A la mañana siguiente, Will despertó aún con todo lo ocurrido en su cabeza. 11 de la mañana y seguía acurrucado, hasta que el llamado de su madre lo hizo desperezarse.
— Will, cariño. ¡El desayuno! — su madre gritó, desde la cocina.
— ¡Voy, mamá! — Respondió, moviéndose apenas. Luego, al aclarar sus ideas, la sonrisa volvió de nuevo a su semblante. Hoy no podía ser un mejor día.
Muy aparte de que era su cumpleaños, moría por ver el semblante de alguien en específico, si es que aún seguía en su casa, por supuesto. Solo había una forma de averiguarlo. Se arregló la nueva melena que Max había formado a base de gel, se acicaló y, sin más, fue hasta el comedor.
Ahí estaban todos. Max, El y Mike.
Mike..
Casi se le escapa una carcajada. Este se hallaba con el semblante parecido al de Hopper. Todo gruñón, con dolor de espalda y, si no se equivocaba, con obvios indicadores de haber pasado una mala noche.
Pobretón.
— Buen día, mamá. — Saludó a su madre con un cariñoso beso en la mejilla —. Hola, chicas. — Siguió el protocolo, esta vez dirigiéndose a El y Max, quienes le respondieron el saludo. Pero Max, ni corta ni perezosa, empezó a mirarlo disimuladamente. La muchacha no tenía ni un pelo de tonta. Will solo sonrió.
— Hola, cariño. Que lindo estás, ven siéntate. — Su madre le cedió el asiento —. Te hice tus huevos revueltos con tocino y pancakes. Doble ración por ser tu día.
— Se ve delicioso, gracias, mamá. — Los ojos de Will brillaron. Amaba ese desayuno en especial. Después, se dirigió a Mike, que se cargaba unas ojeras del demonio.
— Buen dia, Mike, ¿Qué tal dormiste? — soltó el menor tranquilamente, mientras empezaba a comer su merienda.
— Terrible, me duele la espalda. — fue honesto, mientras picaba de a pocos su comida.
— ¿Al final no durmieron juntos? ¿Qué pasó, Mike? — El tuvo curiosidad —. Tienes cara de no haber dormido nada.
— Tuve una pesadilla. — dijo Mike, bufando —. Una terrible y horrenda pesadilla.
— ¿En serio? ¿Qué te soñaste?
— Que era absorbido. — Entonces, miró a Will, con una cara tan disimuladamente molesta, que Will tuvo que aguantarse otra carcajada.
— Oh, Mike, ¿has tenido visiones? — El por un momento se preocupó.
— Últimamente sí, hay una en específico que me molesta, y mucho. — siguió hablando el afectado.
— Pues por experiencia tienes que refugiarte en un buen recuerdo, Mike. — aconsejó Will, mientras picaba despreocupadamente un tocino y una de sus piernas vagaba por debajo de la mesa para acariciar la de Mike —. Uno que te saque de tu horrible pesadilla. — Otra caricia —. ¿No se te ocurre alguno?
Mike, por su parte, dió un respingo al sentir el roce de su pierna. Disimuló como pudo y respondió:
— No. — acotó, firme —. Voy al baño.
En lo que Mike se fue, Will volvió a su posición de antes, las chicas a lo suyo, pero El no pudo evitar gesticular, preocupada:
— ¿Y si Vecna volvió? ¿Y si ahora se ensaña con Mike? Y si...
— El, tranquila, puedo asegurarte que no es así. — soltó Max, confiada. Aún no sabía nada, pero de que se enteraba se enteraba. Ahí había gato encerrado.
— ¿Segura?
— Sí, ya cargaste con mucha responsabilidad antes, relájate, ¿Confías en mí? — preguntó Max.
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Byers
FanfictionHola, creo que no hace falta presentarme. Todos me conocen como el que inició todo los acontecimientos en Hawkins. También fui llamado niño zombie, marica o el que fue raptado por el demogorgón. Sí, soy Will Byers. Y esta es mi historia.