Otra vez estaba pasando, los gritos y golpes que se escuchaban dentro de la casa eran algo del día a día, pero nunca nadie llamaba a la policía, no, Law era inteligente, por eso su casa tenía material insonoro en las paredes de su cuarto. No quería que sus vecinos escuchen las peleas con su pareja, menos cuando este hacía que perdiera los estribos y terminara golpeándolo. Nadie podía saber sobre eso, solo perjudicaría esa carrera por la que tanto se ha esforzado. Law le propinaba un último golpe a Zoro y lo dejó tirado en el piso, no soportaba lo mucho que lloraba cuando discutían, eso solo lo molestaba más; ya cansado de la situación Law decide irse de la casa para ir a beber a un bar, no quería seguir viendo a Zoro, no después de que lo haya visto hablando con otro hombre.
Trafalgar Law era el director del hospital de la ciudad, aunque solo tenía 26 años era un médico cirujano prestigioso, cotizado entre hombres y mujeres que lo conocían, admirado por estudiantes y doctores que trabajaban con él por la cantidad de conocimientos que posee y su habilidad para realizar operaciones que se creían imposibles. Pero nadie conocía realmente a Law, sus problemas de alcoholismo y de celos eran otra cara que solo sus exparejas conocían, lo que le hacía ser una persona violenta y controladora. Un lobo disfrazado de oveja.
Por otro lado estaba Zoro, un instructor de kendo y seleccionado nacional de este deporte, su pelo verde lo hacía destacar de entre las personas y también su personalidad. Zoro era un hombre de carácter fuerte, llevado a sus ideas y siempre tenía cara de estar molesto, la gente tendía a temerle por su aspecto, pero cambiaba cuando lo conocían. Su personalidad amable y honesta hacía que las pocas personas que se daban la oportunidad de conocerlo se quedaran a su lado. Es por todo esto que nadie se imaginaba lo que pasaba entre paredes día a día, nadie imaginaba que no todos sus golpes o moratones nuevos eran por el kendo, tampoco habían notado lo asustadizo que se había vuelto desde que estaba con Law.
Todos pensaban que eran la pareja perfecta.
Volviendo a la actualidad, ahí estaba Zoro, tirado en el suelo llorando y abrazándose a si mismo, no podía moverse de dolor. Law lo había golpeado bastante, pero entendía su furia, no debió haberse demorado hablando con los padres de sus alumnos sin haberle pedido permiso a Law primero, él sabe las reglas.
No sabe cuánto tiempo estuvo tirado, pero finalmente pudo levantarse e ir al baño, cuando se vio en el reflejo del espejo del baño se le aguaron los ojos de nuevo, tenía un ojo hinchado y ya se le estaba empezando a notar el moretón, tenía el labio inferior partido y con sangre seca y de su nariz salía un rastro de sangre; si su cara estaba así no quería imaginar como estaba su cuerpo. Limpió su cara con agua para sacar los rastros de sangre, curó sus heridas con el botiquín que guardaba en el baño y decidió bañarse para calmar el dolor de los golpes. Le dolía todo su cuerpo, sobre todo sus costillas del lado izquierdo, lo que le impedía respirar bien; Law lo había pateado muy fuerte esta vez.
Una vez salió de la ducha se vistió con ropa ancha, le dolía incluso tener la ropa puesta. Tomó su celular del suelo y vio la pantalla, ya era tercera vez en dos meses que su pareja le rompía la pantalla por una discusión. Suspiró agotado mientras se sentaba en la cama, por lo menos funcionaba aún su celular. Titubeó un poco, pero lo llamó de todas formas, necesitaba saber si sus costillas estaban bien. Sonó un par de veces hasta que la voz que parecía de un adolescente.
- ¿Zoro, estas bien? Son las 12 de la noche, ¿pasó algo?
Tony Chopper era el doctor del dojo de kendo donde trabajaba Zoro, aunque tenía solo 22 años, ya era doctor y uno muy bueno, solo lo perjudicaba su personalidad tímida y ansiosa. Zoro confiaba en él, Chopper había aprendido a no hacer preguntas ya que nunca tenían respuesta. Se preocupaba por su el peliverde, sabía que no todas sus heridas eran por el kendo, pero Zoro se ponía muy a la defensiva cuando comentaba algo sobre sus golpes.
- ¿Estás en tu casa? Necesito que me ayudes.
-Estaba por ir a dormirme, ven si quieres, te esperaré.
Sin decir ninguna palabra más Zoro cortó la llamada y guardó su celular en el bolsillo de su short, tenía que apresurarse, no podía estar fuer de la casa cuando volviera Law, sino sería mucho peor. Trató de levantarse lo más rápido que pudo pero un pequeño grito se dolor salió de su boca, se volvió a sentar en la cama y llevó las manos al lugar donde le dolía, respiró lo más profundo que pudo y ahora si se levantó de la cama. Con los ojos llorosos pudo ir a buscar las llaves del auto y salir a su destino. Le dolía y cada vez le era más difícil respirar por el dolor.
Manejo rápido hasta la casa del doctor y una vez llegó respiró hondo, no puede bajarse, el dolor no se lo permite. Es por esto que prefirió tocar la bocina para llamar la atención del doctor. Chopper salió corriendo, sabía que era grave si Zoro no había ido hasta su puerta, en cuanto llegó al auto vio a su compañero de trabajo en el auto, inconsciente y lleno de moretones. Esto lo alteró aún más y abrió la puerta del auto para comenzar a atenderlo.
Mientras todo esto pasaba en la casa de Chopper, Law estaba saliendo de un bar en otra ciudad borracho y hablando muy de cerca con el pelirrojo que le llamó la atención, no sabía ni siquiera si le había dicho su nombre, pero eso no importaba, solo le importaba llevárselo a un lugar más privado y acostarse con él.
Law, para castigar a Zoro después de verlo hablar con otro hombre, se acostaba con alguien que conocía en un bar y se grababa para mostrárselo después, y esta noche no sería la excepción. Zoro tenía que entender que no puede hablar con nadie más.
Y así, mientras Law entraba a una habitación de un hotel para acostarse con ese pelirrojo, Zoro estaba inconsciente dentro de la casa de Chopper.
Un día normal dentro de esta relación.
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Un amor violento | lawzo | zosan
FanficZoro Roronoa es un deportista y profesor de kendo, está emparejado con el cirujano más guapo y reconocido de la ciudad Law Trafalgar. Cualquiera que los viera pensaría que son la pareja perfecta, sin embargo, no conocen la verdad de la relación a pu...