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El perro de Don Tulio es algo malo, de verdad.Pero no porque sea grande, al contrario, es chiquito cara amigable, pero de verdad, es diabólico.
Primero Don Tulio, hombre ya de edad, viudo, pero de buen corazón. Un día apareció muerto en la sala, en toda la sala de su casa, se dio un escopetazo en la boca. Justo un mes después de adoptar al perro.
Mi vieja, que al ver que el perrito quedó sin dueño, lo alimentó por todo un mes. Hasta que entraron a su casa tres tipos y la mataron a golpes para robarle unos pesos.
¿Y qué me decís de José, el almacenero? Que le empezó a dar huesos, hasta que un mes después, en un ataque de locura, mató a la esposa y la metió en la heladera de la carnicería. Ahora está en un manicomio.
Todo el barrio cambió desde su llegada, hay mugre en las calles, robos, pareciera que casi no sale el sol. Pero cuando culpé al perro me trataron de loco.
Un día creí tener la oportunidad de acabar con todo. Llegaba con mi auto y ahí lo ví, moviendo la cola feliz en medio de la calle. Lo atropellé varias veces, para asegurarme que esté muerto.
Pero hoy estoy más convencido de que es diabólico, porque un mes después de que lo maté, lo veo en mi ventana, rasguñando el vidrio queriendo entrar.