Dentro de la jaula oscura, la fiebre hacía delirar a Half. Las imágenes de los momentos más duros que había vivido se sucedían en su mente: un desconocido agarrando a su madre, que lloraba por tener que alejarse de su hijo; el cadáver de Tomy en aquel vertedero; su huida junto con Alan para no caer en las manos de Peter y Jota Tres Dedos. Los rostros de Hendrick, el capitán Kidd, Moore, Loyd, Bread, Jim y los hermanos Gardner también pasaron por su cabeza, y su corazón palpitaba cada vez más deprisa. Pero entonces recordó la primera vez que cogió entre sus manos a su pequeño amigo. Su corazón volvió a latir con normalidad y oyó la voz de Pequeño Pirata:
-¿Qué sentido tiene jugarse lo que uno más quiere al azar? Ninguno, Half, esa es la respuesta a tu pregunta. Todo aquello que depende del azar te nublará la razón y, cuando menos te lo esperes, perderás más de lo que posees. Primero te hará feliz, para que te confíes, y entonces se apoderará de ti. Aunque tú no te des cuenta, que lo logre dependerá de tus decisiones. De manera sutil, te pedirá permiso, y tú deberás negárselo. Y la única manera de hacerlo es reflexionando. Las decisiones importantes no se toman a la ligera. Por eso, no tiene sentido arriesgar lo que más quieres, y menos a cambio de nada...
Cuando el joven comprendió lo que le decía, la imagen de su pequeño amigo se desvaneció, y en su lugar apareció Hyde, sentado solo en la cubierta principal y ocultando algo en su mano.
-¡Ya no quiero las botas! -dijo Hyde, quitándose el sombrero-. ¡Ahora quiero tu loro! Yo sigo ofreciendo mi botín entero. Como acabas de aceptar la oferta, veamos qué número se esconde bajo mi mano...
Half sintió que el corazón se le iba a salir del pecho. Por más que intentaba despertar, no lo conseguía. Empezó a temblar y gritó lleno de impotencia:
-¡Nooo!
-¡Tranquilo, chico, tranquilo! Te pondrás bien, tranquilo.
Esa voz le resultó familiar. Fue capaz de abrir los ojos un instante, lo suficiente para ver que era Bread. Y se sumió en un sueño profundo.
Junto a Bread estaban Jim y Pequeño Pirata. Le cambió la ropa, empapada en sudor, y le colocó paños de agua fría en la frente para que le bajara la fiebre. Mientras tanto, Pequeño Pirata no se movía de su pecho.
Acudieron a la jaula oscura día tras día, cuidándolo y dándole de comer como podían para que recuperara fuerzas. Apenas se despertaba unos minutos durante aquellas visitas y ni siquiera hablaba. Aunque, cada vez que lo intentaba, daba las gracias a Jim y Bread. Ellos le respondían que no hiciera esfuerzos y descansara.
Así pasaron otros tres días. El Adventure Galley seguía tras la pista del barco avistado, esperando su oportunidad, tal y como había planeado el capitán Kidd. La paciencia de su tripulación estaba al límite.
Aquella tarde, Bread volvió a visitar al chico y se lo encontró de pie.
-¡Señor Bread! -gritó Half, contento de verlo.
-Bueno, chico, has podido levantarte, eso es que estás mucho mejor ya -dijo, asombrado.
-Si no fuera por usted y por Jim, no sería posible, señor.
-Y no te olvides de tu loro. No sé qué tiene ese pájaro, pero en cuanto se sentaba en tu pecho, dejabas de temblar. Incluso creo que la fiebre te bajó gracias a él. No había presenciado una cosa así en mi vida.
-¿Dónde está Pequeño Pirata, señor Bread?
-No te preocupes, chico, Jim lo está cuidando muy bien. A punto has estado de irte al otro lado. He visto personas morir por mucho menos. Aún no me lo creo...
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Half
AdventureNota: El primer libro ya esta completado y en el Capítulo 15 os dejo un avance de la segunda parte sin editar. Sinopsis: Es la historia de un húerfano llamado Half. El chico se gana la vida haciendo de guía turístico a los viajeros que desembarcan...