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13 (trece) años después:

Envani:

Yo sé que lo vi fue real.

Cuando tenía 4 (cuatro) o 5 (cinco) años, yo sé que vi a la última navi albina de Pandora, yo estaba seguro de lo que vi.

La vi en la canasta cuando apenas era una bebé, la alimente, la dormí, todavía no me quito la hermosa imagen de sus hermosos ojos.

Desde ese día que decidí contarles todo a mis padres, también todo el clan se enteró, pero nadie me creyó y ahora tendría que soportar por el resto de mi vida las burlas que me hacían y los apodos que me daban.

Ao'nung, el príncipe, hijo del Olo'eyktan, el mejor cazador y el más molesto del todo el clan, era uno de los que solían molestarme, no tanto, pero aveces. Me decían "loco", "mentiroso", entre otros apodos absurdos.

Yo sé lo que vi y lo que he vivido en ese tiempo, pero estoy empezando a dudar seriamente de lo que paso, ¿que pasa si lo que vi no era real y era solo un sueño, o una alucinación?, ¿y si mis padres tienen razón?, ¿si solo lo imaginé todo de pequeño para llamar la atención?, no lo sé, tal vez deba hacerles caso a mis padres.

Yun:

Corría tal rápido como mis piernas me lo permitían, ese animal no se escaparía tal fácil de mí.

Me encontraba cazando comida para la noche, pero por un paso erróneo hice crujir una rama y mi presa se escapó, pero no por mucho tiempo. Me culumpiaba por los altos árboles para llegar más rápido a donde estaba mi presa, me abalance sobre el y clave mi cuchillo sobre su lomo y cuello, terminé derumbandolo, no sin antes decirle perdón y darle gracias a Eywa por la presa tan grande que pude cazar, pero a la vez me preocupaba algo.

Habían ya pasado 13 (trece) años desde que he llegado aquí, más los años que llevaba Sajiko, la Navidad que yo consideraba mi madrastra, la pequeña isla empezaba a quedarse sin animales o otras especies para cazar y me preocupaba, ¿que haría si todo los animales se acababan?, tendría que ir a un nuevo clan a buscar refugio, pero no sólo tenía que alimentarme a mí, sino también a La'iunh, mi psinur, y también a Nüra, mi ihuany. Ellas dos eran mis hermanas espirituales, por así decirlo.

Y se preguntarán, ¿como las encontrastes?.

3 (tres) años atrás:

Cuando era un poco más pequeña, unos 13 (trece) años más o menos, Sajiko me llevaba a volar con su ikran por el cielo, le pedí por favor si me podría llevar a las montañas, mi hogar natal, a lo que ella se negó rotundamente, pero al ver que yo no paraba de insistir me termino llevando. (Yun ya sabía la verdad de lo que les pasó a sus padres porque Sajiko se lo dijo también ella tenía vagos recuerdos de lo que pasó)

Al llegar ella me dejó al comienzo de las montañas y me dijo que su ikran no aguantaría llegar hasta arriba porque el oxígeno ya era muy poco, solo los de mi raza podíamos aguantar con tan poco oxígeno, era algo en lo que estábamos acostumbrados.

Al estar a punto de llegar a la cima donde encontraría nada más que casas destruidas y un olor asqueroso, gracias a la descomposición de varios cuerpos, vi como Sajiko me seguía, no sabía cómo aguantaba tanto estar con tan poco oxígeno.

Cuando llegue a la cima pude observar de todo, casas derrumbadas y descuartizadas, unos que otros esqueletos a punto de desaparecer por la descomposición, el olor putrefacto que había, pero no se olía tanto solo un poco.

Escuche un gruñido de dolor, uno tan fuerte que a mi alrededor no se escuchaba nada más que eso, un escalofrío recorrió desde mis pues hasta mi cabeza. Los gruñidos no paraban, sea lo sea estaba pasandola muy mal.

YUN || Ao'nungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora