, intentando sacar de su cabeza por un segundo los problemas con su hermana.

Luke levantó la vista del comic y sonrió amablemente. —Te noté triste y desde que hablamos sobre Hermione... creo que quería que tú hablaras, Elle. — pronunció con cuidado.

Eloise asintió. —Entiendo, pero no quiero hablar de Hermione.

Luke apretó los labios, formando una fina línea con ellos y no dijo nada por unos segundos. —Comencé a hablar con Tracey... ya sabes, como en forma romántica.

Eloise sonrió de lado. —¿Ella ha sido amable?

Luke asintió alegremente, metiendo un dulce en su boca, para continuar. —Merlín, Eloise... ella es tan genial y agradable — sonrió embobado —. Siempre esta ahí, recordando lo mucho que alegro sus días. 

Eloise imaginó lo feliz que Luke luciría escribiendo cartas para su nueva amada, ella jamás había recibido una carta por parte de nadie... a excepción de Luke.

—Ya será tu turno muy pronto. — la animó Luke, al notar esa sonrisa triste que ella sostenía.

Pero Eloise ni siquiera estaba segura de querer un novio justo ahora, ella apenas tenía tiempo para pensar en si misma y sus problemas, pensar en tener esa responsabilidad afectiva con Luke y demás. Un novio solo sería un contratiempo en su vida, además que se sentía incapaz de amar realmente a alguien, pues jamás se dio la tarea de conocer a nadie. 

No necesitaba a nadie realmente.

Podía tener afecto de Luke, peleas con su hermana, contarle todo a sus padres y el sexo con Draco.

Eloise cerró los ojos molesta. 

¿Por qué? Porque ahí estaba ella, una vez más dejando que sus pensamientos vagaran hasta llegar a la escoria que era Draco Malfoy.

No tenía idea de como haría para seducir a un hombre con ideales de supremacía de sangre, alguien que detestaba por completo a las personas de su procedencia.

—¿Qué piensas ahora? — le preguntó Luke con una pequeña sonrisita.

Eloise sintió su cara calentarse y frunció el ceño. —Hermione. — mintió.

Luke sonrió burlón. —Entonces, ¿cuando piensas en Hermione cruzas así las piernas? — dijo él, señalando con su cabeza las piernas de Eloise, las cuales ella separó en el momento que volvió a sentir los ojos de Luke posarse ahí.

Ella no dijo nada y miró la ventana.

Ambos hablaron de sus veranos en el transcurso del viaje, Eloise le contó todo... claro, omitiendo la parte donde ella se metió en un lío por volver a tener una buena comunicación con su hermana.

Pero Eloise tenía que salir a cambiarse a la túnica, así que tomó su bolso y abandonó el compartimiento, por supuesto que ella se maldijo internamente cuando pudo ver aquella larga fila. Salió segundos después de que el tren estuvo vacío, tomó su ropa en sus manos y salió prácticamente corriendo.

Pero su carrera al gran comedor fue interrumpida cuando escuchó el fuerte golpe de una puerta ser cerrada, Eloise observó al responsable de haber aventado la puerta.

Draco Malfoy.

Ambos se miraron por largos segundos, mientras ella sentía los nervios recorrer su cuerpo, el sudor empapar sus palmas, sus piernas flaquear y sentir como su corazón se aceleraba de una forma impresionante.

Draco lucía tan tranquilo, observándola con su mirada aburrida, su cuerpo parecía estar relajado, pero los ojos de Eloise se fueron a la mano pálida que seguía en la manija de la puerta, aquella mano estaba apretando con fuerza, tanta fuerza que sus venas estaban sobresaliendo y juraría que si no fuera por la poca iluminación, se podría apreciar el blanco de sus nudillos.

Como si él no quisiera que ella entrara al vagón que acababa de cerrar.

Y ella buscó comenzar a tener un mínimo contacto con él, hacerlo más fácil cuando comenzaran las clases y librarse de su problema lo más rápido posible.

—¿Te puedes mover? — dijo ella, con un tono de voz bajo, pero seguro.

Draco negó con la cabeza. —Es tarde, bájate del tren. — ordenó, su postura lo hacía parecer intimidante, pero su voz lo estaba traicionando al sonar nerviosa.

—Necesito algo... — volvió a decir ella, sonando tan tranquila —hay algo que olvidé ahí. — señaló detrás de Draco con su dedo.

—Yo puedo llevártelo. Ahora sal. — insistió.

Eloise sonrió como si aquello fuera un acto tierno, pero las palabras que soltó estaban empapadas de ironía. —Malfoy, no querrás que te vean cargar las cosas de una sangre sucia. — ladeó su cabeza, sin perder la sonrisa.

—Deja de ser insistente, bájate de una maldita vez. — dijo apretando los dientes, ahora ni siquiera la podía ver a los ojos. 

Eso la hizo sentir poderosa por alguna razón.

Ella dio un paso más cerca. —O si no ¿qué? — lo retó, sin perder la sonrisa, pues aquella se volvía más grande conforme Draco se iba poniendo más nervioso.

—No querrás saber. 

—Si quiero, ahora déjame pasar por mis cosas. — su tono dejó de ser suave.

—Granger, deja de ser una perra y vete.

Eloise se burló y negó suavemente con la cabeza. —¿Una perra? — ella lo estaba provocando, porque sabía que cuando Draco perdía los estribos, podía ser la persona más vulnerable del mundo, la persona más fácil de manipular. —¿Soy tu perra, Malfoy? 

Draco no dijo nada, en lugar de eso, la tomó por los hombros y la empujó contra la pared, presionando su cuerpo contra ella. —No trates de jugar un juego que sabemos que vas a perder. — susurró muy cerca de su cara.

Eloise no dijo nada. No esperaba el movimiento repentino que él hizo, pues ahora Draco se encontraba dejando cortos besos húmedos en su cuello, succionando el área sensible de su piel, soplando en su pulso, provocando que de las manos de Eloise cayeran sus cosas al piso, haciendo que sus manos volaran alrededor del cuello de Draco, presionando levemente su cara contra ella, dejando que él la besara como se le antojara.

La mano de Draco serpenteó hasta la cintura de Eloise, buscando sumergirse entre la tela de la blusa blanca, acariciando la piel caliente, ganando un jadeo de ella, pues el contacto de su piel fría siempre sería el cielo.

Ella sabía que estaba mal desear que esto estuviera sucediendo de nuevo, la culpa la invadía, pero esa misma desaparecía en el momento que Draco volvía a tocar sus piernas, el momento exacto en el que Draco volvía a hacer a un lado su ropa.

Y el sonido del tren anunciando que estaba por irse la hizo empujar a Draco, ella salió corriendo del tren.

Pudo haberse quedado y esperar a saber que le iba a suceder, estando en un lugar a solas con Draco, -algo que en realidad era predecible-, pero el susto del sonido del tren hizo creer a su cabeza que estaba alguien por subir.

La hizo correr, dejando a Draco ahí. Más confundido de lo ya estaba.

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¡HERMANAS! QUE ME MEO CON EL CAPÍTULO

Att: —F💖

STAY WITH ME ✧ draco malfoy [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora