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Reencuentros
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Lissa tomo un taxi para llegar a la estación, había estado hablando con su padre todo el trayecto, el taxi paro y la chica le pago bajándose y despidiéndose con una sonrisa.
Entro a la estación mirándola con atención, había poca gente y se escuchaba lo que decían por los woki toki, al parecer había un incendio por uno de los bosques de la ciudad.
Lissa suspiraba rezando para que el Sheriff Stilinski estuviera ahí para no tener que tardar tanto para buscar su jeep.
—Hola, buenos días —Lissa se acercó a una señora—. ¿Está el Sheriff Stilinski?
—Hola —saludo la señora sonriéndole con amabilidad—, el Sheriff no está, pero lo puedes esperar, no creo que tarde mucho.
Lissa le sonrió con agradecimiento y salió de la comisaria, tomo su teléfono y marco el número de su padre, no contesto, así que Lissa volvió a llamarlo murmurando algunas maldiciones.
—Hija, ¿paso algo? —la voz de Scott sonó apenas contesto.
—Pa, el sheriff no está —contesto Lissa usando su voz que podía hacer que el alfa acceda a todo lo que ella pida—. ¿Lo puedes llamar?
—Linda, estoy un poco ocupado —respondió Scott después de segundos en silencio—, pero te puedo pasar su número y ahí le hablas.
—Sí, sí —asintió varias veces la monera sin ser vista por su padre—. Pásame y yo le hablo, pa. Si pasas algo me avisas.
—Sí, linda. Tú también me avisas cualquier cosa. Te quiero.
—Yo más, papá. —fue lo último que dijo Lissa antes de cortar la llamada.
A los segundos Lissa ya tenía el número del Sheriff, dudo unos segundos antes de llamarlo, pero lo hizo.
—¿Hola? —la voz del sheriff sonó en el teléfono y Lissa suspiro al escuchar que estaba en un auto.
—Hola, Sheriff —Lissa hablo—. Soy Lissa, Lissa Mccall.
—Oh Liss, pequeña —la morena sonrió ante eso—. ¿Cómo estás? ¿Ya estás en Beacon?
—Todo bien, Sheriff, ¿y usted? —pregunto recibiendo una respuesta positiva del mayor—. Me alegro, si llegue hace un rato a Beacon, vine a la comisaria para buscar las llaves del Jeep, pero usted no está aquí.
—Lissa, cuantas veces te dije que dejes las formalidades de un lado —reprocho el mayor el escuchar como la menor se refería a él y Lissa rio ante esto—. Y lo de las llaves, ahí le aviso a un oficial, para que te deje pasar a mi oficina, la llave está en el primer cajón del escritorio del lado derecho.
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The full moon - Eli Hale
Hayran KurguTFM | Scott Mccall debe volver al pueblo que lo vio crecer después de varios años por algunas incógnitas, pero esta vez no vuelve solo, sino que con Lissa Mccall, su hija