Gracias.
Por amarme cuando yo no lo hago, aguantar el dolor conmigo y agarrar mis manos cuando solo quiero hacerme daño, por soplar en el oídos esos "vamos" que a duras pena alientan, por quererme sin ser nada y darme mi lugar para sentirme todo.
Por repetir día a día que todo acabará pronto, aunque se que es mentira.
Por soportar el dolor juntos por qué sí, también sé que es difícil para ustedes.
Por todo, gracias.