Regalo de cumpleaños, Pr 2

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"Claro".

Una gran sonrisa apareció en la cara sonrojada de Eris mientras estiraba su mano para tomar la mano extendida de King.

King le devolvió una leve sonrisa y empezó a caminar al borde del balcón.

Eris estaba algo pensativa al ver que King no sé detenía al llegar al borde pero esa expresión rápidamente cambio a asombro.

King al dar su primer paso fuera del balco no cayó al dar su segundo paso seguía en pie, era como si un piso invisible estará debajo de el.

Con algo de dudas Eris seguió el camino de King, para ella también dar su primer paso fuera del balcón.

Para su alegría ella también pudo hacer lo que King hacia.

En medio de su alegría sintió como el piso en el que pisaba empezará a subir asta estar a kilómetros del piso.

Con miedo de ver abajo y solo ver caída agarro con más fuerza la mano de King.

Sin embargo al sentir el apretón de Eris, con la otra mano libre sostuvo su mentón y levantó su rostro.

"Tranquila solo no mires abajo y todo estará bien".

Las palabras de King parecieron controlar un poco las emociones de Eris.

King al ver su calma solo asintió con la cabeza.

Tomo la sintiera de Eris acercándola más hacia el y levantó sus manos entrelazando sus dedos.

De algún lugar desconocido para todos empezó a sonar una melodía hermosa a los oídos de todos los presentes en el castillo.

El ritmo la letra y los instrumentos era una combinación perfecta.

Para ellos era como si un ángel cantará en sus oídos mientras eran llegados hacia el cielo.

Pero lo que más llamo su atención es ver la figura de su señorita cambiará en el aire mientras bailaba con un pequeño peli blanco.

Todos dejaron de hacer los que estaba haciendo y prestaron toda su atencion a las dos figuras en el cielo.

"King yo no puedo bailar esa canción".

"Yo tampoco, pero solo sigue el ritmo de la música y sigue mis paso".

Eris asintió y cerro los ojos, con la intención de que la música ingrese a sus oídos.

Su cuerpo lentamente empezó a seguir el ritmo del vals.

Los pasos de King se sintonizaron con los de Eris y el ritmo de la música.

Para los presentes ver tal escena estremecía todo su cuerpo con un sentimiento único que los inundaban.

El ver a dos niños bailar al ritmo de tan elegante melodía más el complemento de las estrellas y la luna hacían de la escena algo inolvidable.

Eris abrió los ojos con una enorme sonrisa al sentir que por fin había entendido las palabras de King.

Cambiar sus perspectivas con algo diferente a lo que es bueno podría ayudarla a alcanzar nuevas alturas.

Y eso lo demostraba ahora sentir el ritmo de una música y sincronizar sus movimientos con los de su acompañante le daban una perspectiva más amplio de todo el escenario, permitiéndole percibir algo más allá de sus ojos.

Sí le darán una espada y la hicieron enfrentarse a su yo de hace uno minutos juraría que la podría vencer fácilmente.

Pero sus pensamientos fueron interrumpido al ver los ojos frios de King mirándola y sentir como sus cuerpos estaban demaciado cerca.

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