Nota del autor

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Esta historia empezó siendo un cómic.

Fue unos cuantos meses antes de que yo empezara a escribir mi primera novela. Para ese entonces por mi cabeza rondaba el escribir cómics, a decir verdad, repudiaba los libros y no fue hasta que la escritura llegó a mi vida que comencé a leerlos. Lo que significa que no me hice escritor porque me gustaran los libros, sino que me hice lector porque quería escribir.

Stephen King dice que para ser escritor te hacen falta dos cosas: leer y escribir. Y que, si no tienes tiempo para una, tampoco lo tendrás para la otra.

Todo esto de la escritura empezó en una noche de finales de 2019, cuando salía del cine con un amigo al que considero como mi hermano y al que desde aquí le mando un saludo. No recuerdo qué película habíamos visto, pero sí lo que me dijo al poco de salir. Que fue lo siguiente:

¿Y si hacemos nuestras propias películas?

Yo me reí, era lo último que me esperaba, pero por lo visto hablaba en serio, por lo que le respondí:

Estaría bien.

Pasamos el siguiente mes creando nuestro propio universo de superhéroes con la intención de crear un universo cinematográfico. Viendo a día de hoy el proyecto te das cuenta de que es un plagio descarado de Marvel y DC.

Fue mientras "trabajábamos" en ello que se me ocurrió el escribir cómics y la idea del universo cinematográfico murió.

Escribí dos o tres cómics, y oh, Dios mío, eran horrendos. Cuando los escribes no lo adviertes, ni siquiera cuando los terminas, deben pasar semanas o meses para que comprendas que lo que has escrito resulta ser una puta mierda. Y tengo derecho a decir que lo son porque para algo los escribí yo.

La cuestión es que al final llegué a está historia, la de cuatro adolescentes con muchos problemas por culpa de unas extrañas drogas. Hice tres cómics, y por eso este libro esta divido en tres partes. Los cómics nunca vieron la luz, aunque mis amigos de mayor confianza por aquel entonces pudieron leerlos.

Fue cuando estaba escribiendo mi segunda novela que una amiga me preguntó si tenía pensado hacer algo con esa historia, pues ella era una de las personas que había podido leerlos. El personaje de Mireia se llama así en honor a ella, pues ha sido siempre un gran apoyo para mí, y es gracias a ese apoyo que yo he reescrito esos tres cómics y los he convertido en lo que ahora es esta novela. Por lo que desde aquí quiero darle las gracias.

¿Y cuál es la moraleja de todo esto te estarás preguntando?

Que la vida es un viaje, y que nunca sabes por dónde va a llevarte, pero que debes de dejar que lo haga, porque yo jamás me vi siendo escritor, y ahora no me veo no siéndolo.

Sigue tus sueños, la vida es solo una y es mejor intentarlo a arrepentirse.


Adrius

Los Hijos del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora