YUN || Ao'nung

02.

Ella era capaz de hacer todo por su hija, Yun.

Empezó a escuchar los pasos que cada vez iban más lentos, aunque los pasos sean lentos o despacios los navi's de las montañas igual escuchan, tienen un oído y vista mucho más desarrollados que los demás.

Ella totalmente desesperada, empezó a buscar por los arbustos que habían al lado de ella, buscaba desesperamente hasta que lo encontró.

Un pequeño botesito hecho con hoja enormes y fuertes, lianas, cuerdas y madera.

Ellos suelen tener estas clases de "botesitos" que más bien se parecían a canastas, para así cuando vallan a casar peces al río les sea más fácil llevarlos.

Empezó a acomodar a su pequeña niña en el bitesito, acurrucandola lo mejor que podía, porque sí, la niña estaba durmiendo y ella era mucho de tener el sueño muy pesado.

La acomodó y todo con las pequeñas sabanas que tenía, mientras solo lloraba por la desesperación, la angustia, el miedo, la preocupación y por el terror. Solo imagínate, un día estas súper felíz, festejando el nacimiento de tu primera hija con tu pareja y todo el clan, parecía ser ese un momento eterno, esos momentos que nunca quieres que pasen, esos momentos en los que solo quieres poner pausa por un momento. Y al otro día estas luchando por tu vida y más por la de tu hija, con tu esposo muerto y con él, todo tu clan, básicamente, en ese mismo instante las únicas que quedaban vivas eran solo ellas dos, solo ellas, nadie más.

Ni'la, así se llama la madre de Yun, en esa desesperación que se sentía que nunca iba a desaparecer, empezó a recordar todo los momentos buenos de su vida, la primera vez que sus padres le dijeron que estaban orgullosos de ella, la primera vez que al lanzar la flecha dió directo a la diana, su cumpleaños número 15 (quince) porque ese mismo día fue en el que conoció a Tus'le, el padre de Yun, el día en el que Tus'le le confesó todos sus sentimientos con una cena en la orilla del río que era iluminado por, lo que parecía ser un montón de pequeñas pero muy bellas, estrellas, el día de su boda, aahh, el día de su boda, solo con recordarlo la hacía suspirar, el día en el que supo que estaba embarazada y que era una niña "especial". Todos esos buenos momentos que marcaron su mente, su corazón y su vida, todos esos momentos que en ese mismo instante ella sería como uno de ellos, un recuerdo.

Ni'la al escuchar cada vez más cerca los pasos de los demonios, no tuvo otro remedio que dejar que el río llevará a su hija, no sin antes despedirse.

" Oh, dulce Yun, querida hija mía, que Eywa te acompañe donde sea que siempre vayas, aunque yo también siempre estaré a tu lado, perdóname mi niña linda, perdóname, no pude proteger a tu padre, ni al pueblo, pero lo que sí puedo hacer es esto. Que jamás se te olvide que yo te amo, Yun, yo y tu padre Eterno amamos más que nadie, capaz no entiendas esto ahora pero, el poder que llevas dentro de tí es poderoso, más de lo que piensas mi niña linda, un poder extraordinario y maravilloso pero que también puede traer destrucción y el mal, un poder con los que muchos sueñan, otros desean y algunas anhelan, debes tener en cuenta que muchas personas querrán tenerte, extraer el poder que traes en tu venas o incluso usarte. Ruego a Eywa que si no soy yo la que te ayudará a poder usar tus poderes que te de la fuerza y sabiduría ella, para tu poder saber manejarlo. Espero que encuentres a alguien que te ame, te valore, te demuestre lealtad, te cuide y te proteja siempre, porque si no es así, te prometo hija mía que vendré del más allá y me lo llevaré conmigo. Te extrañaremos mi pequeña y dulce pequeña y nunca lo olvides, un gran poder conlleva una gran responsabilidad. "

Te dejó un beso en la frente, uno en la mejilla y en la nariz, solo para verte después que te remobias en tu lugar y sonreías levemente.

Con lágrimas inundando toda su cara y cuello, dió un leve empujón a tu canastilla y lentamente vió como te ibas flotando.