TFM | Scott Mccall debe volver al pueblo que lo vio crecer después de varios años por algunas incógnitas, pero esta vez no vuelve solo, sino que con Lissa Mccall, su hija
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
———————
Juegos y lágrimas
———————
—Cuatro minutos —la voz del entrenador hizo que Lissa prestara más atención—. El que anota primero gana.
Lissa desvío su vista al sentir la mirada de alguien en su espalda, y se terminó encontrando con su padre, el cual miraba el número de su camiseta.
—El 15 —murmuro él, su voz parecía afectada—, me recuerda a alguien.
—¿A quién, pa? —pregunto Lissa con curiosidad, pero Scott negó.
—Cuando termine todo esto te cuento.
Lissa suspiro con nervios y apretó su palo, los gritos del entrenador hizo que entren a la cancha y el silbato sonó.
Lissa logro tomar la bocha y se lo paso a uno de sus compañeros, el mismo se la devolvió a ella y esta corrió más rápido al ser seguida.
—¡Pásasela a Mccall! —el grito del entrenador se escuchó—. ¡A Mccall! —Lissa apenas encontró a su padre, se la paso—. ¡Sí!
La menor vio como el mayor no midió su fuerza y la pelota termino estrellándose en el marcador, Lissa sonrió divertida al ver como su padre levantaba la mano para saludar a Allison.
—Peor que adolescente. —susurro Lissa pasando al lado de Scott haciendo que este la empuje con diversión.
El silbato volvió a sonar y el primero en agarrar la pelota fue Eli, haciendo que Lissa y Scott se miren y asientan corriendo detrás de él.
—¡Cambio de planes! —grito Scott para que los adolescentes lo escuchen—. Tú emboca, nosotros te cuidamos la espalda.
Lissa le un pequeño empujón con su palo de lacrosse en la espalda de Eli para que el mismo corra más rápido, pero la chica fue derribada por alguien haciendo que caiga al suelo, suspiro con pesadez mientras que levantaba su vista para ver que Eli se acercaba al la portería.
—Vamos, Eli. —susurro la chica sacándose su casco.
A los segundos el beta logro anotar el gol, haciendo que Lissa se pare rápidamente dejando sus cosas en el suelo y comenzara a correr hacia él, Eli la recibió con los brazos abiertos y rio con emoción antes los repentinos besos que la morena le dio en la cara.
—Estoy orgullosísima de ti. —murmuro la chica con emoción, separándose un poco de él.
Eli sonrió mientras que suspiraba con pesadez y acomodaba su cabello, Scott escucho como el corazón de su hija se aceleró ante eso y sonrió divertido.
—Lissa, tu corazón. —el alfa susurro al lado de su hija haciendo que esta lo mire.
—¡Mi papá tenía razón! —Eli soltó llamando la atención de los Mccall—. En realidad soy bueno.
