Primer día de clases...

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"¿Estás segura de que tienes todo lo que necesitas?", preguntó la rubia de nuevo.

"Enid, puedes calmarte, ya dije que sí o... Solo recuerda respirar", dijo la pelinegra con molestia.

La rubia la miró y se rió nerviosamente.

"Lo siento", se disculpó. "Solo quiero que tengamos un buen primer día de clases", dijo.

La mujer de cabello negro la miró suavemente mientras aguardaba su teléfono en la mochila. La rubia observó eso.

"¿Lo llevarás?", preguntó con emoción.

"Sí, prefiero mil veces llevar mi teléfono y escuchar mis medolias favoritas que el tener que escuchar a esos estúpidos estudiantes parlotear", respondió.

La rubia hizo una mueca y respondió. Entonces la gótica terminó de a guardar todo, y así las dos caminaron hacia la sala de estar.

"Sí, tienes razón, bueno, ¿vamos?", sonrío.

"Vamos"

Fue la respuesta de la pelinegra.

...


El camino a la universidad fue muy tranquilo, mucho más tranquilo de lo habitual.

La verdad era que la chica de cabello negro amaneció algo diferente y Enid lo notó. Pero trató de no darle importancia y se quedó en silencio con su teléfono.

Cuando finalmente llegaron. Enid se sorprendió de lo grande que era la universidad. Y de que ya había mucha gente allí, autobuses, coches, adolescentes con sus padres.

Y otros simplemente solos.

Miró emocionada a Merlina para ver su reacción. Pero ella estaba normal, más bien se veía bastante pensativa.

Solo respiró hondo mientras miraba a su alrededor.

"Esto da un poco de miedo", admitió la rubia mientras observaba todo en el lugar.

"Rubia tranquila, solo respira", dijo.

La rubia lo hizo. Agarró su mochila con más fuerza mientras suspiraba.

"Vamos, tal vez juntas encontremos nuestras aulas", dijo caminando.

Pero Merlina ni siquiera se movió y la rubia la miró con preocupación. Regresó a ella lentamente.

"¿Pasa algo, tienes miedo?", preguntó a su lado.

La mujer de cabello negro la miró. Su mirada era algo dura y diferente.

"JA, ¿miedo? Por supuesto que no Enid..."

"Entonces, ¿qué pasa?", preguntó, todavía mirando.

"... Será mejor que nos separemos, ¿no crees?", dijo ahora, sin verla.

La rubia no entendió, pero una punzada en su pecho se hizo sentir.

"¿Qué, no, no, porque?", preguntó rápidamente con algo de miedo.

"Bueno, Enid es suficiente con soportarlos todos los días en casa, es mejor para las dos no estar juntas aquí", respondió mientras dejaba atrás a la rubia.

𝐀 𝐒𝐌𝐀𝐋𝐋 𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐒𝐓𝐎𝐑𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora