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Frené mi andar cuando caí en cuenta de algo que me alarmó demasiado.

Me encontraba encima de Nüra, mi ihuany. Estaba revisando el perímetro, bueno, la pequeña isla en la que me encontraba "encendida".

Me había dado cuenta que en la isla ya no se encontrban tantos animales, sentí un escalofrío recorrer mi espalda. ¿Qué se supone que haré ahora?, los animales no bastaban para todos, al decir todos me refiero a Nüra, La'iunh y yo, las primeras 2 (dos) nombradas eran muy grandes y, por lo tanto, comían demasiado, en cambio yo no podría aguantar comiendo solo fruta, moriría en menos de 9 (nueve) días.

Me quite la capucha de color blanco que tenía puesta, hecha por la manta que me dejó mi madre en mi canasta, gracias a esta pude hacer varias vestimentas ya que era muy grande, también quité la máscara que llevaba puesta, estaba hecha por las plumas de los antiguos cadáveres de los Psinur muertos en la guerra, ya sé, suena raro y asqueroso pero para mí no, esta máscara solo me tapaba hasta el labio superior. La usaba mucho antes de que Sajiko haya muerto, porque, según ella, mi cara era muy hermosa, sí, pero tenía una apariencia muy "inocente", ella empezó a decirme desde muy chica que si no comenzaba a tapar mi rostro, los demás y también los depredadores me verían débil o como una presa fácil.

Después de estar un rato pensando y mirando a la nada, Nüra se removió en su lugar haciendo que dejé de estar tiempo en mis pensamientos, aveces me consumían.

Luego de recolectar las frutas sufientes y cazar un último animal para la cena, fuí a mi choza donde, frente a esta, se encontraba La'iunh descansado, más bien mordiendo una gran rama de árbol.

La noche se acercaba y con ella el eclipse que me gustaba ver todas las noches antes de dormir.

Luego de dormir y dejar descansar a mis compañeras, que al pensar mejor, eran las únicas que tenía yo de compañia.

Subí al techo de mi choza y me senté, comenzando a ver mejor el eclipse tan hermoso, soy consiente de que Sajiko muchas veces me advirtió que después de las 8 (ocho) de la noche me debería de quedar encerrada en la choza, sin salir, a causa de los depredadores, pero el problema es que ya casi no había ninguno, por la muerta de hambre que soy.

Al recordarla de nuevo a ella, Sajiko, comencé a llorar, como todas las veces que la recordaba, o sea siempre.

Su muerte fue tan repentina, un día estabamos de lo más normal, y al otro la encuentras agonizando del dolor.

Sajiko, mi corazón y mente siempre te recordarán como la más fiel ante mí, la única que mostró respeto, la única na'vi que se preocupó, incluso en sus últimos días agonizando, se preocupó por mí, aunque ella era una na'vu de 26 (veintiséis) años que no estaba en sus planes encontrarse con la princesa del Skyclan. Ella fue la única que tomó la responsabilidad de cuidarme, educarme y hacer de mí una de las mejores, hasta el día de su muerte. Pero lo raro era que nunca, jamás en mis 16 (dieciséis) años escuche decir a Sajiko que estaba orgullosa de mí, capaz no fui lo suficientemente buena para poder causar solo un pequeño sentimiento de orgullo hacia la que yo consideraba mi madre, ¿no?.

Pero sé una cosa ella no quería que yo estuviera llorando por ella todos los días, sí, ahora me doy cuenta, así que me seque mis lágrimas y comencé a pensar en que haría.

Pues claro, ya no había casi nada de animales por estas zonas y tampoco había pescados todos se se alejaban cuando apenas ponía mis pies en el agua.

De tanto pensar me dió sueño, pero no iba a dormir, no cuando me acordé de él.

La persona que salvó mi vida, no recuerdo su nombre pero si recuerdo todo lo que hizo él por mí, el pequeño niño de unos 3 (tres) años más o menos, el na'vi con el alma más pura que conozco, me salvó la vida cuando yo apenas era una bebé, le debo la vida. Fué el primer na'vi, después de Sajiko, en "preocuparse" por mí, una simple na'vi que ya nadie conocía ni recordaba.

YUN || Ao'nungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora