Estaba en la sala de espera de la clínica privada donde siempre solía asistir. Estaba nerviosa por alguna razón, tenía un extraño presentimiento.
-Marjorie Salvatore.-El Dr. Rothnia me llamó para que entrara en la habitación treinta y seis de la consulta.
Mis malos pensamientos incrementaron cuando vi ese número, algo iba a salir mal.
En esa sala mi vida comenzó, pero la de mi madre terminó.¿Era el treinta y seis una señal de mala o buena suerte?
Entré a donde él permanecía y le saludé.
-Buenos días, Doctor Erre.-Reí y me sentí en el asiento de delante del escritorio del médico.
-Igualmente, pequeña Mar, siempre con ese tonto apodo.- Soltó una suave carcajada mientras negaba con la cabeza.
Conocía a Ivor Rothnia desde mi doloroso nacimiento, de hecho, él fue quien me sacó del vientre de mi madre.
-Tú padre me ha dicho que me visitabas porque habías tenido vómitos, cuéntame.- Siguió hablando.
-Sí, tal vez simplemente fue que la comida me sentó horrible, pero ya sabes como es papá.- Contesté con obviedad.
-Ya sé como es Grimes, por eso sé que si no te hago algunas pruebas podría acabar denunciado.- Dijo en tono de broma y reímos los dos.
-Te haremos una ecografía rápida para asegurarnos.-Asentí y me dirigí a la camilla.Subí el jersey que vestía mi torso para que el clínico aplicara aquel viscoso líquido transparente sobre mi vientre, se sentía frío y eso molestaba. También pasó un aparato para extender aquel pegajoso fluido por todo mi abdomen.
-De momento no veo nada preocupante.-Informó el hombre y yo asentí calmada.
-Marjorie tienes que ver esto.-Alertó algo exaltado después de unos pocos minutos.Me mostró un pequeño monitor con una imagen en blanco y negro. Para mis ojos se veía normal, pero según la importancia que le estaba dando Ivor, sabía que algo más pasaba.
-No entiendo...-Lo miré confundida.
-Felicidades, supongo.-Dos palabras que me lo dijeron todo.
Quedé atónita durante unos segundos. Estaba embarazada.
¿Qué pasaría ahora?
Era demasiado joven, mi relación con Joe era de unos pocos meses, y aunque nos amáramos como nadie en el mundo, ese tiempo era relativamente poco como para crear una familia desde cero.
-Mar, ¿estás bien?-Preguntó Rothnia y mi respuesta fue ponerme a llorar en su hombro. Él me abrazó y me intentó consolar, pero el único que podría conseguir eso era mi chico.
-Perdón, no lo esperaba.- Me separé del abrazo.
-¿Cuánto te debo?- Le pregunté secando mis húmedos ojos, pues tenía que pagarle la visita.-Nada. Dile a Marie, la recepcionista, que esta consulta no te la cobro.-Me habló serio pero con una mirada de compasión.
-No, venga, Ivor, déjame pagar.-Insistí.
-Bonita, ya suficiente tienes con esta situación.- Lo abracé fuertemente.
-Te debo una.-Le miré con agradecimiento.
-No me debes nada.- Me guiñó el ojo y cerró la puerta de su habitación de trabajo.
Pasé por la recepción y le dije a la mujer que estaba situada allí lo que me había dictado el amable hombre.
Iba a caminar hacia mi hogar, pero necesitaba hablar antes con mi novio. Necesitaba su opinión, su apoyo y su consuelo.
Llegué a la casa de los Quinn, por suerte no se encontraba muy lejos de la clínica médica.
Toqué la puerta y la pequeña Darcy me recibió con un abrazo.-Hola, linda mía.-Le sonreí a la niña.
-Hola, cuñada.- Rio y yo le sonreí.
-¿Esta aquí Joseph?- Pregunté.
-Sí, está en su cuarto, voy a avisarle.-Dijo ella.
-No hace falta, Dars, ya subo yo.-Respondí.
-De acuerdo, pero espero que no te lo encuentres en una asquerosa situación.- Hizo una mueca de asco.
-Tocaré la puerta.- Reí.
Subí las escaleras hasta llegar a la habitación de mi prometido y toqué su puerta. Abrió.
-Hola, guapo.- Saludé.
-Margi, cariño, no te esperaba, si lo llego a saber, juro que no aparezco con estas pintas.-Rio nervioso. Vestía con tan solo unos calzoncillos largos y unos calcetines grises.
-Tranquilo, estás perfecto.- Le sonreí con gracia, pero no mentía, estaba hermoso, todo le quedaba bien.
-Dime, amor, ¿Cómo fue la visita al médico?-Preguntó curioso.
-De eso venía a hablar.-Contesté, ganándome así su mirada de preocupación.
-Preciosa, ¿Qué sucede?- Volvió a preguntar ansioso por saber una respuesta, pero con lo único que pude responder con una veloz y traicionera lágrima. Esa gota de agua salada proveniente de mis globos oculares fue la causante de que el amor de mi vida me abrazara.
-Cuéntame, por favor.- Me agarró suavemente de los hombros y me miró a los ojos.
-Por favor no me abandones cuando sepas, no cambies la visión que tienes de mí, te lo suplico, no lo hagas.-Mi llanto estalló.
-Amor mío, ni aunque fueras la mayor asesina en serie podría mirarte con otra mirada que no sea una amorosa.- Me explicó en un tono tranquilizador y resoplé.
-Cariño, estoy embarazada.- Cerró los ojos con pesadez para después abrazarme.
-De acuerdo, ya está, tranquila, estoy aquí, voy a estar aquí.- No podía parar de sollozar.
-Reina, ¿Quieres tenerlo?- Me volvió mirar a los ojos fijamente.
Su mirada me transmitía comprensión, y eso me calmaba. Pero su pregunta me hizo replantearme cosas.¿Realmente quería darle vida a una criatura llena de pureza en un mundo tan cruel?ç
........................................................................................................................................
Heyy, hoy un capítulo muy revelador JAJAJ🫣
Como ya sabéis, agradezco mucho si me dejáis vuestra estrellita y vuestros comentarios me motivan mucho, así que sois bienvenidos a comentar lo que queráis <3
Muchos besos 💋
ESTÁS LEYENDO
𝐓𝐞 𝐁𝐮𝐬𝐜𝐚𝐫𝐞́ 𝐄𝐧 𝐎𝐭𝐫𝐚 𝐕𝐢𝐝𝐚 | 𝐉𝐨𝐬𝐞𝐩𝐡 𝐐𝐮𝐢𝐧𝐧
Fanfiction𝐆𝐞𝐦𝐬𝐭𝐨𝐧𝐞, 𝐮𝐧 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐨 𝐩𝐮𝐞𝐛𝐥𝐨 𝐚 𝐥𝐚𝐬 𝐚𝐟𝐮𝐞𝐫𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐞𝐬𝐭𝐚́ 𝐨𝐫𝐠𝐚𝐧𝐢𝐳𝐚𝐝𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐢𝐧𝐜𝐨 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚𝐬 𝐟𝐮𝐧𝐝𝐚𝐝𝐨𝐫𝐚𝐬. 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐢𝐬𝐦𝐨, 𝐫𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞𝐬 𝐢𝐦po𝐬𝐢�...