Cap 15: Heridas

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Grimes' POV:

-Graham, ¿podríamos hablar?- Hablé cuando el patriarca de los Benignus atendió al teléfono.

-¿Grimes? ¿Qué haces llamándome a las 7 de la mañana?- Preguntó desconcertado.

-Perdón por las horas, pero te quería preguntar si podríamos hablar en persona, hay un conjunto de cosas que me gustaría comentarte.- Lo cierto es que no había podido dormir del todo bien, estaba preocupado. No quería que todo esto se fuera a la mierda solo porque a una muchacha le venía en gana.

Los Benignus tenían muchos terrenos, más dinero y estaban más adentrados en el mundillo de las familias fundadoras.

Los Quinn simplemente estaban, su familia nunca había estado muy pendiente a todo esto.
De todas las familias era la más pasota con los acuerdos, tradiciones y con su reputación, por lo tanto no tenían tanto poder como otros.

Si mi hija no se casaba con Blossom yo no podría formar parte de la fortuna Benignus. Era la segunda fortuna más grande de todas las familias, solo superada por una, la Virtus.

Si encima Valerie se casaba con Blossom significaría que los más poderosos estarían aún más aliados, eso no me beneficiaba.

-Emm... Claro, sí, ¿Puedes venir aquí a las...- Comenzó a pensar cuando le vendría bien que fuera a su casa.

-Diez y media.- Le interrumpí.

-De acuerdo... Entonces, nos vemos, Salvatore.-Se despidió y colgó algo confuso.

Veamos que sucede, estaba algo nervioso.

-Buenos días.- Mi mujer besó mi mejilla.

-Buenos días.- Respondí de vuelta.

-Es temprano.- Me miró con una ceja levantada.

-Sabes que yo me levanto de madrugada para trabajar.- Le respondí con obviedad, pues era cierto, me solía levantar a veces a las 4 de la mañana para ejercer mi profesión, no tenía tiempo que perder.

-Sí, pero estabas hablando por teléfono.- Giró su cabeza y sonrió de lado.

-La verdad, necesitaba hablar con los Benignus, he quedado con Graham a las diez y media para hablar.- Por fin le solté la verdad.

-Me alegro.- Sonrió leve.

-Mastresa...-Iba a pedirle algo pero fui interrumpido por ella.

-Sí, Grimes, ya voy a prepararte el desayuno.- Caminó hacia la cocina.

Evangeline me conocía muy bien y la amaba, pero nunca se iba a comparar con Mercy, ella era el amor de mi vida.

Mer, como me gustaba llamarla, era hermana de Ronan Sage, el patriarca de la familia Sage.
Al casarse conmigo, se convirtió en una Salvatore. Todos la querían, era un alma pura, su mirada, su comportamiento, todo de ella era blanco, el color de la pureza.

Tuve la suerte de que me emparejaron con ella, así que no tuve que dañar ninguna alianza.
Pero aunque yo la amaba con todo mi ser, ella no sentía lo mismo. Fue casada por obligación, yo era consciente. Ella nunca me quiso como marido, pero me apreciaba un poco. Siempre intentaba que yo fuera feliz, pues ella se sentía culpable de no poder corresponderme del todo.

Siempre supe que mi exesposa estaba enamorada de Basil Quinn, el hermano fallecido de Henry Quinn, padre del enamorado de mi tercera descendiente.

Cuando este murió ella cayó en depresión. Intenté animarla como pude pero ella solo necesitaba de él. Por suerte, quedó embarazada de Sapphire, mi pequeña la salvó de esa situación. Pero después de tres años ella no superaba a su amante. Y de ahí salió Rubí.

Mercy se desquitaba cuando teníamos relaciones sexuales, lo más probable es que se imaginara a Basil en el proceso. Eso me dolía, me ardía, pero tenía que tolerarlo si quería estar bien con ella.

Saber que yo no era el hombre de su vida me generaban heridas de sexto grado.

Después de mi niña, Rubí, volvió a recaer. Sabía que esto iba a ser un bucle, y que un embarazo simplemente la distraería por el momento, y que después del parto ya volvería a su etapa depresiva.

Pero simplemente lo evité.

Estaba en negación.

Sigo estándolo.

Pero aún y así, Marjorie vino al mundo. Pero todos sabemos como acabó esta historia.

Su muerte me destruyó totalmente, no estaba preparado para perderla.
Pude protegerla, no lo hice. Pude terminar con estas repeticiones de depresión, embarazo, depresión de nuevo, tampoco lo hice. Fui un inútil.

Pero lo que más me hería es que, a pesar de los años que habíamos pasado juntos, ella nunca me acabó de amar.

Siempre tendría esas heridas abiertas.

Se fue sin nunca amarme. Intenté de todo para que lo hiciera y nada fue suficiente. Y ahora por fin estará reunida con su verdadero amor para siempre, disfrutando de lo que no pudo aquí en vida.

Ella ahora será feliz, pero yo nunca la podré volver a ver sonreír en mis brazos.

Nunca lo hizo de todas maneras.

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Heyy, capítulo triste donde por fin conocemos un poco más del origen de todo este odio de Grimes hacia Marjorie.

Ya en el próximo, se vendrá lo fuerte.

¿Se podrán arreglar las cosas para que nuestros amantes se puedan amar sin ningún remordimiento?

Si has llegado hasta aquí, que sepas que te aprecio ;)

Mil gracias por el apoyo y no olvides que puedes comentar y votar <3

Muchos besos💋

Naiara

𝐓𝐞 𝐁𝐮𝐬𝐜𝐚𝐫𝐞́ 𝐄𝐧 𝐎𝐭𝐫𝐚 𝐕𝐢𝐝𝐚 | 𝐉𝐨𝐬𝐞𝐩𝐡 𝐐𝐮𝐢𝐧𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora