TFM | Scott Mccall debe volver al pueblo que lo vio crecer después de varios años por algunas incógnitas, pero esta vez no vuelve solo, sino que con Lissa Mccall, su hija
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Problemas y más problemas
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Todos se dirigieron hacia la preparatoria de Beacon Hills, sabían que Allison no solo buscaría a Derek, sino que también a Eli.
Al llegar todos bajaron rápidamente de sus vehículos, Scott junto a Malia entraron a la preparatoria, pero Lissa no lo hizo al ver una silueta cojeando hacia una camioneta, se acercó a la misma con pasos rápidos y se encontró a Eli.
—Hey —Lissa llamo acercándose más a él—, ¿qué paso?
—A-atacaron a p-papá. —tartamudeo el chico con mirada asustada.
—Está bien —asintió Lissa intentando mantener la calma—. Vamos. —murmuro, ayudándolo a llegar a su camioneta, mirando de vez en cuando hacia atrás.
Lissa subió a Eli en el asiento del copiloto, mientras que ella del piloto, arranco ni pensar en nada, el chico a su lado se quejaba en voz baja por su tobillo.
—Ve al taller. —soltó Eli en medio de jadeos.
Lissa asintió y acelero, de vez en cuando miraba el espejo retrovisor, a lo lejos llego a ver un auto, asustándola.
Cuando llegaron Lissa bajo a cargar combustible, la camioneta estaba casi muerta, vio que Eli abrió su puerta y lo ayudó a bajar pasando el brazo del chico por sus hombros.
—¿Te torciste el tobillo? —pregunto Lissa aun caminando y el chico asintió.
—Cinco minutos estuve en el partido, y me torcí. —se quejó Eli.
La conversación de los dos adolescentes se vio interrumpida cuando un auto choco a la camioneta.
Lissa había sido tirada por Eli al suelo, el chico intento protegerla con su cuerpo, pero con gruñido salió de la chica al sentir como un vidrio que había estallado por el golpe de los coches se clavaba en el brazo de ella.
Eli se levantó lo más rápido posible ayudando a la Mccall, fueron hacia la puerta y saco un manojo de llaves, Lissa miraba hacia atrás mientras que apuraba al chico con algunos manotazos de su brazo sano.
Cuando Eli logró abrir la puerta entraron los dos y la cerraron rápidamente, Eli volvió a poner llave cuando Allison apareció frente a ellos y detrás de ella explotaban los coches.
Lissa tomo a Eli y este los guio a una parte donde estaba repleto de autos, se dirigieron casi a los últimos y se metieron en un especie de armario.
Cuando Eli intento abrir su boca para hablar, Lissa le hizo un gesto que no lo haga.
—Pásame ese paño —la voz de Lissa sonó en la cabeza de Eli alertándolo—, sí, lobito, te estoy hablando telepáticamente —le dio la razón tranquilizando al beta—, ahora pásame ese paño.
