CAPÍTULO 14 LA CAÍDA DEL ÚLTIMO TABURETE

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Solo la luna iluminaba el bote de Half y Hyde.

-¿Me vas a contar lo que está pasando, Hyde?

-Ahora no es el momento, chico -contestó con una mueca de dolor.

-Supongo que tampoco me dirás adónde nos dirigimos.

-¿Acaso eso importa? ¡Por lo menos tú sigues vivo!

-¿Qué quieres decir? ¿Ha muerto alguien más, aparte de Bread?

-Kidd mató a Moore. Lo vi con mis propios ojos. Le cortó primero una mano y luego, la cabeza -dijo con voz afectada.

-Quizá se lo haya merecido. Él mató a Bread.

-¡Eres un tonto! -gritó, al tiempo que se quejaba de su herida-. ¿Eso crees? ¡No tienes ni idea de lo que hablas, chico! No fue Moore. Lo hizo Hendrick. Hendrick sospechaba que alguien te ayudaba en la jaula oscura y pilló a Bread saliendo de allí.

-¿Hendrick? ¡No puede ser!

-Yo estaba delante. Bread dijo que era el único que te ayudaba. No quiso delatar a nadie. Y le cortó las piernas.

-Pero si Hendrick...

-¿Hendrick qué? Moore pensaba que eras un chico listo, pero ya veo que no.

-¿De qué estás hablando, Hyde? -preguntó Half, cada vez más alterado.

-Tienes que saber que Moore ha dado su vida por ti. ¡Yo no lo hubiera hecho en su lugar!

-¿Por qué estás aquí, entonces?

-Porque me lo ordenó. Y yo le debo mi vida -dijo, entre quejidos-. ¿Crees que estaría aquí si no? Hubiera preferido morir luchando junto a él, en vez de huir como un cobarde.

Half notó que el dolor de Hyde iba a más, por mucho que intentara disimular. Aun así, no quería decirle nada al respecto y siguió preguntando:

-¿Qué hizo?

-¿A qué te refieres, chico?

-A Moore. ¿Qué hizo por ti? Algo habrá hecho para que le debas tu vida.

-¡Eso no es asunto tuyo!

-Te encontró él, ¿verdad?

-No sé de lo que estás hablando -dijo, incómodo.

-Sí que lo sabes. Me contaron tu historia. Me contaron cómo te colgaron de aquel árbol. También lo de las ratas. Fue Moore quien te encontró, ¿a que sí?

Hyde se rio ligeramente.

-¿Qué? ¿Qué te hace tanta gracia?

-Nada, chico. Solamente estaba pensando que, quizá, Moore tenía razón al pensar que eras listo. Así es, me encontró él. Era su último día en la ciudad, estaba a punto de embarcar de nuevo. Y no solo me encontró, chico, fue él el que me ayudó a salir adelante. Vi cómo me miraste aquella noche, cuando me quité el sombrero y mostré mi cara. Imagínate lo que decían los niños de mí, después de que me hicieran esto. Me llamaban monstruo. Todos me llamaban así. Y decidí comportarme como tal. Empecé a vivir escondido, solo salía por la noche, cuando nadie podía reírse de mí y tirarme piedras. Entonces Moore regresó a la ciudad, quiso saber de mí y me buscó. Me hizo comprender que solamente los cobardes se esconden y que la vida es para los valientes. Y me llevó con él. Mi hermano Jony también nos acompañó. Moore me prometió que los que me habían hecho esto lo iban a pagar. Dos años más tarde, cumplió su promesa.

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