Cap 21: Habitación 36

51 8 7
                                    

Estaba en la sala de espera de la clínica privada donde siempre solía asistir. Estaba nerviosa por alguna razón, tenía un extraño presentimiento.

-Marjorie Salvatore.-El Dr. Rothnia me llamó para que entrara en la habitación treinta y seis de la consulta.

Mis malos pensamientos incrementaron cuando vi ese número, algo iba a salir mal.
En esa sala mi vida comenzó, pero la de mi madre terminó.

¿Era el treinta y seis una señal de mala o buena suerte?

Entré a donde él permanecía y le saludé.

-Buenos días, Doctor Erre.-Reí y me sentí en el asiento de delante del escritorio del médico.

-Igualmente, pequeña Mar, siempre con ese tonto apodo.- Soltó una suave carcajada mientras negaba con la cabeza.

Conocía a Ivor Rothnia desde mi doloroso nacimiento, de hecho, él fue quien me sacó del vientre de mi madre.

-Tú padre me ha dicho que me visitabas porque habías tenido vómitos, cuéntame.- Siguió hablando.

-Sí, tal vez simplemente fue que la comida me sentó horrible, pero ya sabes como es papá.- Contesté con obviedad.

-Ya sé como es Grimes, por eso sé que si no te hago algunas pruebas podría acabar denunciado.- Dijo en tono de broma y reímos los dos.
-Te haremos una ecografía rápida para asegurarnos.-Asentí y me dirigí a la camilla.

Subí el jersey que vestía mi torso para que el clínico aplicara aquel viscoso líquido transparente sobre mi vientre, se sentía frío y eso molestaba. También pasó un aparato para extender aquel pegajoso fluido por todo mi abdomen.

-De momento no veo nada preocupante.-Informó el hombre y yo asentí calmada.
-Marjorie tienes que ver esto.-Alertó algo exaltado después de unos pocos minutos.

Me mostró un pequeño monitor con una imagen en blanco y negro. Para mis ojos se veía normal, pero según la importancia que le estaba dando Ivor, sabía que algo más pasaba.

-No entiendo...-Lo miré confundida.

-Felicidades, supongo.-Dos palabras que me lo dijeron todo.

Quedé atónita durante unos segundos. Estaba embarazada.

¿Qué pasaría ahora?

Era demasiado joven, mi relación con Joe era de unos pocos meses, y aunque nos amáramos como nadie en el mundo, ese tiempo era relativamente poco como para crear una familia desde cero.

-Mar, ¿estás bien?-Preguntó Rothnia y mi respuesta fue ponerme a llorar en su hombro. Él me abrazó y me intentó consolar, pero el único que podría conseguir eso era mi chico.

-Perdón, no lo esperaba.- Me separé del abrazo.
-¿Cuánto te debo?- Le pregunté secando mis húmedos ojos, pues tenía que pagarle la visita.

-Nada. Dile a Marie, la recepcionista, que esta consulta no te la cobro.-Me habló serio pero con una mirada de compasión.

-No, venga, Ivor, déjame pagar.-Insistí.

-Bonita, ya suficiente tienes con esta situación.- Lo abracé fuertemente.

-Te debo una.-Le miré con agradecimiento.

-No me debes nada.- Me guiñó el ojo y cerró la puerta de su habitación de trabajo.

Pasé por la recepción y le dije a la mujer que estaba situada allí lo que me había dictado el amable hombre.

Iba a caminar hacia mi hogar, pero necesitaba hablar antes con mi novio. Necesitaba su opinión, su apoyo y su consuelo.

Llegué a la casa de los Quinn, por suerte no se encontraba muy lejos de la clínica médica.
Toqué la puerta y la pequeña Darcy me recibió con un abrazo.

-Hola, linda mía.-Le sonreí a la niña.

-Hola, cuñada.- Rio y yo le sonreí.

-¿Esta aquí Joseph?- Pregunté.

-Sí, está en su cuarto, voy a avisarle.-Dijo ella.

-No hace falta, Dars, ya subo yo.-Respondí.

-De acuerdo, pero espero que no te lo encuentres en una asquerosa situación.- Hizo una mueca de asco.

-Tocaré la puerta.- Reí.

Subí las escaleras hasta llegar a la habitación de mi prometido y toqué su puerta. Abrió.

-Hola, guapo.- Saludé.

-Margi, cariño, no te esperaba, si lo llego a saber, juro que no aparezco con estas pintas.-Rio nervioso. Vestía con tan solo unos calzoncillos largos y unos calcetines grises.

-Tranquilo, estás perfecto.- Le sonreí con gracia, pero no mentía, estaba hermoso, todo le quedaba bien.

-Dime, amor, ¿Cómo fue la visita al médico?-Preguntó curioso.

-De eso venía a hablar.-Contesté, ganándome así su mirada de preocupación.

-Preciosa, ¿Qué sucede?- Volvió a preguntar ansioso por saber una respuesta, pero con lo único que pude responder con una veloz y traicionera lágrima. Esa gota de agua salada proveniente de mis globos oculares fue la causante de que el amor de mi vida me abrazara.

-Cuéntame, por favor.- Me agarró suavemente de los hombros y me miró a los ojos.

-Por favor no me abandones cuando sepas, no cambies la visión que tienes de mí, te lo suplico, no lo hagas.-Mi llanto estalló.

-Amor mío, ni aunque fueras la mayor asesina en serie podría mirarte con otra mirada que no sea una amorosa.- Me explicó en un tono tranquilizador y resoplé.

-Cariño, estoy embarazada.- Cerró los ojos con pesadez para después abrazarme.

-De acuerdo, ya está, tranquila, estoy aquí, voy a estar aquí.- No podía parar de sollozar.
-Reina, ¿Quieres tenerlo?- Me volvió mirar a los ojos fijamente.
Su mirada me transmitía comprensión, y eso me calmaba. Pero su pregunta me hizo replantearme cosas.

¿Realmente quería darle vida a una criatura llena de pureza en un mundo tan cruel?ç

........................................................................................................................................

Heyy, hoy un capítulo muy revelador JAJAJ🫣

Como ya sabéis, agradezco mucho si me dejáis vuestra estrellita y vuestros comentarios me motivan mucho, así que sois bienvenidos a comentar lo que queráis <3

Muchos besos 💋

𝐓𝐞 𝐁𝐮𝐬𝐜𝐚𝐫𝐞́ 𝐄𝐧 𝐎𝐭𝐫𝐚 𝐕𝐢𝐝𝐚 | 𝐉𝐨𝐬𝐞𝐩𝐡 𝐐𝐮𝐢𝐧𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora